Lisboa en tres días
¡Hola de nuevo!
Al vivir al sur de Galicia, tengo la suerte de tener muchos lugares de Portugal a pocas horas en coche de distancia. En un post anterior ya os he hablado sobre la ciudad de Oporto, un destino precioso y que recomiendo a todo el mundo (podéis leer sobre esta ciudad aquí). Sin embargo hoy quiero hablaros de la capital de Portugal: Lisboa.
Es la ciudad más visitada del país y es conocida como la ciudad de las siete colinas y es que, al igual que Oporto, está llena de cuestas. Es conocida además por sus característicos tranvías, sus deliciosos pasteles de nata y por ser un buen lugar donde degustar marisco y pescado de calidad.
Aunque en mi caso lo tengo más fácil de los normal, es accesible también desde otros lugares de España, ya sea en coche o bien utilizando compañías low cost como Ryanair que la conectan con diferentes ciudades.
En mi caso dediqué solo tres días a ver la ciudad, y además fui principalmente para visitar a amigas portuguesas del Erasmus que viven en pueblos muy cerca de Lisboa, por lo tanto nos lo tomamos con calma. Seguramente en tres días de tiempo a visitar más lugares de la ciudad de los que yo he visto.
Incluso lo ideal es dedicarle algún día más, pues hay otros lugares muy interesantes como Sintra o Cascais muy cerca de Lisboa.
Para moverte por la ciudad recomiendo utilizar los maravillosos tranvías amarillos que te llevan a prácticamente todos los rincones de la ciudad. En especial el tranvía 28 que pasa por los lugares más importantes del centro de la ciudad y te evita tener que subir todas las cuestas. Comprando el billete de día se puede subir y bajar de ellos cuando quieras, por lo tanto te permite moverte por la ciudad con total libertad. Funcionan desde las 7 de la mañana hasta las 21h por lo general.
En verdad, los tranvías históricos de esta ciudad se han convertido en un atractivo turístico en sí mismos. Otro tranvía muy útil es el número 15 ya que te lleva hasta el Barrio de Belén, una de las zonas imprescindibles de la ciudad.
Barrio de la Baixa
Este encantador Barrio es el lugar perfecto para callejear sin preocuparse por sufrir subiendo y bajando cuestas, ya que es una de las zonas más planas de la ciudad. Además, es una de las zonas más céntricas. De aquí no os podéis perder la Plaza del Rossio, pues es una de las más importantes de la ciudad, y visitar su estación de tren.
También recomiendo visitar la Plaza del Marqués de Pombal para acabar después en la famosa Plaza del Comercio, lugar perfecto para tomar algo y disfrutar del ambiente.
El tranvía 12 recorre gran parte del Barrio de La Baixa para aquellos que se lo quieras tomar con más calma y ahorrarse el paseo.
Barrio de la Alfama
Este Barrio sin embargo se caracteriza por sus empinadas calles empedradas en las que no es nada difícil perderse. Suele decirse que es en este barrio donde se descubre la verdadera esencia de la ciudad.
Se encuentra entre el Castillo de San Jorge y la orilla del Río Tajo. También es conocido por tener en sus calles algunos de los mejores restaurantes y tabernas en los que degustar comida casera de calidad. Además, al igual que en Oporto, pues es típico de todo el país, este es el mejor lugar donde disfrutar del característico fado portugués (un estilo de música popular que se caracteriza por su nostalgia).
Justo encima de este barrio, se encuentra el conocido como Barrio Alto, también muy empinado y conocido por su ambiente nocturno.
Plaza del Comercio
Esta plaza es probablemente la más grande de Lisboa y además se encuentra en pleno centro de la ciudad. Aquí es donde se encontraba el antiguo Palacio Real.
Se sitúa justo a la orilla del río Tajo por lo tanto es un lugar ideal para disfrutar de las vistas al río y uno de los mejores lugares desde los que observar el atardecer y la puesta de sol que se forma sobre el río.
La calle Rua Augusta es la que conduce hasta esta plaza y antes de llegar se pasa por debajo de un Arco del Triunfo (Arco de la Rua Augusto). Es posible subir a una terraza a lo alto de este arco desde donde observar toda la plaza y la estatua que se sitúa en su centro, la estatua de José I.
Elevador de Santa Justa
Este ascensor de 45 metros comunica el barrio de la Baixa con el Barrio de Chiado. Mucha gente se sube a él para obtener buenas vistas de la ciudad, pero lo cierto es que me han dicho que no es precisamente uno de los mejores lugares desde los que obtener una buena panorámica de la ciudad. Además, hay que pagar dos veces para poder subir hasta lo más alto de este elevador. Son unos 5,15€ en total.
Lo cierto es que aún así vale la pena acercarse a él para echarle un vistazo a su arquitectura ya que se trata de un ascensor neogótico de hierro forjado bastante característico.
En el pasado se utilizaba para trasladar de la zona más alta a la más baja de la ciudad tanto personas como objetos. Hoy, como digo, se ha convertido en todo un atractivo turístico. De hecho nosotras no llegamos a montarnos porque la cola para subir era bastante importante, y eso que estábamos en noviembre, o sea que no era de los meses más turísticos del año, vaya.
Puente 25 de Abril
Este puente se puede observar desde el Monumento de los Descubrimientos y a lo largo del paseo a la orilla del río Tajo, que es el que cruza este puente. En realidad desde toda la zona de Belém, ya que el puente es de enormes dimensiones. Actualmente se le considera el puente colgante más largo de Europa y además es el puente más antiguo de Lisboa.
Este puente con sus casi dos kilómetros y medio de longitud y sus setenta metros de altura sobre el río, conecta la zona de Alcántara, al oeste de Lisboa, con la ciudad de Almada. Como veis, recuerda mucho al Golden Gate de la ciudad de San Francisco. Se inauguró en el año 1966 y en sus inicios se llamaba el Puente Salazar.
Actualmente tiene dos plataformas, una superior y otra inferior que se añadió posteriormente. Por la superior transitan los automóviles mientras que la otra se reserva para el paso del tren. También durante un día al año se puede cruzar a pie, cuando se celebra la media maratón de Lisboa, aunque también se puede pasear por él sin necesidad de participar en ella.
Pero sin duda la mejor manera de admirar este puente es subiendo a algunos de los miradores que permiten tener una panorámica perfecta de él. Nosotras fuimos al Cristo Rei, situado en la zona de Almada. Se puede aparcar a muy pocos metros en coche y no es necesario subir hasta lo alto de esta enorme figura para obtener buenas vistas, a los pies de este monumento ya tenemos una panorámica de lujo del puente y de forma gratuita. De todos modos para aquellos que quieras subirse al Cristo Rei, hay que pagar 6€.
Fue una de mis visitas favoritas, pero hay que tener en cuenta que cruzar este puente en coche para poder llegar hasta el Cristo Rei, hace que corramos el riesgo de comernos importantes atascos, pues son bastante comunes en especial en verano ya que es aquí donde se concentran la mayor parte de ellos, pues la gente tiene que cruzar el puente para poder ir a la playa.
Barrio de Belém
Este barrio contiene tres de los lugares más imprescindibles que ver en Lisboa, y a pocos pasos el uno del otro: el Monasterio de los Jerónimos, la Torre de Belém y el Monumentos de los Descubrimientos.
Recomiendo visitar esta zona los domingos por la mañana, pues muchas de estas visitas son gratuitas. Sin embargo evitar visitarla un lunes, pues es el día que la mayoría de los atractivos están cerrados y solo podréis observarlos desde su exterior.
Monasterio de los Jerónimos
Este es uno de los monumentos más importantes de la ciudad y ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En cuanto lo vi me abrumó sus enormes dimensiones y la espectacularidad de sus fachadas. Fue construido en el siglo XVI y contiene la tumba de Vasco de Gama, un importante explorador. Además, en su interior se encuentra uno de los claustros más importantes del mundo. Nosotras no entramos en su interior pues estaba anocheciendo y queríamos aprovechar el poco tiempo de luz que nos quedaba para visitar la Torre de Belem, pero la verdad es que creo que vale mucho la pena visitarlo por dentro.
Para entrar hay que pagar 10€ (12€ si también se quiere incluir la visita a la Torre de Belém).
En cuanto al horario de apertura: todos los días de 10h a 18:30h de mayo a septiembre y de 10h a 17:30 de octubre a abril.
El Monumento a los Descubrimientos
Este Monumento se construyó para conmemorar la muerte de Enrique el Navegante. ¿Y quién fue este hombre? Pues se trata de uno de los mayores descubridores portugueses pues descubrió las Azores, Madeira y Cabo Verde, por lo tanto es todo un símbolo de la ciudad. Se puede subir a lo alto de sus 52 metros de altura a través de un ascensor y observar su Rosa de los Vientos.
El horario de apertura es de 10h a 18h entre octubre y febrero y de 10h a 19h entre marzo y septiembre.
Torre de Belém
Seguramente si alguna vez habéis oído hablar de Lisboa reconozcáis la imagen de esta torre, pues es todo un símbolo de la ciudad. A unos 10 minutos andando desde el Monumento de los Descubrimientos, esta torre también es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Se construyó a principios del siglo XVI a orillas del río Tajo con el objetivo de defender la ciudad de los enemigos y a su vez para dar la bienvenida a los viajeros que regresaban a la ciudad.
Para entrar hay que pagar 6€, pero como digo, si la cogéis conjuntamente con la entrada del Monasterio de los Jerónimos os ahorráis unos eurillos. Nosotras desafortunadamente llegamos demasiado tarde para poder acceder a su interior, pero dicen que su interior es todavía más bonito.
El horario de apertura es de martes a domingo de 10h a 17:30h, aunque de mayo a septiembre amplían el horario hasta las 18:30h.
Además de todos estos monumentos, no os podéis ir de Belém sin probar sus famosos pasteles de nata. Y es que es aquí, en una tienda llamada así tal cual, Pasteis de Belém, a pocos metros del Monasterio de los Jerónimos donde venden los mejores pasteles de nata de la ciudad. La tienda es fácil de reconocer pues raro es el día en el que no se forman grandes colas para poder entrar a comprar. De hecho nosotras fuimos en noviembre, no un mes demasiado turístico vaya, y aún así tuvimos que esperar un buen rato para poder llevarnos estos deliciosos pasteles a la boca. Estos pasteles son un dulce de crema cubierto de azúcar y canela en polvo. He de decir que yo no soy nada fan en general de la crema, y aún así me parecieron que estos pasteles estaban exquisitos.
Parque de las Naciones
Esta zona de Lisboa fue la que se remodeló para acoger la Exposición Mundial de 1998 de Portugal. Es por lo tanto a día de hoy, la zona en la que se encuentran las áreas comerciales y residenciales más modernas de la ciudad. Nada tiene que ver con el ambiente del centro histórico de la ciudad donde se encuentra el Barrio Alto, Alfama, etc del que os he hablado antes. En toda la arquitectura de la zona destacan los motivos marítimos.
En la actualidad es sobre todo un lugar de ocio, pues es aquí donde se encuentra en Acuario de Lisboa (uno de los más grandes de Europa), el Centro Comercial Vasco de Gama (en el que nosotros aprovechamos para comer pues tienen una oferta muy diversa de restaurantes desde asiáticos hasta fastfood, italianos o lo más tradicionales). Además, aquí también se encuentra el Pabellón Atlántico, que se utiliza para acoger diferentes conciertos.
También hay un funicular que permite disfrutar de unas vistas de toda esta zona y del río. Nosotras nos subimos y tuvimos que pagar 4€ la ida, y 6€ en el caso de ida y vuelta.
Desde aquí también se puede observar el Puente Vasco de Gama, que también fue construido con motivo de la Exposición del 98, además de con el objetivo de solucionar de alguna forma los atascos que se suelen producir en el Puente 25 de Abril para entrar y salir de la ciudad. Tiene nada más y nada menos que 17 kilómetros de longitud y 150 metros de altura, y su nombre rinde homenaje a Vasco de Gama, un importante explorador portugués.
LX factory
Este lugar se trata de una antigua área industrial del siglo XIX que con el tiempo quedó completamente abandonada hasta que una nueva generación de jóvenes artistas de la ciudad comenzaron a convertirla en un espacio creativo multifuncional.
En definitiva se trata de un barrio empedrado en el que se encuentran numerosas tiendas de moda, decoración y cultura además de una variada oferta gastronómica y de ocio. También aquí se encuentra una importante librería que recomiendo que visitéis. Simplemente callejear por esta zona vale la pena, pues se disfruta de arte urbano por cada uno de sus rincones.
Es curioso porque a su vez, esta zona funcionó también como escapatoria a la crisis económica que afectó (y afecta) al país ya que el alquiler de todos estos locales que os menciono se ofrecieron a precios más económicos para que estos jóvenes pudiesen llevar a cabo estos negocios.
Y os preguntaréis, ¿dónde se encuentra este curioso lugar? Pues se sitúa justo al lado del puente 25 de Abril del que os acabo de hablar, en el barrio de Alcantara.
Nosotras después de pasear por toda la zona, nos fuimos a tomar algo en el bar llamado Rio Maravilha desde el que se tienen unas vistas impresionantes del Puente 25 de Abril en su terraza.
Mirador de Monsato
Monsanto es un pequeño pueblo en el que se encuentra un antiguo edificio que desde sus 758 metros de altura, ofrece unas vistas privilegiadas. Aunque es cierto que este edificio no es especialmente bonito, es interesante visitar su interior y subir a lo alto para disfrutar de estas vistas. Hace ya 10 años que se encuentra abandonado, pero fue bastante la gente que nos encontramos allí escuchando música, tomando unas cervezas, pasando el rato… A la vez que observaban las vistas.
¡Esto ha sido todo por hoy! Espero que os haya gustado. Como veis Portugal es un país que sin duda alguna merece la pena visitar.
¡Gracias por leerme!
Galería de fotos
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