Primeros días en Lillehammer

Después de la experiencia en Oslo llegó el día de llegar a nuestro destino Eramus, Lillehammer. Cogimos un tren a las 4 de la tarde que llegaba hacia las seis. El camino en tren de Oslo a Lillhemammer ha sido uno de los caminos más bonitos que he hecho en tren en toda mi vida. Todo está lleno de lagos, lagos congelados, nieve, arboles blancos y muchísimo más. Por desgracia, en enero en Noruega, para las 15h de la tarde ya nos podemos olvidar de sol o de la luz. Para cuando llegamos allí ya era muy de noche.

Salimos del tren con miedo del frío pero la verdad que por mucho que hicieran -10 grados, no se notaba un frio tan exagerado como esperabamos.

Llegamos y nuestro Peer student vino a buscarnos (con una furgoneta y un coche, que llevabamos cada uno 3 maletas) y nos llevó a la resi. Allí, vimos nuestras habitaciones y nos juntamos para ir a hacer la compra. De primeras, todo nos parecia bastante asequible (en tema precios), pero no fue así para nada. Poco a poco cogíamos cosas y cuando vimos la suma casi nos da un ataque. A pesar de eso, tan contenos volvimos a la resi y empezamos a conocer a gente. Eramos los segundos en llegar ya que un amigo checo ya estaba allí, pero lo conocimos esa noche y fue genial. Empezamos a experimentar nuestro erasmus.

Al día siguiente dimos una vuelta por el centro de Lilly o Lillehammer con nuestro peer student. Lillehammer es una ciudad de 26.000 habitantes, bastante pequeña pero con su encanto El río congelado sobre el que pudimos andar, los cafés pequeños de la ciudad, su calle pincipal, incluso la estación de tren es preciosa.

A la vuelta conocimos mucha más gente que llegó ese mismo día, entre ellos los coreanos, con su cultura y su peculiaridad. Pasamos la noche con ellos, bebiendo unas cervezas y hablando un poco de su cultura y de la nuestra.

Lillehammer nos empezaba a gustar más, y la experiencia se estaba convirtiendo en algo mucho mejor.

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