VIAJE A PARÍS – DÍA 7: Descubriendo Lille
En la anterior entrada os contaba el sexto día del viaje y el primero que pasamos en Lille, nuestro tercer destino. Ese día llegamos a la ciudad pero no pudimos visitar mucho de ella.
En esta entrada os contaré lo que hicimos el sexto día de viaje, en el que por fin pudimos visitar la ciudad de Lille.
Día 7
Nuestro séptimo día de viaje empezó bastante mal. El día que llegamos a Lille habíamos comprado unos billetes de Flixbus con descuento para poder ir a Gante y visitar la ciudad al siguiente día. Por lo tanto, esa mañana salimos temprano del hotel para dirigirnos a la estación, donde nos esperaría nuestro bus.
Al llegar a la estación estuvimos bastante rato buscando el aparcamiento de buses, ya que no estaba muy bien especificado en ningún lado. Después de varios minutos perdidos y preocupados por no llegar a tiempo, los encontramos y empezamos a buscar el bus que nos llevaría a Gante. Por suerte, el autobús aún estaba allí, por lo que nos pusimos a la cola.
En cuanto llegamos al conductor que estaba revisando los billetes, le enseñé mi móvil con el código que guardaba los billetes. El conductor pasó la máquina para leer el código, pero no funcionaba. Tras varios intentos, seguía sin funcionar, por lo que intenté hablar con él, aunque ninguno de los dos tenía un buen nivel de francés, para saber lo que pasaba. No me supo explicar, porque decía que el nombre del trayecto y el día estaban bien, pero que no le funcionaba.
Tras un rato preocupados porque no sabíamos muy bien que pasaba, me di cuenta. El trayecto y el día estaban bien, pero el año no. En vez de comprarlos para ese año, los había comprado para el siguiente año. Se lo comenté al conductor y me dijo que no podía hacer nada porque no había sitios disponibles, lo que me hizo sentir muy mal. La única solución era cambiar los billetes para el próximo día, el día antes del final del viaje. Fue lo que hicimos, por lo que tuvimos que cambiar nuestro plan de visitar la ciudad el último día para ese día. Así, sin ninguna ruta planeada ni nada, empezamos nuestra visita por la ciudad.
Lo primero que hicimos fue desayunar en el centro comercial que está entre las dos estaciones de tren: el centro comercial Euralille. Además, visitamos algunas tiendas que nos interesaban, como Zing Pop Culture, una tienda situada en la primera planta que tiene merchandising de películas, serie y videojuegos.
Después nos dirigimos a la Place de la Republique. Allí, pudimos ver el Monument au général Faidherbe, uno de los monumentos históricos de Lille que está dedicado a Louis Faidherbe, un militar natural de la ciudad que dirigió la armada del norte durante la Guerra franco-prusiana.
En el centro de la Place de la Republique se encuentra una fuente con una escultura titulada Groupe des trois en el centro. A los lados, encontramos el Palais des Beaux-Arts, uno de los museos más grandes de Francia con una grande colección de obras de arte, y la Préfecture de Lille, que da tanto servicio al departamento del Norte como a la región de Hauts-de-France.
A continuación, buscamos un restaurante para comer. Como llevábamos días comiendo en restaurantes de comida rápida, queríamos probar algún plato típico, por lo que nos centramos en buscar un restaurante en el que sirvieran fondue de queso. Es así que encontramos Le Broc, un pequeño restaurante especializado en quesos y platos tradicionales de la región del Norte. Allí pedimos dos ollas de fondue con quesos diferentes. Además de las fondues, nos trajeron un plato a cada uno con ensalada, embutidos y pan. Fue una buena opción, ya que todo estaba delicioso.
Al terminar de cenar, nos dirigimos a la plaza principal de la ciudad, la Place du Général-de-Gaulle. Allí vimos la gran noria y el gran árbol que se instalan durante las Navidades. A pesar de que queríamos montar en la noria, no lo hicimos porque la plaza estaba llenísima de gente.
Entramos en el Furet du Nord, la emblemática librería originaria de la ciudad y que hasta final de siglo fue la mayor librería del mundo, teniendo actualmente el título de la mayor librería de Europa. Tiene varios pisos, cada uno dedicado a un tipo de libros. Además de obras en francés y también en otros idiomas, tienen artículos de decoración, juegos e incluso souvenirs. Allí pude comprar los mangas de una de las últimas películas de animación que había visto y que me encantó, Kimi no Na wa.
Nuestra siguiente visita fue Le Waf, el primer café de perros de Europa. En este sitio se paga una entrada de 5€ que incluye barra libre de bebidas mientras disfrutas de la compañía de perros abandonados. Cuando entramos, los perros se acercaron inmediatamente a la valla que impide que salgan por la puerta. Mis amigos estaban encantados, pero todos nos llevamos una decepción cuando una trabajadora nos dijo que no había sitio y que era recomendable haber reservado con antelación ya que el establecimiento solía llenarse siempre durante las vacaciones. Por lo tanto, tuvimos que ir a nuestra segunda opción.
Nuestra segunda opción era el salón de té Au Chat Voir Vire, un café ideal para los amantes de los gatos en el que los clientes pueden pedir una bebida y diversos pasteles y pasar una tarde rodeada de estos felinos. Por supuesto, los gatos no fueron tan cariñosos como parecían los perros, pero el ambiente era ideal y el sitio era muy acogedor.
Cuando salimos, ya era tarde, por lo que decidimos volver al hotel. Por el camino, pasamos por la rue de la Soif, el nombre que designa las calles de Francia con la mayor concentración de bares. En Lille, esta calle corresponde a los alrededores de la rue Solférino y la rue Massena. Pudimos ver así algunos bares que nos habían recomendado, como el Sherlock Pub. Desafortunadamente, no pudimos visitar ninguno.
En nuestro camino también pudimos pasar otra vez por la Place du Général-de-Gaulle, donde pudimos ver la noria y los edificios que rodean la plaza iluminados.
Antes de llegar al hotel, pasamos por el KFC que está al lado de la estación de Lille Flandres para comprar la cena y llevarla al hotel, en donde pudimos disfrutar de la cena juntos.
Antes de acabar el día, compramos los billetes para ir a Gante al siguiente día, comprobando varias veces que hubiéramos cogido el día correcto.
Así se terminó el séptimo día de nuestro viaje y el segundo día que pasamos en Lille. En la próxima entrada os relataré el siguiente día de nuestro viaje, en el que por fin visitaremos la ciudad de Gante.
¡Hasta la próxima!
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