La sorprendente ciudad de Lieja

¡Hola otra vez! Hoy quiero compartir con vosotros mi experiencia en la maravillosa Lieja. Esta ciudad de Valonia que suele caer en el olvido para muchos viajeros, realmente tiene muchos puntos de interés. ¡Vamos a verlos!

Además de la popular ginebra “peket”, es casi un deber probar los deliciosos gofres de Lieja, que se caracterizan por ser más ligeros y esponjosos que los gofres “de toda la vida”. Yo probé uno de canela y otro de vainilla y tengo que reconocer que me encantaron.

Pero dejando a un lado la gastronomía, los lugares que uno no puede perderse en Lieja son: en primer lugar, la Plaza Sanit-Lambert, el centro de la ciudad; el Palacio de los Príncipes-Obispos, un edificio del siglo XVI que hoy en día es el Palacio de Justicia; y la Catedral de Saint-Paul o la Catedral de San Pablo, un edificio religioso del siglo XIII.

No obstante, más allá de los lugares que acabo de enumerar, de Lieja prefiero destacar especialmente sus increíbles vistas. ¿Estáis listos para contemplar un paisaje mágico? Os aviso que para hacerlo, primero deberéis enfrentaros a unas interminables escaleras, también conocidas como la “Montaña Bueren”.

Las escaleras de Lieja que no tenían fin (dicen que tiene entre 300 y 400 escalones)

Debo decir que al principio tanto a mí como a mis amigos nos pareció divertido subir tantas escaleras (supongo que, además, ascender por esas escaleras fue algo que de una forma u otra teníamos que hacer para compensar los gofres que habíamos tomado). No obstante, reconoceré que, a medida que subía un escalón tras otro y el aire empezaba a faltar, solo esperaba que las vistas merecieran la pena. Descubrámoslo ahora…

¡Uy! Todavía seguimos subiendo…

Ya hemos llegado: definitivamente, sí, la vista merecía la pena.

Vistas de la ciudad desde lo alto de la Montaña Bueren

No muy lejos de este lugar (una vez dejando las escaleras tras de nosotros), se encontraba un gran obelisco, conocido como el “Monument au 14e Régiment de Ligne”. Las vistas desde este punto eran todavía más impresionantes. Además, había un par de miradores muy cerca.

El Monument au 14e Régiment de Ligne

Como os prometí, unas vistas espectaculares

Así que ya sabéis, espero que la comida, el casco histórico y, especialmente, las vistas, os demuestren que Lieja es un lugar precioso que merece ser visitado. ¡Ya me contaréis cómo lo pasáis subiendo las escaleras!

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