Descubriendo Letonia: Jurmala (3/4)
Como ya os comenté en la entrada de Riga, durante nuestra segunda tarde por Letonia había programada una excursión a otro de los principales puntos turísticos del país, Jurmala, que es la mayor ciudad-balneario de los Países Bálticos.
En nuestro caso, decidimos que no íbamos a coger las excursiones que no iban incluidas en el programa general del tour con antelación, sino que todo dependería de si teníamos tiempo y el lugar era lo suficientemente llamativo como para visitarlo mientras estábamos en otra ciudad. Si sois de moveros mucho os recomiendo hacer esto sin ninguna duda, porque además de perder menos tiempo, os ahorráis bastante dinero.
Para poneros la salida a Jurmala como ejemplo, con el tour la visita costaba sesenta euros por persona, incluyendo únicamente el autocar desde Riga hasta allí ida y vuelta y las explicaciones de la guía una vez que estuvieses allí. Pues bien, a nosotros nos costó alrededor de dos euros un billete de tren hasta allí, es decir, el transporte completo costó un total de cuatro euros por persona. Lo único que te falta en ese tipo de excursiones son las explicaciones, pero para eso siempre vamos bien preparados con mucha información sacada de internet.
El caso, que gracias a esto pudimos dedicar parte de nuestra tarde en visitar algunas cosas que nos habían quedado pendientes en Riga antes de partir para Jurmala, no como los que iban con visita guiada, que tuvieron que salir corriendo después de comer. Además el viaje en tren es muy corto, tardas alrededor de veinte minutos en llegar, por lo que tampoco pierdes nada de tiempo.
La verdad es que Jurmala es una ciudad muy pequeña y es más bien conocidilla por su enorme playa, por algo "Jurmala" en letón significa "playa". Por ello sabíamos que en dos o tres horas como muchísimo podríamos recorrer los principales puntos de la ciudad tranquilamente e incluso dar un buen paseo por la playa, aunque habiendo visto tantas playas españolas larguísimas y preciosas y habiendo estado en las playas del norte de Dinamarca, la verdad es que esta tampoco me parecía tan sorprendente como me la pintaban.
Conociendo un poco más Jurmala
Al principio, Jurmala formaba parte de Riga, pero poco después comenzó a avanzar y a adquirir su propia buena reputación, y empezó entonces a ser uno de los destinos vacacionales más populares de la Unión Soviética.
Con el crecimiento de Riga como ciudad turística, Jurmala empezó a quedarse atrás en las listas de destinos turísticos de los Bálticos, y ha sido en el momento en el que numerosas celebridades y personas influyentes rusas y de los bálticos han comenzado a comprar casas por la zona, cuando Jurmala ha comenzado a recuperarse a volver a adquirir esa gran reputación que tenía como zona turística.
Es cierto que en verano hay muchísimo ambiente por la zona. La calle principal está abarrotada, y viendo a las personas caminar por el paseo en bañador, a los niños bañándose en las fuentes o todos los puestos artesanales que te encuentras en la calle principal te das cuenta de que ese lugar bien podría ser cualquier zona turística de playa española en vez de una ciudad de Letonia.
Ahora bien, en invierno Jurmala tiene pinta de ser una de esas zonas abarrotadas en verano pero muertas y solitarias el resto del año, porque todo está hecho por y para el turismo de verano, el de playa. A mí personalmente me encanta visitar ese tipo de playas largas en invierno, así que seguro que si hubiese visitado Riga en otra época del año que no fuese verano, también me habría acercado para descansar y relajarme un rato viendo la playa de más de treinta kilómetros desierta.
¿Qué ver en Jurmala?
En esta pequeña ciudad también se pueden observar claramente los contrastes arquitectónicos entre los edificios de art nouveau tan famosos como las típicas casas de madera también famosas en muchas zonas de los bálticos. Excepto algún edificio público del que hablaré ahora, la mayoría de casas y edificios son residenciales y de uso privado. Parece sin duda uno de esos barrios residenciales de personas muy adineradas con sus casitas a pie de playa.
Dio la casualidad que el día que fui yo estaba bastante nublado, por lo que no hacía un día de playa propiamente dicho. Esto hizo que no hubiese tantísima gente en la orilla como por lo visto suele haber, y que la gente prefiriese estar dando una vuelta por los alrededores más que tomando el poco sol que había o bañándose. Yo soy bastante friolera, así que lo único que hice fue meter los pies en el agua para comprobar la temperatura. Sorprendentemente, no estaba tan fría como pensaba, y bien podría tratarse del mar del norte de España. Además, como dato curioso del que nos enteramos después de nuestra visita, el agua de esta playa apenas tiene sal.
Además de la playa, Jurmala tiene la suerte de disponer de varios senderos por los que caminar y alejarte un poco del turismo playero. Para ello tienes que bajarte justo al otro lado de las vías del tren, en sentido contrario a la playa, en dirección al Parque acuático de Jurmala, el Livu Akvaparks, que es otro de los principales puntos de interés, sobre todo de las familias, junto al "Adventure park" que se encuentra justo al otro lado, a escasos metros de la playa.
Hay dos parques dentro de la ciudad pero alejados del turismo, el Parque Nacional de Kemeri y el Natural de Ragakapa. La verdad es que resulta bastante chocante salir de las calles principales y encontrarte con un paisaje natural impresionante hasta el punto de que parezca que te encuentras en medio del bosque. Además, en estas zonas apenas hay un par de hoteles, ya que el resto se encuentran a escasos metros de la playa, así que es un lugar perfecto para descansar.
(Fotografía sacada de la página de Visitjurmala.lv)
Dubulti es la zona más antigua de Jurmala. En esta zona hay apenas una estación de tren y la Iglesia Luterana, con una torre bastante alta. Si vamos caminando desde allí hasta el centro de la ciudad, encontraremos los principales edificios de la ciudad. Entre ellos hay una galería de arte llamada Inner Light, el Museo de la Ciudad de Jurmala y el famoso e histórico Balneario de Jurmala, uno de los principales, sino el mayor punto de interés de Jurmala. Este último está situado en medio de la playa, y cuando lo vi me recordó muchísimo a La Mansión de Casper de mi época, juzgad vosotros mismos.
Y la verdad es que el resto de edificios que realmente nos llamaron la atención fueron los edificios particulares y algunos hoteles. Algunos tenían unas construcciones preciosas y unos colores muy llamativos y diferentes. Si venís a Jurmala, os recomiendo salir de las dos o tres calles más principales para adentraros un poco en las zonas más "fantasmas" y así poder ver la gran variedad de casas que hay, que no son pocas.
Y cuando hayáis terminado, siempre podéis dedicaros a pasear por la calle principal, viendo las cosas que venden en los puestos, comprando unas moras para comer por el camino o algún helado en los carritos de helados que os vayáis encontrando siempre y cuando os haga buen tiempo.
Siendo sincera, yo no os recomiendo venir a Jurmala más de una tarde a no ser que estéis buscando unas vacaciones diferentes y tengáis el suficiente tiempo como para pasar en una playa del mar báltico unos días de relax. La oferta cultural no es demasiado amplia, y el sitio en sí es bastante caro, así que con una tarde que os paséis como hice yo seguramente tengáis suficiente.
Tampoco es un lugar que me haya apasiado, y como dije en la entrada de Riga, nosotros nos quedamos un poco arrepentidos de haber venido aquí en vez de quedarnos en Riga pateándonos hasta el último rincón. Aun así, fueron unas horas de calma respirando aire puro, así que tampoco vamos a quejarnos.
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