Las Médulas, las minas de oro más famosas de la Península (3/4)

Geología del yacimiento aurífero de Las Médulas

Hasta hace poco se había considerado el yacimiento de las Médulas como fruto de la acumulación durante el Mioceno de materiales terciarios en grandes abanicos aluviales en los que el oro se encontraría en la base de algunos niveles. Sin embargo, nuevos estudios han mostrado que el origen de los depósitos auríferos podría deberse a la evolución de un sistema fluvial con periodos alternos de deposición de aluviones y encajamientos, formando de esta manera terrazas.

las-medulas-minas-oro-mas-famosas-peninsVista panorámica de Las Médulas desde el mirador de Orellán (Fuente)

La mina de Las Médulas tiene un depósito de oro asociado a algunos abanicos aluviales. Su secuencia estratigráfica inicia con unos depósitos en la facies Orellán, donde no hay partículas de oro, y están compuestos por gravas con cantos de pizarra, arenas y arcillas, que son de color rojo y fueron excavados por los romanos para facilitar la evacuación de estériles. La siguiente facies es la Santalla, que tiene gravas más gruesas y es la principal portadora de oro (el peso medio de las partículas de oro es de 0,32 mg), por lo que fue el objetivo fundamental de los mineros romanos. Sobre la facies Santalla se encuentra la facies Las Médulas, que son abanicos aluviales de limos y arenas y cuenta con un porcentaje de oro inferior (las partículas de oro pesan de media 0,21 mg), por lo que los romanos no mostraron demasiado interés y lo usaron básicamente como un estéril. De este modo los materiales explotados constituirían el tramo superior y más moderno de la sucesión de relleno de la Cuenca de El Bierzo, que habría quedado colmatada.

las-medulas-minas-oro-mas-famosas-peninsPoblado metalúrgico de Orellán (Fuente)

¿Sabíais que ha analizado en varias ocasiones la cantidad de oro que se pudo extraer en época romana en Las Médulas, llegándose a veces a la conclusión de que sumarían hasta 10 toneladas? No obstante, algunos investigadores rebajaron esta cantidad a 4.677,500 kg de oro, es decir, entre 4 y 5 toneladas. Su estudio también habría probado que prácticamente toda esta cantidad de oro saldría de la facies Santalla. No obstante, cabe mencionar que la explotación de Las Médulas no fue un hecho aislado, sino que también se explotaron otros yacimientos vecinos, como Córgomo, A Medua, El Caurel, las minas de Os Biocos, las minas de Los Cáscaros y La Leitosa, el yacimiento de Burbia y el del Ancares.

Infraestructura hidráulica: canales y depósitos

Las Médulas fueron un yacimiento en el que se trabajó de forma exhaustiva, llegando incluso a desviar el curso del río para facilitar la desecación de tierras y su lavado de estériles, como por ejemplo en el túnel de Montefurado.

Normalmente se utilizaban varias herramientas para deshacer los grandes bloques de tierra ("gangadia" o "gandadia"):

“Se trata de una tierra (…) que es casi imposible de penetrar. Se ataca con cuñas y mazas de hierro lo mismo que antes: no hay nada en el mundo más difícil, pero la sed de oro es más dura.” (Plinio, "Historia Natural", Libro XXXIII, 72).

Plinio también recoge que se usaba fuego y vinagre para resquebrajar rocas:

“En dos métodos nos encontramos con obstáculos contrapuestos; el fuego y el vinagre. Pero como en las cuevas el vapor y el humo asfixian a los mineros, suelen tener que romper la roca con martillos de hierro (…), y luego sacan los fragmento sobre los hombros de día y de noche, pasándolo de mano en mano a través de la oscuridad” ("Historia Natural", Libro XXXIII, 71).

 Destaca el uso de lucernas para iluminar la mina:

“Con galerías llevadas a largas distancias, en el hueco de la montaña a la luz de las lucernas, que se utiliza para medir el trabajo” (Plinio, "Historia Natural", Libro XXXIII, 70).

En Las Médulas fue esencial la energía hidráulica mediante construcción de canales y depósitos:

“Otro trabajo (…) es conducir desde la cumbre de las montañas, la mayoría de las veces a cien millas de distancia, los ríos para lavar los desechos. (…) Y este es un gran trabajo: es necesario que la pendiente sea rápida, y para ello tiene que venir de los puntos más altos. Para que pase el agua, los valles y las quebradas se forman puentes con canales” (Plinio, "Historia Natural", Libro XXXIII, 74).

Plinio atestigua también la "arrugiae" o "ruina montium", consistente en cortar las minas y derrumbarlas mediante el uso de agua presión:

“Rota cae la montaña con un estruendo que la imaginación no puede concebir, y da una explosión de una fuerza increíble” ("Historia Natural", Libro XXXIII, 73).

La “ruina montium” era una práctica que minaba mediante galerías y pozos toda una masa de tierra, introduciendo en ella agua a presión para provocar su derrumbamiento. Esta técnica se ha documentado en Las Médulas y también en otros yacimientos, como en Las Miédolas o en Los Cáscaros. Esta técnica del derrumbe de montes fue el sistema más conocido y llamativo de Las Médulas, pues es el más potente y el que ha alterado el paisaje.

las-medulas-minas-oro-mas-famosas-peninsSistema de explotación de la "Ruina Montium" (Fuente)   

La fuerza hidráulica podía usarse para arrastrar y deshacer el conglomerado aurífero, encauzar el lodo generado hacia algún canal de lavado o "agogae" donde decantar el oro o para evacuar los cantos rodados más grandes, amontonándose en forma de murias destinadas a su evacuación. Se distinguen: la red hidráulica, que proporciona agua que pasa a través de canales (“canales”o “corrugi”), depósitos (“stagna” o “piscinae”) y canales de explotación (“emissaria”); canales de evacuación, por donde eran expulsados los estériles; y los desmontes o vaciados mineros, así como la acumulación de los estériles o murias.

La red hidráulica de Las Médulas se encuentra situada en las vertientes norte y sur de los Montes Aquilanos, en la parte más occidental de la sierra del Teleno, en cuyo extremo final se encuentra el yacimiento de Las Médulas. La principal captación de aguas es la del río Cabrera, al que sigue en importancia el río Eria, a la altura de Corporales, y el río Oza.

La explotación contaba con unos siete canales principales, a los que se añadían algunos subsidiarios, que a su vez estaban incluidos en tres redes diferentes. La primera de ellas era la septentrional del río Oza, cuyos canales intervinieron sobre todo al comienzo de la explotación. La segunda de estas redes era mucho más extensa y abastecía las Médulas desde la cuenca del río Cabrera. La última de las tres tan solo contaba con un canal en la parte meridional y era el más bajo en altura de todos, captando sus aguas, al igual que el anterior del nacimiento del río Cabrera.

La posición notablemente elevada de los depósitos auríferos respecto a los cauces de los ríos obligó a llevar a cabo una gran planificación. Para trazar estos canales, habitualmente en terrenos rocosos y escarpados, los romanos debían atender a la pendiente de cada zona y aprovechar antiguos caminos y trazados, para lo que a su vez debían servirse de instrumentos específicos que ayudaran a su nivelación, como es el caso de la dioptra y el corobates.

Primero se debía construir la red de canales y depósitos que contarían con una puerta u "opurtamentum" para regular la salida de agua, después el agua se usaría a través de canales de explotación para extraer o abatir el conglomerado aurífero (“ruina montium”) y, finalmente, el material debía arrastrarse hasta los canales de lavado, para separar el oro de los estériles, los cuales se expulsaban fuera de la mira a través de canales de evacuación, que los depositaban en colas de lavado o conos de deyección.

Un elemento que era imprescindible tener en cuenta en esta zona a la hora de construir toda esta red hidráulica era su dinámica fluvial, que se veía enormemente influenciada por las importantes avenidas a causa de las lluvias y estiajes, por lo que la solución más sencilla a esto fue la construcción de unas presas de derivación exclusivas para estas temporadas de estiaje.

En Las Médulas la única red hidráulica que se conserva íntegramente es la correspondiente a las últimas fases de explotación. El agua llegaba desde la Valduerza y desde La Cabrera hasta un depósito, cuya huella hoy en día es reconocible por una pequeña depresión húmeda. El agua se enviaba a Las Valiñas y a El Barreiro o El Souso mediante dos canales de distribución, cuyo trazado ha sido excavado. Destaca la explotación de La Horta, donde se distinguen dos tramos: uno al aire libre y otro subterráneo, un túnel, para llevar a cabo la “ruina montium”.

El lavado de oro y la evacuación de los estériles

Dado que las partículas de oro se encuentran dispersas entre los estériles, debe darse un lavado de oro y extracción del metal, al mismo tiempo que se desvían y eliminan los estériles por los canales de evacuación. Cuando los conglomerados de tierra eran de cantidades ingentes, estos se amontonan en murias que no llegaban a atravesar el canal de lavado.

Plinio describe los canales de lavado o “agogae” (Historia Natural, Libro XXXIII, 76-77) como unas zanjas excavadas por las que fluye agua y las cuales se recubren con brezos de madera, que retienen el oro. Los laterales se cierran con tablas de madera y de este modo se van extrayendo las pepitas de oro o “massae”. De este modo, los canales serían una especie de caja de madera abierta con obstáculos formados por ramas de brezo fijadas a su fondo y funcionarían así: el lodo aurífero arrastrado por el agua pasaba a lo largo del canal de lavado y sus obstáculos favorecían la separación de materiales pesados (oro) de los ligeros (lodo), que sería expulsado por los canales de evacuación hacia colas de lavado o conos de deyección de estériles; finalmente, el oro sería recogido cuidadosamente y lavado en fino. Como curiosidad os diré que las “agogas” que recoge Plinio son muy parecidas a los actuales canales de lavado denominados “sluices”o “sluice-boxes”.

La labor del lavado se realizaría inmediatamente después de la extracción y el arrastre del material, actividad para la que sería necesaria la utilización de instrumentos: se han hallado en diversos yacimientos (en varias minas de Asturia y en el norte de Portugal) bloques de piedra dura y resistente, frecuentemente de cuarcita, con uno o varios orificios sobre su superficie, los cuales se han interpretado como morteros. No obstante, se ha debatido su posible uso mecánico en algunas minas de oro, debido a su uniformidad y pulimento. También se ha propuesto su posible utilización para triturar y lavar los elementos. 

En lo referente a la evacuación de los estériles producidos en el proceso, estos según su constitución y morfología pueden ser clasificados en tres grupos. El primero de ellos sería el de arcillas y limos, que llegan a los 0,22 mm, los cuales son materiales que se transportan en suspensión acuosa, por lo que son evacuados por el agua sin ningún tipo de dificultad. El segundo grupo lo compondrían las arenas y gravas, que van de lo 0,2 mm hasta los 2 cm, siendo materiales que no absorben el agua y de mayor densidad, por lo que tienden a irse al fondo de los canales de lavado. Por último, el tercer grupo lo conformarían los cantos, con tamaños por encima de los 2cm, que son materiales de cuarzo. Su mayor tamaño hace que no puedan ser retirados del fondo de los canales de lavado por lo que son evacuados por la propia corriente, y ya a partir de los 20cm su tamaño hace que tengan que ser retirados incluso a mano para evitar de este modo el deterioro de los canales.

Estos estériles son una gran fuente para el estudio de la minería romana en Las Médulas, pues, al tratarse de grandes cantidades de tierra que se han ido acumulando y depositando, aportan una cronología relativa al yacimiento, mediante la deposición de facies. Así, se han identificado diversos conos de deyección de estériles: E-1, La Brea, que fueron los primeros estériles producidos y se encuentran al norte del Sector I; E-2, Chao de Maseiros, que ocupa el llano desde la mina hasta el arroyo del Valao y en su mayoría estos estériles proceden del Sector III; E-3, La Balouta, que se extiende desde Balouta hasta el río Sil al norte de Salas de La Ribera y se formó a partir de los estériles del Sector III, los cuales en los últimos momentos salieron mediante el túnel excavado de 200 m de La Palombeira, debido a la altura del barranco de la Balouta; E-4, Valdebría, que vertía los estériles del Sector III hacia el Sil; E-5, Yeres-Rebordelo, que es la única que vierte los estériles del Sector III hacia el río Cabrera; y E-6, Valdamola, que vierte también los estériles del Sector III, concretamente de la zona de El Couso y La Furnia, hacia el arroyo de Isorga.

Se ha realizado recientemente un estudio sobre los estériles acumulados en el cono de deyección más extenso de Las Médulas, el de Chaos de Mourán (E-2) para diferenciar distintas capas y determinar el volumen de estériles depositados en esta cola de lavado. Se conoció que en este cono de deyección se depositaron hasta 48.743.395 metros cúbicos, por lo que, a partir de este resultado, se estimaron las cantidades depositadas en el resto de colas de lavado y se sumaron todas: en Las Médulas se llegaron a depositar en total 78.972.179 metros cúbicos de estériles. No parece extraño que tal movimiento de tierra causara un embalsamamiento en el valle, dando origen al Lago de Carucedo. Así, las transformaciones geomorfológicas de la actividad minera en Las Médulas alteraron el paisaje enormemente.

las-medulas-minas-oro-mas-famosas-peninsAspecto actual de Las Médulas (Fuente)



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