Sur: Porto Selvaggio

Publicado por flag-es Yaiza Martinez Cano — hace 6 años

Blog: Erasmus por ITALIA
Etiquetas: flag-it Blog Erasmus Lecce, Lecce, Italia

Porto Selvaggio, mar y playa:

Llegó nuestro sexto día de viaje y con él la visita a uno de los lugares más bonitos que he visto en este viaje y que sin duda ha quedado anclado en mi corazón para siempre. Hablo de Porto Selvaggio, un verdadero paraíso.

Sur: Porto Selvaggio

Es un área de terreno de al menos unas mil hectáreas que, por sus características, está denominado como Parque Natural, pero no es solo naturaleza en estado puro lo que encontramos en este espacio ya que en toda la costa, desde Porto Cesareo hasta prácticamente Gallipoli se encuentran una gran cantidad de torres y fortificaciones levantadas a lo largo del siglo XVI como defensa ante los turcos y saracenos, formando así una línea de control en toda la costa donde los soldados y caballeros daban alarma de un posible problema a través de señales de humo visibles en todos los puntos, ya no solo de torre a torre sino también a los pueblos cercanos. Estas torres inicialmente se construyeron de forma cilíndrica pero posteriormente se modificaron para hacerlas cuadrangulares con objetivo de tener así un punto de vista y de acción completo. De al menos la docena de torres que podemos encontrar paseando por la costa nosotros solo visitamos dos: Torre Chianca (situada cercana al Lido Elios) y Torre Santa María dell’Alto (situada en un precipicio de al menos unos cincuenta metros sobre el nivel del mar y cercana al lugar que ese día visitábamos). Además queda decir sobre estas fortificaciones que, aunque hoy día su función principal no sea la de vigilancia hacia el mar, tienen otras funciones sociales y culturales. Por ejemplo, la primera de ellas hoy día está habilitada como museo, mientras que la segunda sigue siendo una torre de vigilancia pero, hacia el interior, es decir, se utiliza por la guardia forestal con objetivo de controlar posibles fuegos que destrozarían este bonito paraje.

Una vez hemos hablado sobre los enclaves que podemos encontrar queda describir el sitio en el terreno natural. Es una playa conocida para los locales por lo que en los días de vacaciones y temporada alta hay bastante gente, y por eso hay también habilitado un parking en el exterior, por lo que se puede aparcar bien allí. Una vez se deja el coche, queda recorrer unos kilómetros para llegar a pie de playa, y aunque el sendero no es escabroso, recomiendo llevar tenis o zapatillas de deporte para recorrerlo. Es muy bonito pasear por este lugar ya que los pinos frondosos que se encuentran a ambos lados del camino hacen del paseo un pasillo de verde y naturaleza espectacular.

Aunque, si no tenéis excesivas ganas de andar o hace mucho calor para realizar el recorrido a pie podéis coger un pequeño bus que cuesta unos dos euros y que te deja a unos metros de distancia.

Una vez llegamos y colocamos nuestras pertenencias en un lugar de sombra fuimos directos al agua. La verdad es que recomendaría también llevar escarpines o zapatos que sean aptos para andar por la playa ya que no solo en la zona de la playa hay rocas y piedras sino que también en el exterior encontramos formaciones rocosas que en la antigüedad habían formado una barrera de coral y que, por consiguiente, hoy día son rocas con huecos, salientes y roturas que pueden producir cortes y arañazos con facilidad.

Nosotras no fuimos precavidas en ese aspecto e íbamos con los pies descalzos, por lo que nos costaba bastante movernos sin tropezarnos, caernos o arañarnos con algo. Además, este lugar es muy especial porque en una de las partes de rocas se encuentra una salida de agua subterránea que procede obviamente de grutas y ríos subterráneos de agua dulce. Esto quiere decir que el agua sale de la roca prácticamente congelada. Nosotras, que no sabíamos lo que se encontraba por allí decidimos meternos prácticamente por donde salía esa agua fría, por lo que era un espectáculo vernos con la cara descompuesta de lo fría que estaba pero además haciendo también movimientos rarísimos y serpenteantes porque prácticamente no podíamos andar. ¡Qué show! Al final decidimos ir hacia la zona de la arena donde el agua está mucho más calentita, seguir después saltando un par de veces al agua desde los salientes que se encuentran allí y finalmente volver a la zona de aguas frías para darnos allí un baño metiendo hasta la cabeza, nos dijeron que teníamos que hacerlo, que era tradicional meterse de lleno en aquella pequeña piscina y que si no lo hacíamos realmente era como si no hubiésemos venido a Porto Selvaggio. A mí al principio me gustó poco la idea ya que había probado anteriormente un poquito de esa agua y me parecía horrible tener que meterme entera en ella, sin embargo, como se dice en mi pueblo, de perdidos al río, y allí que fuimos. ¿El resultado? Sales de aquellas aguas como nuevo, de hecho es una de las mejores sensaciones que he tenido en el viaje, sentir el frio de aquellas aguas trasparentes en la piel y salir a la superficie donde el calor del sol te da de lleno y hace que te sientas en un auténtico paraíso. Además, a los lados de la playa se encuentran diferentes grutas y entrantes del agua del mar en la roca que generan las pequeñas cuevas que menciono a continuación. Nosotros visitamos Grotta Gaia, a la que se debía acceder nadando, que la verdad, es pequeñita, pero bastante bonita ya que el sol entraba a ella desde la superficie a través de algunas grietas y roturas en la roca, lo que le daba un ambiente como de película de sirenas y criaturas marinas mitológicas. Hay además otra gruta a la que también se accede a nado y a la que nosotros no llegamos, básicamente porque se encuentra algo más alejada de la zona donde estábamos y tampoco queríamos alejarnos mucho de donde habíamos dejado todas nuestras cosas. Aquella gruta se llamaba Grotta Verde.

Sur: Porto Selvaggio

Sur: Porto Selvaggio

Sur: Porto Selvaggio

Para comer, mi consejo es que os llevéis algo como bocadillos, pizzas ya hechas o alguna cosa para picar ya que allí solo podréis encontrar un par de puestecitos donde lo único que venden es granizado, agua (cosa que también os hará falta) y algunos helados.

Después de comer y descansar un poco fue cuando fuimos a Torre Santa María dell’Alto, mencionada ya anteriormente, y allí leyendo los diferentes paneles informativos entendí un poco más cómo estaba construida y cómo de importantes eran estos elementos defensivos en la época medieval de la que datan. Me gustó mucho el paisaje que se divisaba desde allí y el sendero de tierra y escaleras de piedra que recorrimos para volver hacia la playa.

Sur: Porto Selvaggio

Sur: Porto Selvaggio

Es un sitio que, sin duda, debéis visitar si os encontráis cercanos a él y si amáis como yo encontraros en ambientes naturales donde se entremezcla la frondosidad de los árboles de la montaña con la claridad y transparencia de las aguas tropicales. Os encantará.

Sur: Porto Selvaggio


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