Lagos y Benagil, tesoros escondidos
Lagos tan cerca y tan desconocida.
Lagos es un pueblecito que está cerca de Faro, a una hora en autobús. Si estás de Erasmus en Faro, aprovecha para ir un fin de semana a este pueblo porque tiene unos lugares preciosos.
Yo fui con mi hermana desde Faro, cogimos el autobús que nos dejó en la estación de Lagos y nos dirigimos al alojamiento que habíamos reservado, el residencial solar. Al llegar, la única pega que tuvimos fue que el ascensor no funcionaba y eran 3 pisos, después del viaje en bus no nos hizo mucha gracia. La verdad que llevábamos poco equipaje y no costó mucho subir las maletas. La habitación estaba bien, un armario muy amplio, terraza y camas cómodas, el baño un poco antiguo pero pasable. La recepcionista muy amable y nos ayudó con las indicaciones en el mapa y nos dejó imprimir los billetes de avión.
Visitamos el centro de Lagos, tiene un montón de calles estrellas pero es muy bonito. Es un pueblo muy turístico, nosotras fuimos en agosto y estaba a reventar, había cola para todo en todos los sitios, un poco agobiante a veces.
Uno de los días fuimos a la playa, atravesamos el puente y caminamos hasta los chiringuitos. El arenal es bastante extenso hay que hacer una buena caminata para llegar al agua pero se estaba muy bien. Nos vendieron unos bollos típicos de allí que estaban buenísimos, tomamos el sol y descansamos.
Por la noche fuimos a cenar a uno de los locales la famosa francesinha. Es un plato que lleva mezcla de carnes, queso y salsa picante. A mí personalmente no me gustó porque lleva picante la salsa, pero a mi hermana le encantó, así que hicimos un intercambio de platos y yo me comí su ensalada y ella mi francesinha.
Otro de los días fuimos a la oficina de información turística para ver como llegábamos hasta Ponte da Piedade. El señor que nos atendió era ¡crack!, sabía un montón de idiomas. Estaba atendiendo a unas francesas y cuándo acabó nos dio la información, fue muy amable con nosotras.
Estuvimos esperando el tren turístico que sale justo delante de la oficina de turismo para poder ir a Ponte da Piedade. No recuerdo precio pero por 3 euros más o menos, podíamos bajar y subir en diferentes puntos.
Cuando llegamos a Ponte da Piedade había una tienda de ropa y detrás el acantilado. Bajamos con cuidado las escaleras y abajo de todo estaba un barquero que te llevaba en la barca y te hacía un recorrido por debajo de las rocas. Yo sinceramente con el viento que hacía, no lo vi seguro y de hecho no había nadie que montará. Después de estar un rato haciendo fotos, subimos de nuevo y nos dirigimos hacia el lado contrario.
Vimos otra playa pero no bajamos porque el único punto de acceso era una cuerda que colgaba de una roca. Había dos personas tomando el sol, no sé si seguirán vivas. También vimos a unos remando con una canoa que debía de ser una actividad contratada porque iban con el monitor.
Después subimos y esperamos el tren otra vez para bajarnos en Doña Ana. Cuando llegamos había una parte que estaba cerrada por derrumbamientos, así que nos hicimos las fotos desde arriba y tuvimos que caminar por en medio del monte para encontrar otra más cercana. Allí nos quedamos a descansar y tomar el sol. Esa playa era una calita más bien pero tenía un arco al final que le daba un toque de gracia. Después volvimos por la montaña para coger otra vez el tren y volver a Lagos.
Ese día fuimos a cenar a un local, Casinha do Petisco, que tenía muy buena fama. La verdad que cocinan bien, pero tuvimos que esperar 2 horas para poder cenar. Pedimos langostinos a la plancha con arroz y se nota que Lagos trabaja producto fresco de mar.
Benagil
Cerca de Lagos está Benagil. Nosotras fuimos en autobús desde Faro. La verdad que empezamos mal el día porque tuvimos problemas con el que nos vendió los billetes.
Resulta que estábamos esperando el autobús y cada bus que aparecía, yo preguntaba si iba para Benagil, porque ninguno lo ponía en la cabecera, y todos me decían que no. Pasaba ya media hora de la hora a la que tenía que pasar el autobús y nos empezamos a mosquear. Fuimos a la taquilla a preguntar qué pasaba y nos suelta el tío que era bastante borde - El bus ya pasó, ahora habéis perdido el billete. A lo que yo respondí - imposible porque todos me dijeron que no iban y él otra vez que sí pasó a tal hora.
Bueno ya montamos pollo, mi hermana pidió la hoja de reclamaciones y el tío ¡no nos la quería dar! Así que le dije, bueno pos llamamos a la policía porque nos estás negando el derecho a reclamar. El señor se puso todo nervioso y empezó a hablar con el colega y al final nos sacó billetes nuevos. Para evitar cualquier problema le pedí que me avisará cuando llegara nuestro bus y evitar incidentes mayores. Y así fue, nos avisó desde la taquilla. Pero ni una disculpa, el trato fue pésimo. Así que si te encuentras en esta situación, ya sabes pide la hoja de reclamaciones que siempre funciona.
Cuando llegamos a Benagil aún tuvimos que coger otro bus para llegar hasta la playa. Al llegar, bajamos hasta un puesto que había que vendía para hacer el recorrido en barco por debajo de las rocas. Muy chulo, solo por eso mereció la pena llegar hasta allí. Aunque si te mareas, mejor no vayas porque hay un punto que aceleran y saltas involuntariamente ¡ mola mucho!
Meten la barca por cuevas que no piensas que vaya a entrar, e incluso en algunas puedes tocar el techo con la mano. Da un poco de miedo pero saben lo que hacen.
Después descansamos en la playa y comimos los bocadillos que nos habíamos llevado. La verdad que se estaba de lujo allí. Luego sobre las 6 nos quisimos volver. Cerca de la salida de la playa había una cola enorme para coger taxis. Yo le pregunté a la que nos vendió el tour del barco si sabía a qué hora pasaba el autobús. Para nuestra sorpresa había pasado el último hace un rato y o íbamos a la estación en taxi o andando.
Yo me reía porque parecía todo una broma. Al final decidimos ir andando porque pensamos que 10 kilómetros a pleno sol no eran tantos. Moríamos de sed por el camino, solo había campo y más campo. A mi hermana le dio un mareo y todo. Luego encontramos un señor en bicicleta que apareció de la nada y le preguntamos si íbamos bien y nos dijo que sí. Nos encontramos uvas por el camino y comimos alguna para beber algo de líquido pero tenían insecticida o algo y a mi hermana le sentaron mal después.
Luego después de mucho caminar llegamos al pueblo y fuimos a la estación a coger el bus. Esa noche dormimos del tirón.
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