Ir a la universidad en Francia

Una de las cosas que más miedo me daba antes de irme de Erasmus y dejar Bélgica era ir a la universidad en Francia y hacer las clases en francés.

En Bélgica, he ido a clases de francés desde que tenía 10 años así que mi vocabulario y gramática estaban bastante bien. El único problema al que me tenía que enfrentar era que: ¡los franceses hablan muy rápido! ¡En serio! Y también acortan las palabras.

Por lo que después de una hora de clase de francés estaba en plan: Dios mío, ¿cómo voy a hacer esto durante 4 meses? Algunos profesores ni siquiera usan Power Points o libros, así que tenía que entender todo lo que decían. Conclusión: era misión imposible. O por lo menos eso es lo que pensé durante la primera semana.

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Pero semana tras semana mi francés empezó a mejorar. Me acostumbré a su forma de hablar así que después de un mes podía entenderlos mucho mejor que en la primera clase de francés. También se lo tengo que agradecer a los chicos franceses con los que he estado saliendo. La verdad es que la mejor forma de aprender un idioma es quedar con chicos que hablen ese idioma.

Había un examen al final de cada clase y aprobé todos. Yo hacía clases para el Máster en Gestión. Mis compañeros de clase eran franceses así que creo que el nivel no era muy difícil (de lo contrario seguro que hubiera suspendido). Pero para mí, el idioma lo hacía más difícil.

¡Es muy fácil acceder al campus en tranvía!