Qué ver en Lyon, Francia
Qué ver en Lyon, Francia
¡Hola, hola otra vez! Hoy continuamos descubriendo otra ciudad francesa: es el turno de Lyon. Lyon es la tercera ciudad más poblada de Francia y como curiosidad, Patrimonio de la Humanidad. Podría decirse que en mi Erasmus visité las tres ciudades más “importantes” de Francia: París, Marsella y Lyon. No nos quedaba muy lejos de Aix-en-Provence, así que no dudamos ni un momento en ir.
Fuimos en Flixbus. Creo que eran unas cuatro horas. En realidad, bastante tiempo si lo comparas con el tren: solamente una hora y media. El problema es que los trenes eran carísimos así que optamos por la opción más barata.
Mis compis Erasmus y yo estuvimos solamente tres días allí, pero es tiempo suficiente para conocer bien la ciudad. La verdad, pensamos que sería más pequeña, pero engaña: es enorme. Hay que patear muchísimo. También puedes ir en transporte público de un lado a otro, aunque yo soy partidaria de caminar ya que es la mejor forma de ver esta ciudad (y cualquiera). Nos alojamos en un hotel que estaba en el centro, en la calle Victor Hugo, recuerdo. Estaba muy bien ubicado, aunque no tenía desayuno incluido así que íbamos al supermercado la noche anterior para suplir nuestras necesidades a primera hora de la mañana del día siguiente.
Parc de la Tête d’Or
Planificamos nuestra visita a pie teniendo en cuenta donde nos dejaba el autobús que por desgracia, no era en el centro. Comenzamos el día visitando el parque más famoso de Lyon: Parc de la Tête d’Or. Era temprano por la mañana, pero recuerdo que había mucha gente haciendo running, abrigada hasta las orejas. Es un lugar ideal para correr ya que es enorme, así no te aburres del paisaje. Hay un lago bastante grande que puedes rodear tranquilamente, ver sus invernaderos o su gran jardín botánico. ¡Y mirad! Allí, de repente, nos encontramos a muchos bambis preciosos.
Después caminamos durante un buen rato hacia el centro. La naturaleza poco a poco se convertía en edificios y la tranquilidad del parque se transformaba en el murmullo de la calle llena de gente. Si por algo me gustó Lyon, es porque no se apreciaba un movimiento masivo de turistas, sino todo lo contrario. Quizás también porque era invierno y puede que no sea la mejor época para viajar, pero a nosotras no nos importaba. Caminando entrábamos en calor y tampoco hacía un frío insoportable.
Notre-Dame de Fourvière
La atracción más famosa de Lyon fue curiosamente la última que vimos, la dejamos para el final. Se trata de la basílica Notre-Dame de Fourvière, muy diferente a cualquier basílica que había visto antes. Si no estáis en forma, podéis coger el funicular, no era muy caro, unos tres euros. Nosotras decidimos subir andando. La basílica se encuentra en uno de los puntos más altos de la ciudadasí que las cuestas para llegar son infernales. Tardamos bastante, tanto que pensamos que esa subida convalidaba las clases de step a las que esa semana estábamos faltando por estar de viaje. Pero las vistas desde allí valieron la pena. Juzgad vosotros mismos.
Y ya que hablamos de edificios, aprovecho para mencionar otros dos muy importantes de esta ciudad: en primer lugar, la catedral de Lyon, de estilo gótico. Y en segundo lugar, la ópera, edificio un poco más original que el anterior ya que combina un estilo moderno con un estilo clásico.
Plaza Bellecour
Visita obligatoria es también la plaza Bellecour, que está situada entre los dos ríos, Saona y Ródano. Es enorme y los edificios son preciosos, similares a los de París, con esas fachadas decoradas hasta el último detalle. Había una gran noria en el centro de la plaza, lo que nos recordó bastante a la noria de Marsella.
Varias calles importantes que llevan nombres de escritores franceses famosos conectan con esta plaza. Calles llenas de tiendas lujosas o por el contrario, pequeñas tienduchas donde puedes comprarte cualquier souvenir. Esta es la zona donde hay más restaurantes y cafeterías. La verdad es que no nos pudimos resistir y tuvimos que entrar en una al ver estos dulces.
Y se me olvidaba, es en esta zona de la ciudad donde están los edificios más modernos y arquitectónicamente más interesante, así como las plazas con famosas fuentes como “la fuente de los Jacobinos”, donde todo el mundo se sacaba fotos.
Vieux Lyon
Pero sin duda la mejor parte de Lyon es su “zona vieja” o como allí lo llaman: “Vieux Lyon”. Es el corazón de la ciudad donde todavía puedes respirar esa atmósfera de lo que era la ciudad antiguamente. Las casas y los edificios no son tan modernos ni con un estilo tan burgués como los de la parte más nueva. Vale la pena perderse por los callejones donde hay tienditas con curiosidades y rincones para fotografiar. Nosotras comimos por aquí, en una hamburguesería riquísima, en un edificio ruinoso y decadente, pero que tenía un encanto peculiar. Era un café-bar-restaurante pequeño donde solo quedaban dos mesas libres con dos sillas cada una así que tuvimos que comer separadas pero teníamos tanta hambre que no nos importó.
En esta zona, si hay algo que hay que mencionar y ver sí o sí, son los llamados “traboules”. No conozco la traducción exacta en español así que me limito a describirlos: son pequeños callejones que conectan dos edificios, permitiendo así cruzar de una calle a otra en forma de atajo. Son muy curiosos, bonitos y típicos de esta ciudad. Estos pasadizos están muy bien conservados y cuando te encuentras escondido en uno de ellos puedes comprender y sentir por qué durante la guerra se utilizaban como escondite para sobrevivir.
A la orilla del río Saona, se encuentra para mí la mejor perspectiva desde donde se pueden ver pequeñas casitas, cada una de un color. Nosotras nos recorrimos la ciudad siguiendo la orilla del río, donde había mercado aquel día. Como ya he mencionado, en Lyon hay dos ríos y por lo tanto, muchos puentes y cada uno de ellos es único. No son tan bonitos como los de París, pero oye, lo suficientemente bonitos como para no resultar una decepción.
Y ya casi acabando, algo que sin duda me llamó mucho la atención de la ciudad, fue un teatro romano. Nosotras nos encontramos con él de casualidad, caminando a la basílica, pero la verdad nos sorprendió bastante. Era enorme y su estado de conservación era muy bueno.
Bar à chats
Así como curiosidad, una tarde fuimos a una cafetería muy peculiar. Se trataba de una cafetería ¡con gatos! Era la primera vez que estaba en una así. Tuvimos suerte porque para entrar necesitabas haber reservado antes. Nosotras no lo hicimos pero afortunadamente, había un hueco para las cuatro. Me pareció curioso estar charlando con mis amigas mientras tomaba un café y entonces, los gatos empezaban a rodearme las piernas y a utilizarlas como si con ellas se rascasen. Podías tocarlos, jugar con ellos pero a los que estaban durmiendo estaba prohibidísimo molestarles. Era una cafetería muy tranquila, me gustó mucho. Se llamaba Bar à Chats y os la recomiendo, estaba en el centro, muy cerquita de Bellecour.
A modo de conclusión, Lyon puede no llamarte la atención en un principio, pero es una ciudad magnífica donde perderte por las calles puede que sea la mejor opción para conocerla a fondo. No sería una ciudad en la que yo querría vivir porque no tiene mar, pero quizás pasarme una temporada allí, como un Erasmus, pues no diría que no. Así que si está rondando vuestra mente esta ciudad, os animo mucho a ir. El tiempo pasa volando, así que aprovecha y ¡conoce el mundo! Ya me despido: nos vemos pronto y gracias por leerme.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Italiano: Cosa vedere a Lione (Francia)
- English: What to see in Lyon, France
- Français: Les coins intéressants à Lyon (France)
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Comentarios (4 comentarios)
Fátima chamadoira hace 5 años
Ese bar de gatos sí que es curioso. Puede que no sea apto para alérgicos al pelo, pero a mí me gustan...
Claudia Costas hace 5 años
Es muy agradable.
josefa parejo rejas hace 5 años
A mí la noria me encanta,tiene que ser alucinante subir y ver todo desde lo alto..lo del bar con gatos como que no.. no dejaría de estornudar en todo el tiempo..
Claudia Costas hace 5 años
Pues sí, para alérgicos no está hecho, jajaja