Déjate llevar por el encanto de "la perla azul"

Todo empezó un viernes de mayo por la tarde. Estaba haciendo unas prácticas en Cádiz, una pequeña e impresionante ciudad de Andalucía, donde el sol brilla cada día con el ritmo del flamenco de fondo. Estaba caminando de pasada durante mi descanso de la tarde, cuando una exposición temporal llamó mi atención. Era una exposición de fotografía sobre una pequeña ciudad de Marruecos: El Aaiún. Este pueblo se mantuvo en secreto e inaccesible durante cientos de años para los extranjeros, y ahora es una parada obligatoria para los visitantes. Es famoso por ser completamente azul: edificios, suelo, escaleras... me dije a mí misma "tengo que ir, tarde o temprano". Esas maravillosas fotografías se me quedaron en la mente y sentí que debía ir.

A finales de junio y final de mis prácticas, finalmente fui allí. Estuve ahorrando y aprendiendo más sobre El Aaiún desde el día que vi la exposición. Marruecos está justo en frente de Tarifa, en España, así que crucé en un ferri y luego cogí un taxi (¡Marruecos es tan barato! ) para llegar a las montañas, el corazón del país. Llegué bastante tarde por la noche, pero sentí mi alma despertar desde el momento que pisé el suelo azul. Era un mar de emociones: felicidad, asombro, admiración, curiosidad, calma... pura alegría. La gente era muy simpática, amable, y generosa. Después de comprar aceite de Argán en una tienda, el dueño me invitó a tomar té de menta en su casa con su familia. Pasé mis días deambulando por la ciudad, perdiéndome en el azul, descubriendo nuevos lugares, viendo a los artesanos trabajar en sus pequeños talleres. ¿Te imaginas vivir en un cuento de hadas? Pues era literalmente así. La cultura es tan importante, se puede apreciar en cualquier cosa: artistas tatuadores de henna en las calles, músicos, bailarines, comida típica, plantas...

Estuve allí una semana, y me prometí a mí misma que volvería al menos una vez más. Me siento agradecida por haber tenido la oportunidad de descubrir El Aaiún. Eso me hizo darme cuenta de que hay tanta vida más allá de nuestra propia sociedad, muy lejos de los estándares, lejos del materialismo y la sed por el éxito.

Me alegro de haber entrado a esa exposición. ¡Sean curiosos!