Dormir en un refugio en la montaña

¡Hola a todxs!
Hay muchas maneras de viajar, de hacer turismo. Y son muchas las cosas que conocer: ciudades, playas, montañas, ...

Hoy vengo a hablar sobre todo de esta última. En otra entrada del blog ya conté que había dormido en un refugio en mitad de la montaña y hoy vengo a contaros mi experiencia. Es una de estas cosas que se me quedaron marcada.
Este verano fui a hacer un campo de trabajo (en mi entrada anterior explico qué es esto) a Canfranc. Un pueblo en los Pirineos aragoneses que hace de frontera entre España y Francia.

Como os podéis imaginar, la zona no es lo que se dice llana. El propio pueblo está casi escondido entre dos montañas, en un valle y al lado de un pequeño río. En invierno las nevadas son brutales y más de una vez se ha quedado todo el pueblo totalmente incomunicado.

Un fin de semana nos dijeron de subir a dormir en un refugioa lo alto de una de las montañas y, claramente, lo hicimos.

Dormir en un refugio en la montaña

Lo primero, un refugio son básicamente cuatro paredes, en nuestro caso no había casi ni suelo. Si no sois de ir de camping o que no os importe dormir en un saco en el suelo, esto no es lo vuestro. Aunque yo igualmente os lo recomiendo, siempre viene bien para salir de vuestra zona de confort. Estoy segura de que muchas de las personas con las que me iba no se habrían imaginado nunca que iban a hacer esto y todos lo disfrutamos muchísimo.

Como os podéis imaginar, al refugio hay que llegar de alguna manera: andando. Haciendo senderismo.

Nosotros pasamos poco más de un día entero fuera, por lo que tuvimos que llevar una mochila importante, de montaña y con todo lo necesario.
A mi me tuvieron que dejar una, porque yo no tenía una tan grande en la que me entrara todo.

Parece que no hace falta tanto, pero pensad que, ya de primeras, hace falta un saco de dormir. Hay mochilas que tienen unas cuerdas para llevarlo por fuera, eso también es útil, aunque lo más seguro es que ahí llevéis una esterilla.
También llevamos algo para pasar la noche, a modo de pijama y algo de ropa para cambiarnos. También lo básico de aseo, digo lo básico porque es muy poco tiempo, la mayoría es innecesario y os arrepentireis cuando tengáis que cargar con ello todo el día.

Además, tuvimos que llevarnos la comida. Para la cena y el desayuno del día siguiente, pensábamos cocinar allí, por lo que hubo que cargar con toda la comida (cena y desayuno) y con un hornillo y de más para poder cocinar (allí no había más que una mesa un poco inestable). También llevamos cosas básicas como papel higiénico y un pequeño botiquín.

En cuanto a la ida, fue una gran subida. Comenzamos sobre las diez de la mañana y terminamos cerca de las cuatro de la tarde. Fueron unos 11 kilómetros (todos en zigzag) y 2.000 metro de altitud, de los que en realidad subimos como uno y medio.
La primera parte, y esto pasará siempre, fue por bosque y pronto por la mañana, por lo que el calor no suponía ningún inconveniente. Pero, a medida que va aumentando la altura, la vegetación es cada vez menor y, por mucho que estuviéramos en los Pirineos, el calor se hacía un poco insoportable. Sin embargo, os diría que no hagáis esto si no es en verano y pronto entenderéis porqué.

Nos enseñaron cómo se tiene que beber el agua. Sí, a mí también me sonó una tontería, pero nos explicaron que si bebes agua según paras, todo ese agua va directo a la sudoración, es decir, que no te va a quitar la sed, por lo que nos dijeron que hay que esperar hasta que el cuerpo se relaja para no malgastar agua.

Como al medio día paramos a comer, cerca de una media hora y, al menos a mí, se me hizo corto. Pero ya después el camino fue corto y sencillo. Es curioso que esa zona la íbamos haciendo sobre una especie de camino estrecho de piedras que eran en realidad unas barreras para que no cayera la nieve en invierno de golpe y formará avalanchas. 

Cuando llegamos por fin a lo alto de la montaña no había más que el refugio y una pequeña explanada. Lo mejor, sin duda, fueron las vistas. Desde allí se veía todo el pueblo muy muy muy a lo lejos y muy pequeño, como mirar una maqueta desde arriba.

Dormir en un refugio en la montaña

Como todavía hacía calor dejamos las cosas y descansamos un rato tomando el sol. Pero poco a poco, según iba anocheciendo, fueron bajando las temperaturas. Ya no se podía estar en pantalón corto y poco después hubo que ponerse la chaqueta. Al final, acabé tanto la ropa que llevaba todo el día como el pijama.

Cuando empezó a anochecer, cambió totalmente el paisaje. La altura era tal que estábamos dentro de las nubes, a pesar de que parecía niebla. Por lo tanto la humedad era también tremenda.

Dormir en un refugio en la montaña

Entonces empezamos a hacer la cena (una sopa y un bocadillo de queso y bacon) y mientras cenábamos ya dentro del refugio terminó de anochecer. Otra cosa curiosa es que para cocinar ne estábamos agua y teníamos una fuente a poco más de medio kilómetro a la que nos turnabamos para ir a rellenar botellas.

Yo soy muy friolera y no iba lo suficientemente preparada para el frío, pero si os gustan las estrellas, yo no he visto tantas ni tan cerca en mi vida. Era prácticamente sobrecogedor, os prometo que impresionaba. Encima eres temporada de lluvia de estrellas, las lágrimas de San Lorenzo. Una buena idea es hacer la subida en estas fechas, pero teniendo la ropa necesaria.  Nosotros contábamos con dormir fuera del refugio pero no íbamos preparados.

Cuando ya entramos todos dentro, éramos muchos y, como os podéis imaginar, todo se convirtió en una noche de campamento contando historias de terror y más tonterías. Toda la luz que teníamos eran unas linternas que llevábamos.

Para dormir, como ya he dicho, no teníamos más que un suelo mal nivelado. Nos colocamos sobre las esterillas dentro de nuestros sacos y usamos lo poco que teníamos de almohada. No fue la mejor noche de mi vida en el tema de descansar, cada movimiento nos despertaba y al menos no había ruidos.

A la mañana siguiente desayunamos y recogimos todo corriendo para volver a bajar. No queríamos que se nos hiciera muy tarde porque no teníamos comida y el sol cada vez pegaba más.

Si la subida había sido muy dura, la bajada no fue nada en comparación. Tardamos menos de la mitad de tiempo y, como no era cansado, íbamos hablando y entretenidos.

Nunca había hecho nada parecido y me pareció increíble. No sabría explicarlo pero la paz y la tranquilidad que se siente allí arriba no la había sentido nunca.
Sinceramente os invito a hacerlo. Da igual el refugio, da igual la ciudad (aunque aquí el paisaje merecía realmente la pena), pero de verdad que no tiene nada que ver con dormir en un hotel, un apartamento o incluso un camping.

Pero ya que estamos, os voy a dar unos consejos prácticos.

  1. Llevad una buena mochila de montaña que  se sujete bien a la espalda y reparta el peso. Es mucho peso y si no lo llevas bien sujeto los dolores de espalda no te los va a quitar nadie
  2. Lleva lo justo y necesario. Coge ropa para la noche y el día siguiente pero intenra reutilizar todo lo que puedas. Hay muchas cosas de aseo que no  vas a poder usar, así que no las cojas desde un primer momento (pensad que no hay ni un grifo de agua).
  3. Antes de hacer la subida mirad por internet si hay alguna fuente cerca. Esto hay que tenerlo muy en cuenta para ver el agua y la comida que llevar.
  4. Si hay algo que debéis llevar, independiente del punto anterior, es agua. Mínimo un litro. Es muy muy necesaria, son mucjas horas al sol y haciendo deporte y es fácil deshidratarse así que por favor, llevad todo el agua que podáis.
  5. Si no hace mucho calor, coged un saco de dormir que abrigue mucho. Hay distintos niveles, si tenéis que compraros uno, fijaos en la temperatura que aguanta.
  6. A lo mejor tenéis por casa una almohada hinchable, puede ser muy útil.
  7. Esta es muy importante. Linternas. La noche es muy oscura, tenéis que llevar alguna linterna sí o sí. No contéis con la del móvil, es muy fácil que se quede sin batería y en vez de un problema, tendréis dos.
  8. Un calzado bueno, unas botas de montaña, no unas deportivas cualquiera a no ser que no tengáis otra opción.
  9. Llevad unas chanclas o un calzado que no ocupe. Después de llevar todo el día con las botas de montaña, estaréis deseando quitaroslas.
  10. Por último, llevad unas cartas o cualquier juego. Son muchas horas, tenéis suerte si hay cobertura allí arriba y si vais varios lo agradecereis.



Si tenéis la oportunidad, aprovechadla e id abiertos a cualquier cosa que pueda pasar. Aún así, si es la primera vez, lo mejor sería llevar un guía que conozca ya el sitio.
¡Gracias por leerme!


Galería de fotos


Comentarios (0 comentarios)


¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?

Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!

¡Quiero crear mi blog Erasmus! →

¿No tienes cuenta? Regístrate.

Espera un momento, por favor

¡Girando la manivela!