Restaurante Mexita

Hoy por fin he podido tener un día libre. Me sentí aliviada porque conseguí encontrar dos trabajos para ganar algo de dinero en vacaciones. No fue nada fácil. El lunes tuve dos pruebas, una en el restaurante mexicano Las Adelitas y otra en la cafetería Crème de la crème. No me gusta ser nueva en el trabajo, así que no estaba conforme con ninguno de los dos porque aún pensaba en La Casa Blu y en todos los amigos que hice allí. Pero no tiene sentido pensar en el pasado, tenía que decidirme por uno de esos trabajos. Me gustaba el ambiente del restaurante mexicano, pero no me habían dicho nada sobre si me habían aceptado. La cafetería estaba muy bien, pero tras cinco horas, me di cuenta de que no podía trabajar allí. Como era nueva, solo me dejaban servir helado, pero estar cinco horas poniendo helado en tarrinas y cucuruchos es para volverse loca. Me dolía la espalda y era un aburrimiento. Sabía que más adelante podría preparar café o tortitas, pero prefería ser camarera a estar detrás de la barra. Esa tarde quedé con Juan en Praga. ¡Qué alegría ver a alguien de Lila! Quería enseñarle mi bar favorito en Praga, NOD, pero por desgracia estaba de reformas. Tuvimos que ir al más cercano, Beer Museum. No me gusta mucho porque la cerveza es cara y no está en una zona agradable. Él me presentó a un amigo de Argentina. Estuvimos juntos tan solo una hora porque estábamos agotados, pero aun así subimos al Castillo de Praga.

Fui tres veces a Las Adelitas y empecé a sentirme cómoda allí. Conocí a mucha gente que trabajaba allí, todos extranjeros. Es genial porque así puedo practicar mi inglés y mi español y además son muy simpáticos. El ambiente se parece al de La Casa Blu, lo cual me gusta mucho. La comida y la bebida es prácticamente la misma, solo que aquí hay más opciones. Me podía imaginar trabajando allí. Hasta los turnos eran parecidos: de la mañana a las 18:00 y de las 18:00 a las 23:00, lo que para mí era perfecto porque por las mañanas quería trabajar en Provident. De hecho, no tuve tiempo de hablar con mi jefe sobre los turnos, las condiciones, el sueldo y todo eso, pero me puse contentísima cuando vi mi nombre en el horario porque ahora sabía que cuando volviera de Italia, tendría dos trabajos. Con un poco de suerte, estaré mucho por aquí y me encantará. Es gracioso porque supongo que encontré este sitio gracias a mis amigos mexicanos de Lila. Tras hablar con ellos, empecé a obsesionarme con México y con tanto oír historias de comida mexicana, estoy más que feliz de trabajar en este sitio. Además, tenemos una comida gratis por turno y bebidas gratis: café, limonada... ¡Qué ganas de empezar!

No sé por qué, pero desde que volví a la República Checa, aprecio más estar en casa. Cada vez que tengo un día libre, quiero ir a Hradec con mi madre, mi hermana y mi habitación. Ni siquiera me gusta estar en Praga. Es totalmente distinto a como era antes. Quizás porque desde que llegué no me he relajado y necesito pasar más tiempo en casa. Por eso vine a pasar el día a Hradec. Por la mañana dormí hasta tarde, así que solo fui un rato a la piscina con mi hermana. Quería ponerme morena en la parte que tengo sin quemar, pero no hacía sol y nos fuimos pronto. Le prometí a mi madre que cocinaría yo. Últimamente me gustan mucho los ñoquis con nata. Están riquísimos y son fáciles y rápidos de hacer. Primero hierves el agua con los ñoquis. Mientras, preparas la carne (jamón), cebollas y especias. Después, lo pones todo en la sartén, añades nata y cuando la salsa está lista, la mezclas con los ñoquis. Para que esté mejor, se le puede poner un poco de cebolleta y parmesano por encima.

Fui a hacer ejercicio con Vacutherm, ya estoy acostumbrada. Es más fácil que correr, pero me gusta combinar ambas cosas. Trato de salir a correr dos veces por semana, hacer Vacutherm una vez y a partir de septiembre, también ir al gimnasio. Solo dura 30 minutos y he empezado a encender y apagar el calor porque hace más efecto cuando el cuerpo intenta adaptarse a la temperatura. Es la tercera vez que voy, aún estoy probándolo. Por desgracia, la semana que viene no puedo ir porque estaré en Italia. ¡Qué ganas! Nuestro plan es pasar el primer día en Verona, otro día en el parque de atracciones Gardaland y los últimos días cerca del Lago de Garda. Por fin estaremos juntos Marek, Matej, Lucy y yo.

Mi madre tenía que ir a la biblioteca a sacar unos libros. Le encanta esta biblioteca. Va cada vez que tiene un rato libre. A mí también me gusta, pero estoy tan ocupada que paso más tiempo eligiendo los libros que terminándolos, menos los libros de texto. Decidí sacar uno para leerlo de camino al trabajo. Pensé en elegir uno en inglés o en francés para mejorar el idioma y elegí uno en inglés. Cuando vi Ángeles y Demonios, me di cuenta de que ya había intentado leerlo en inglés, pero era muy difícil. ¡Por eso opté por un libro en dos idiomas! Es perfecto porque así no tengo que estar buscando las palabras, puedo mirarlas en el otro lado. Quería leer algo que ya conociera y escogí El perro de los Baskerville, de Arthur Conan Doyle. Lo vi en la tele, pero no me acuerdo de nada. Mañana empezaré a leerlo.

Todavía teníamos tiempo para ir a cenar a un restaurante. Recordé que mi amigo me había recomendado el restaurante Mexita en Hradec Králové por su delicioso qurrito. He ido varias veces a este restaurante, pero no le vi nada especial, a pesar de que es italomexicano y me encantan esos dos tipos de comida. Cuando llegamos me quedé a cuadros. ¡Qué horror de camarero! Sé que lo digo mucho, pero es que no entiendo por qué hay tan mal servicio en los restaurantes de Hradec. Quizás es que lo veo distinto porque yo soy camarera, pero es de vergüenza. Cuando fui a Sport Café fue horrible, la camarera en en Na Hrade era una borde y aquí más de lo mismo. Me molesta como cliente cuando entro a un sitio y el personal es desagradable desde el primer momento. Por tanto, en tan solo un minuto ya tenía formada mi opinión sobre este restaurante.

Aun así, pedimos el ya mencionado qurrito con pollo y dos ensaladas porque Dan me había dicho que con una ración había para dos personas y estaba en lo cierto. Comprendí que qurrito era otro nombre para la quesadilla, una de mis comidas favoritas y lo que tomaba casi todos los días en La Casa Blu antes de mi turno. Por tanto, no tenía muchas expectativas. Mi madre pidió Kofola y estaba malísima. La probé y estaba caliente. No se la podía beber, así que pidió hielo. Cuando nos sirvieron la comida, me sorprendió para bien. Estaba riquísima. Me encantó el qurrito porque adoro la salsa barbacoa, que es lo que llevaba dentro, además de una mezcla de queso, pollo y lechuga. Estaba muy bueno. A mi madre le gustó, pero a mí me gustó más porque me encantan las tortillas en todas sus formas. Aunque la comida estaba genial, solo le doy al restaurante un 7 sobre 10 por el mal servicio, los precios tan caros y las bebidas. Aún no puedo creer que muchas de las cosas sean más caras que en los restaurantes del centro de Praga. Lo podría entender si el precio fuera equivalente a la calidad del servicio, pero no era el caso.

Para que mi ejercicio de ese día fuera totalmente en vano, fuimos a tomar un helado después de cenar. Mi madre y yo no encontramos ningún helado que nos guste porque en todas partes los hacen demasiado dulces. El único que me gusta es el de McDonald's. Cuando entramos, nos quedamos con la boca abierta. Estaba muy distinto desde la última vez que fui. Ahora tenían aparatos para pedir la comida, igual que en otros países. Además, parecía más un restaurante que un sitio de comida rápida. Hasta tenían tablets para ver las ofertas. Mi madre se pidió un McFlurry de plátano y yo, el de Kit Kat. Estaba bueno, pero como siempre, nada más terminar nos pusimos a quejarnos al leer la cantidad de calorías que tenía.

Fue otro día de chicas con mi madre y lo pasé genial. La cosa es que aún tengo que terminar el reportaje sobre mi trabajo final, así que lo haré este fin de semana. ¡Mañana es un gran día porque iré a Provident por primera vez y por la tarde está el concierto de Lucie!

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