Cómo sobrevivir a los exámenes
Ya llevo unos cuantos días con una rutina muy aburrida: me levanto, desayuno, estudio, como, estudio, salgo a correr, ceno, estudio, me voy a la cama. Y otra vez. Y otra. Por este motivo he tenido mucho tiempo para pensar en una forma de sobrevivir y estudiar de manera eficiente al mismo tiempo. No sé si funcionará porque mis exámenes son en cinco días (¡demasiado pronto! ), pero he hecho una lista de cosas o prácticas para no que no se te vaya la olla. De hecho, es difícil no volverse loco con temas tan largos, tan aburridos, tan poco útiles. Además, no le veo sentido a memorizar tantísima información sobre Macroeconomía, Microeconomía e Integración Económica Europea. Quiero decir, me gustaban esas asignaturas en el primer o segundo año de carrera, pero esto es demasiado. Ya sobreviví a Integración Europea el semestre pasado. Aunque hay una gran diferencia entre estudiar para un examen y preparar esas asignaturas para exámenes orales. ¡En total son cinco exámenes larguísimos!
Plan
Lo primero que hago es hacer un plan. Como mi primer plan ya ha fallado porque no he empezado a estudiar a tiempo, he decidido tener planes diarios en vez de uno general, aunque creo que ambas opciones están bien. Lo más importante ya lo sé: no sobrestimes tu capacidad. El lunes se me olvidó incluir descansos en el plan y tuve que dedicar menos tiempo a cosas que tenía que hacer, por lo que me acabé poniendo aún más nerviosa.
El segundo día fue mejor y hoy casi he conseguido terminar todo lo que tengo en la lista. Cuando esto pasa te sientes muy bien. Lo que yo hago es: cuando creo que puedo aprender un tema en una hora, es mejor poner el doble de tiempo en el plan, en este caso dos horas. Así tendrás tiempo para memorizar sin estresarte. Por supuesto, esto lo puedes hacer si tienes tiempo de sobra, no el día antes del examen.
Además, llevad cuidado con los descansos. Hoy estaba muy contenta porque tenía un descanso de una hora, pero me dormí y acabaron siendo dos horas... Volviendo al tema, los descansos son necesarios. En serio, somos seres humanos y puede ser que algo no salga según el plan, por lo que necesitamos un plan secundario.
No le mandes mensajes a nadie
Esta es otra regla importante. No le mandes mensajes a nadie. Mensajes del tipo: «¡Hola! ¿Qué tal el día? ». Si mandas eso es obvio que la conversación seguirá.
¿Has encontrado una foto de un antiguo amigo en Facebook? ¿Quieres saber qué es de su vida? Espera a terminar los exámenes. Siempre pasa lo mismo, se empieza con un «¡Ey! ¿Qué tal? Hace mil años que no sé de ti» y después de dos horas de conversación contándoos vuestra vida te sientes peor porque tienes que seguir estudiando mientras otros están viajando o lo que sea que estén haciendo. Además, en ese momento hasta limpiar la casa parece más entretenido.
No hables demasiado con gente que estudia mucho
¿Te sientes orgulloso por haber conseguido memorizar algo? No le preguntes a alguien que estudia mucho lo que lleva aprendido. Evidentemente te vas a sentir peor cuando te diga que ya se ha leído todo el libro, mil páginas de apuntes y que llevan estudiando tres semanas sin dormir, comer o salir a la calle.
Es más, estudiar es algo individual. Conozco gente que solo tiene que leer algo una vez y se le queda. Por desgracia, no es mi caso. No puedes comparar tu tiempo de estudio con el de otros porque siempre va a ser distinto al de tus compañeros. Además, siempre puede ser que te mientan diciendo que han estudiado muy poco y te hagan sentir idiota (perdón por ser una exagerada).
Deporte
En toda guía para estudiar verás que es crucial relajarse o hacer deporte para descansar. En mi caso salgo a correr. Algunas veces estoy harta de tanta información que llevo memorizada y necesito salir o hacer algo. No te quita demasiado tiempo y te vuelve a llenar de energía. A no ser que ya estés medio muerta como yo lo estoy hoy.
Premios
A veces me ayuda ponerme recompensas como: cuando termine voy a hacer un cóctel de plátano que me encanta. Me motiva un poco. Lo malo es que se puede convertir muy rápido en comer de más, ya sean galletas, chocolate o caramelos. Cuidado, a mí ya me ha pasado muchas veces. Otras veces me intento motivar con otras actividades como ver un capítulo de una serie para descansar. Cuidado otra vez. Eso puede convertirse fácilmente en ver la temporada entera o incluso toda la serie.
Encuentra un compañero de estudio
Cuando dije que no hablaras con la gente que estudia mucho, no quiere decir que no hables con nadie. Es bueno tener a alguien que esté igual de estresado porque se tiene que aprender lo mismo que tú. Me gusta tener amigos cerca en ese momento. No hay mejor modo de afianzar una amistad que quejarse de algo juntos.
Vete a dormir
Sé que hay muchos que se ponen tan nerviosos que no pueden dormir aunque sean las dos de la mañana y estén reventados porque siguen pensando en el examen. También me ha pasado, cuando tenía el examen de Matemáticas más difícil. Quería dormir, pero en mi cabeza seguía viendo cosas del examen y no había manera de conciliar el sueño.
Esa vez mi madre me aconsejó que bebiera un poco de vino para estar más cansada. Su teoría es que al beber vino te sientes más cansada. También he oído que sirve beber leche antes de dormir. Últimamente tengo un método muy bueno. Aunque no sé si me duermo por este método o porque estoy muerta después de salir a correr.
Cuando me costaba memorizar algo, me grababa e intentaba escucharlo. Lo intenté por primera vez en diciembre. No podía seguir leyendo, así que me tumbé en la camba y me escuché hasta que pude recordar algo. En ese momento no sabía que también me podía ayudar a dormir. Pero ayer quise estudiar escuchándome a mí misma y me hizo dormir como un bebé en segundos. No sé si es algo bueno, pero mi voz sumada a Integración Europea puede ser totalmente soporífera. Tengo que admitir que escuchar mi voz es muy aburrido.
Último esfuerzo
Vale, tengo una última idea para cuando no te puedes concentrar. Ayer me pasé dos horas intentando centrarme y no hubo manera, acabé viendo todas las fotos nuevas de Facebook, los vídeos de YouTube y las publicaciones de Instagram y Snapchat.
Cada vez que intentaba leer algo me acordaba de otra cosa que tenía que hacer, era horrible. Intenté cambiarme de sitio y fue aún peor, estudiar en la cama no es buena idea.
Por eso me encerré en la terraza sin música, ordenador o teléfono. Solo tenía un folio, cosas que debía estudiar y subrayadores. Me dije a mí misma que no iba a salir de allí hasta que me aprendiera las cuatro preguntas que había estado evitando y que tenía que aprenderme sí o sí. Al final, funcionó. No me quedaba otra opción. Me había convencido de no salir.
En realidad no fue tan difícil, lo más complicado fue obligarme a empezar. Además, si tienes que hacerlo a diario (porque en la universidad se piensan que tenemos cerebros ilimitados capaz de almacenarlo todo) se vuelve aún más difícil.
Y eso es todo por hoy. La lección para mí es no hablar mucho e igual no ponerme a escribir un artículo cuando voy tan mal de tiempo...
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- English: How to survive state exams
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