Descubriendo una razón

Dicen que en ocasiones la inspiración la encontramos donde menos la esperamos, y también dicen que un ser humano nace dos veces el día que nació y el día que descubre el propósito por el cual nació, ese segundo día en mi caso resulto ser un día a mediados de octubre de 2010, cuando hacía mi primer viaje al país de al lado.

Si, claro era 2010 en la ciudad de Por-au-Prince (Puerto Pincipe) despues del terremoto y estaba allá para unirme a una cuadrilla de construcción luego de la catrofe, y conocí el valor de entregarnos por los demás. Viajar a un país que esta en condiciones adversar da razones para repensar nuestro rol como ciudadanos, no solo de nuestros países sino del mundo, te permite reunirte con gente que aun en la adversidad encuentran esperanza y con otros que sin protagonismos ni camara dicen aqui estamos! que hace falta.

Fue una semana, de una intensa jornada, que me dió razones para no separarme jamás del servicio voluntario, por hacer amigos de todo parte del mundo, como los Erasmus, a entender la realidad social de cada país.

En Haiti aprendí que basta una semana para aprender un vocabulario nivel 1 (o A1), aplicable a cualquier país del mundo cuando están en conflicto de comunicación, la emoción de conocer una moneda diferente a mi moneda o al Euro o Dolar, que se baila compas y que con instrumentos básicos despues de una noche de trabajo se puede armonizar una buena canción.

Fue este el genesis de una larga lista de amigos de todo el mundo, de experimentos culinarios, de miles de kilometros lejos de casa y de asombrosas puestas de sol donde muchas veces encuentro frente a mi una mirada amiga.

Actualmente, organizaciones como Techo aun siguen su trabajo en Haiti, porque la problematica persiste, siempre animo a los demás a tener una experiencia extracurricular que no se limite a los estudios, hay que muchas veces salir de la zona de confort.