Escuchar un arte para el viajero.

Publicado por flag-gt Martin Toc — hace 8 años

Blog: Pan de mi Tierra.
Etiquetas: flag-gt Blog Erasmus Guatemala, Guatemala, Guatemala

Escuchar un arte para el viajero.

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Estar en un lugar, aprender a preguntar, observar y escuchar, hará de nuestra experiencia, algo digno de contar. Sentado, frente al fuego, que quema la leña de aliso, con vista al valle de Quetzaltenango, me enviaron, para invitar a un amigo de mis padres, para una fiesta en la casa. Al llegar con Julio Batz, me recibió con mucho cariño, un señor de unos ochenta años de edad, su casa me llamo mucho la atención, porque representaba algo místico. Mientras me servía un vaso de café, en un vaso de barro, mientras me indicaba, que tomará unos tamales bien tostados, en el comal de barro.

Tuve la impresión, que era un persona, con muchos recuerdos, cosas que contar, muchas experiencias, que pueden servir para otras generaciones, por eso, creo que escuchar es una de los mejores artes, que podemos desarrollar los viajeros. Inicie con una pregunta simple ¿Don Julio cómo se encuentra? Me respondió… Muy bien. Feliz de esta aquí, con ganas de seguir viviendo por otro siglo más, empecé a reírme, un señor de esa edad, con un vigor muy fuerte y con ganas de seguir adelante, a diferencia de mi generación, que les cuesta creer en un mundo mejor.

Le pedí, que pudiera contarme algunas cosas básicas de su vida – El amablemente me comento, que con gusto – y me dijo – el tiempo que pasemos aquí mi buen amigo, dependerá de que tanto aguante tu cuerpo – hice una sonrisa de ironía. Don julio – Dijo voy a tratar de contarte ciertas cosas que vi y aprendí, durante estos ochenta años de vida.

Durante mi niñez, mi madre fue muy disciplinada, con lo que respecta a al respeto y la disciplina, todas las mañanas, al despertarme caminaba sobre la tierra descalzo, tenía que sentir la tierra, respira profundo unas 10 veces, luego nos hacía arrodillar en un lugar sagrado, en nuestra habitación, era importante para nosotros, iniciar el día siendo agradecidos, con la tierra  y con Dios, al poner nuestros pies en la tierra, era la forma de sentir nuestra conexión con la tierra, al respirar profundamente, era dejar que el Espíritu de Dios, se renovará con nosotros, nos pasábamos orando en nuestro idioma K’ich’e, durante 30 minutos, mi madre, dirigía este acto, ya que mi padre de madrugada iba a trabajar el campo.

Luego nos tocaba limpiar la casa, el orden y la limpieza era importante, porque mi madre, siempre nos decía, que la casa es nuestro cuerpo, por lo tanto, refleja lo que nosotros somos, por eso era importante la paz y la limpieza. A las siete la mañana, era la hora del desayuno, siempre era puntual, todos los días, así acostumbramos a nuestro cuerpo, a un horario, hasta la fecha de hoy, mantengo esa rígida disciplina, a eso debo seguramente mi buen estado físico, ya que he estado muy bien, sin ningún problema estomacal.  Mi papa, llegaba a la hora puntual, era el responsable de hacer la oración de bendición, luego mi mama nos repartía la comida, con la misma medida para todos, las reglas sobre la mesa, era no decir nada, concentrarnos en la comida, dejar el plato limpio, comer todo, sin dejar nada, porque siempre nos recordaban, que había gente, que no tenía comida, por eso era muy importante, comer todo, como un acto de gratitud.

Después del desayuno, nos preparamos para acompañar a mi papa, en los trabajos de campo o era el día de hacer leña en el bosque. Si el día era para ir al campo, mi papa siempre verificaba nuestras herramientas, ya que siempre decía, que un trabajo bien hecho, depende de la mejor herramienta. Al llegar al lugar de nuestro trabajo, nos pedía que iniciáramos de rodilla, ya que era importante pedir fuerzas y la bendición de Dios, en todas nuestras actividades de trabajo. Desde las ocho de la mañana a las doce le medio día, nos dedicábamos a trabajar, la concentración era muy importante, para hacer un buen trabajo. A las doce le medio día, nos arrodillábamos, para dar gracias a Dios, por la media jornada lograda. Mi mama, siempre llegaba con a las doce del mediodía,  como dije antes, la puntualidad en nuestra alimentación era importante. Si nos tocaba ir a la montaña, para hacer leña, eran días ya planificados, porque mi papa, dependía mucho de las fases de la luna, para elegir el día correcto, ya que buscaba, el día en que los árboles tenían menos agua en sus troncos, una habilidad que por cierto no desarrollé. Cuando era el día de hacer leña, es día el desayuno era grano y frutas, para tener resistencia y tener todo el líquido suficiente, para el camino que nos tocaba. Al llegar en nuestra montaña, mi papa recorría y tocaba cada árbol, para saber cuál era el indicado y ver qué posición iba a caer, para evitar el mayor daño posible. Antes de cortar el árbol, mi papa abrazaba el árbol, lloraba un poco, luego nos pedía arrodillarnos de nuevo, hacíamos oración, para pedir perdón y dar gracias. Nos tocaba cortar el árbol y hacerlo en trozos, con la ayuda de una cierra de acero, haciendo la carga que podíamos soportar. Con nuestras cargas listas, el mecapal sobre nuestras cabezas, levantamos la carga de leña, mientras que mi papa, nos daba su bendición, porque nuestro camino era muy largo y difícil de recorrer. Al llegar a nuestra casa, dejábamos los trozos de leña, en el área de raja. Mientras que mi mama lista, con unos vaso de atol de maíz quebrantado, nos tenía listo, unas toallas y ropa limpia, para cambiarnos rápidamente, ya que nuestro cuerpo había sudado.  Lo más impresionante de la disciplina de mis padres, casi nunca comimos después de la hora indicada.

Después de la comida, nos correspondía ayudar a mi papa, a rajar la leña, para que se pudiera secar, colocábamos rajas pequeñas, una sobre otras, eso nos llevaba toda la tarde, como siempre mi papa, no decía nada, porque él siempre nos enseñó, la concentración en lo que hacíamos.

A las cinco de la tarde, mi papa, nos llevaba a una habitación, en ese lugar él se transformaba, del hombre silencioso a un hombre hablador, éramos 4 hermanos, yo era el menor de todos, cuando tuve razón de todo lo que pasaba, creo que tenía seis años. En esas tardes, mi papa, nos hablaba de asuntos que hoy en día, han marcado mi vida.

  • Nos recomendaba ser muy fuertes sexualmente, él nos decía, que los verdaderos hombres, son aquellos, que logran controlar sus cuerpos, que la mejor manera de vivir, es conocer cómo funciona nuestro cuerpo, ya que todo tiene su momento. Lo que quería resaltar, que tener sexo antes del matrimonio, era entregar lo más importante de la vida, a una persona, con quien viviremos el resto de nuestra vida.
  • Agradecer y pedir perdón, eran de las cosas más importantes, que tenías que practicar todos los días de nuestra vida.
  • Si aprendemos a conocer nuestro cuerpo, tendremos la facultad de comprender nuestro entorno, ya que todo es un proceso de equilibrio. Esa habilidad de decirnos, hoy va llover, hoy hará frio u hoy temblara la tierra. Me hacía suponer que mi padre, tenía poderes sobrenaturales, sin embargo, solo basta con observar, darse cuenta, que la naturaleza tiene sus ciclos.
  • Llevarnos buen con todo, era un valor invaluable en la vida, por eso nunca lo escuche decir groserías u ofender a alguien, por eso creo, que la mejor enseñanza que me dio, fue que practicaba lo que decía.

Después de un momento de buenas prácticas de vida, nos contaba historias, en la cual nos hacía recordar, que en el mundo, encontraremos muchas historias y nos impondrán otras formas de ver la vida, pero, para hacer lo correcto, siempre teníamos que ver en nuestro corazón. Allí siempre está la verdad de la vida.

Upssss se fue la hora, otro día ven y platicamos, otras cosas mi dijo don Julio.

Después de unos días, regrese a la casa de don Julio, porque no había terminado esta historia, porque el camino a la verdad, es terminar un camino, para poder empezar otro.

Escuchar un arte para el viajero.

El sentado en el corredor, con vista en la planicie del altiplano occidental de Guatemala, mi estimado anciano, se alegró que volviera a escuchar sus historias.

Don Julio empezó hablar… Amigo – Como te comente anteriormente, mi padre había sido un hombre muy disciplinado, pero quien también nos instruyó sobre la vida, ya que él sabía, a pesar de no saber y escribir, que la vida hay muchas historias o conceptos de vida, que son presentadas como verdades. En las tardes, cuando el compartía las historias, que seguramente, escucharemos en las actividades sociales y comunitarias, que mejor el contar antes y luego nosotros, tener nuestras propias conclusiones al respecto.

Mi padre, tuvo la oportunidad de ser el mayor de los hermanos, situación que le permitió acompañar a su papa, ya que mi abuelo era comerciante. Dos veces al mes, viajaban para el salvador, para intercambiara productos, el viaje se hacía caminando, duraba un promedio de ocho días, ellos llevaban maíz, telas y cera, un carga proporcional a su capacidad física, regresaban con miel, condimentos y otras cosas. Durante el viaje se encontraban con personas, que les contaban historias o formas de cómo generar riqueza. Comentaban en esos tiempos, la montaña que se encuentra frente al volcán Santa María, existía el lugar de Juan Noj, quien era el espíritu de la riqueza material, para obtener sus favores, las personas tenían que llevar un recién nacido, como ofrenda, mientras que en la casa, dejaban en el centro de la habitación principal de la familia, una caja de muerto. Cuando llegaban a la montaña de Juan Noj, les correspondía descender en un abismo, con la ayuda de un lazo, al ingresar al lugar, donde existen una infinidad de objetos vivientes, la única condición para salir vivo del lugar, es no tener miedo, tener la confianza y creer en Juan Noj. Llegan al frente de un silla, donde se sienta Juan Noj, dejan al recién nacido, salen caminando sin pensar en nada, si logran salir del abismo, tienen fe. Al llegar a la casa, ellos encontraran una caja llena de dinero, pero, su alma ya fue vendida a Juan Noj, a cambio de tener una vida de abundancia material. Pero, también escuche varias historias, sobre este lugar, un día un señor, fue contratado para llevar un armario de madera, lo llevo e ingreso por una casa antigua, sin darse cuenta, el interior de la casa era distinta, era ingresar a un pasadizo secreto, conforme iba ingresando, podía ver sillas que hablaban, piedras de moler, recipientes de barro, que según nos dio a entender, que en aquel lugar, las almas vendidas por riqueza material, regresaban a devolver el favor recibido de Juan Noj, convirtiéndose en objetos de uso para el señor de la riqueza.

La Llorona. Otra de las historias que parecía de ficción, era de la llorona, una mujer que deambulaba por la calles de la comunidad, durante las noches, para las personas avivadas, con deseo de riqueza material, tenían que estar pendientes, para donde iba la llorona, ya que cuando baja al barranco, busca un lugar donde lavar, cuando se arrodillaba y tomaba agua, se tenía que gritar con fuerza “LLORONA; YA TE GANE” en ese instante, ella huye rápidamente, en aquel acto, ella deja abandona un recipiente de barro, rápidamente la persona, lleva ese recipiente, lo coloca en un alta, en una habitación privada, donde implora riqueza y abundancia material, la regla es, no contar a nadie sobre el recipiente y la habitación, solo tendrá que ingresar una persona, durante toda la vida, el día que se muera la persona, que logro ganar a la llorona, la riqueza material se termina, la consecuencia será pobreza para sus próximas generaciones. Historias que hablan sobre cómo obtener riqueza material, pero mi padre siempre nos decía, les cuento las historias, para que ustedes sean personas cuidadosas y no crean todo lo que les dicen, lo más importante era tener presente, que todos nuestros actos, tarde o temprano tendrán consecuencias.

Sentado don Julio decía, que importante fue comprender, que vivir en Paz y no hacer mal a nadie, es el camino, para vivir libre y protegido de malas influencias espirituales, ya que en nuestra comunidad, siempre se hacía de referencia, que las personas que practicaban la brujería, tenían el poder, para convertirse en gatos (Sub’un nel) o aves (Win’), para molestar de noche a las personas y no dejarlas dormir, como señal, que tienes enemigos o gente que desea mal en tu vida, pero si tienes paz, estos animales no pueden acercarse a tu casa.

Continuando con la explicación de lo aprendido y aplicado en su vida, según las enseñanzas de su padre, si tema más importante era la sexualidad, nos mantenía bien inquietos con ese asunto, manifestaba que era muy importante, tener el control sobre nuestro cuerpo, evitar la eyaculación, porque el orgasmo era distinto, con ello uno podía tener relaciones sexuales más saludables, sin exigir que la mujer utilice algún químico en su cuerpo, solo porque el hombre no piensa en el bienestar de su mujer.  La comunicación entre la pareja era un pieza importante, conocer el cuerpo y los tiempos de fertilidad de la mujer, era otro elemento muy importante, nos infundía la regla del autoconocimiento, para comprender que la naturaleza humana, tiene sus momentos. Pero, era radical con su principio, no quiero aun hijo, que falte a la regla más sagrada de la vida, entregar su cuerpo a otra persona, antes del matrimonio, esa consejo era más una orden, ya que el que faltaba a ese principio, dejaba de ser miembro de la familia.

Cuidar el cuerpo, era otro elemento de mi padre, comer a la hora indicada, no comer nada de carne, nuestra dieta era granos, verduras y frutas. Bañarse en el Tuj (Tamascal) especie de un baño de vapor. Teníamos que estar una hora en dicho Tuj, nos regábamos agua fría, durante la hora que estamos en aquel lugar, al terminar nuestra hora, salíamos de ella, nos tocaba ir a nuestra cama, nos tocaba descansar una hora, luego mi mama, nos daba un vaso grande atol de maíz quebrantado, una práctica que nos hacía bien, nos sentíamos renovados y con ganas de vivir, eso lo practicábamos dos veces a la semana. Cada mes mi papa, nos cortaba el brazo, para sacarnos una cierta cantidad de sangre, ya que para él era necesario, sacar la sangre vieja, para que se genere nueva sangre. Todos los días, teníamos que practicar respiración profunda. Aunque no sé donde aprendió sus prácticas, pero ahora entiendo, que su prioridad mantener una buena circulación de sangre y oxígeno en nuestro cuerpo, no desperdiciar energía. Por eso me ves como estoy, lleno de energía, porque no dejado de practicar las enseñanzas de mi padre.

Gracias, por estar de nuevo aquí. Espero que podamos tener más tiempo, para compartir estas ideas. 

Escuchar un arte para el viajero.

 

 

 

 


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