Sábado fantástico en Graz, parte III

¡Hola a todos!

Como prometí, aquí está el tercer capítulo de mi viaje del sábado, «Descubriendo Graz». Después de comer la que seguramente era la mejor tarta de manzana del mundo en Hofbäckerei, seguí avanzando por Altstadt (el casco antiguo). Fui todo el rato a pie, pero desde Jakominiplatz se puede ir en tranvía. Solo está a una parada de distancia, por lo que yo iría andando, que son menos de diez minutos.

El casco antiguo de la ciudad emana un aire mediterráneo genial. Adoquines por todas partes, cafeterías y restaurantes, sombrillas, impresionantes casas y elegantes tiendas... ¡Os encantará todo! Y si no todo, casi todo. Creo que todo el mundo puede encontrar algo bonito y que se ajuste a su gusto en el centro. Si te gusta ir de compras, ve a las tiendas y boutiques lujosas y elegantes (de ropa, zapatos, accesorios... ). Si eres una persona romántica a la que le gusta el sol, la fragancia de las rosas, la sombra de las palmeras y el aroma del café, no dudes en ir a una cafetería a disfrutar del ambiente mediterráneo. Si eres un viajero, ve con calma porque acabarás reventado después de un largo paseo por las estrechas callejuelas. Y ni siquiera querrás parar, caminarás hasta que tus pies griten: «¡basta! ». El entorno es una aglomeración de viejos y preciosos edificios elegantes y muy decorados. Aseguraos de llevar la cámara con la batería a tope o no podréis capturar cada instante.

No olvidéis visitar la catedral y el mausoleo, así como la increíble Hauptplatz (plaza mayor) con el Ayuntamiento y el centro de congresos. En ambos sitios hay muchos turistas, pero no están abarrotados.

Para cuando terminéis el paseo, tendréis hambre. Por suerte, hay muchos sitios para comer o tomar un tentempié en Hauptplatz. Os encantarán las sopas y el tradicional currywurst (salchicha) austríaco, o incluso un sabroso kebab o dürüm árabe 100 % tradicional. Y de postre, por supuesto, el famoso helado Charly Temmel.

Creo que la ciudad representa la unión de la monumentalidad y la aristocracia austríaca con el estilo modernista. Observar las influencias centenarias e incluso medievales del centro parece un viaje a través de la historia. Me parece bueno que hayan conservado el centro así y que no hayan cambiado el aspecto de la ciudad poniendo edificios modernos de acero o de cristal en el centro. Las tiendas se ajustan perfectamente al entorno porque están dentro de los edificios antiguos. Por ejemplo, una tienda H&M y la panadería del siglo XVII desde fuera son parecidas. Hace que se vea bonito y unificado.

Aún queda el castillo Eggenberg, del que hablaré en cuanto pueda.

Posdata: lo siento por la calidad de las fotos, no soy fotógrafa profesional.

Gracias por leerme. «Bis später! ». Dóra.

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