Granada: la caló, el arte y la fiesta

Supongo que la gran mayoría de los estudiantes que navegamos por Erasmusu conocemos de primera mano el estrés universitario. A mí, si hay algo que me sirve para liberarme del agobio cuando ya estoy absolutamente saturada es hacer un viajecito, salir del entorno habitual, respirar lejos de lo que veo habitualmente. Y es que sienta muy bien hacer un parón y dejar de amargarte pensando en todo lo que tienes pendiente por hacer y terminar. Yo creo que es algo necesario especialmente cuando los trabajos comienzan a apilarse, empiezas a pensar que serás incapaz de presentarlos a tiempo y, para colmo, las fechas de los exámenes se acercan. Aunque sean solo unos días, estaremos en plena forma a la vuelta (o casi), para la carrera de fondo que nos espera. Hay quien pensará que se pierde un tiempo precioso cuando se viaja en determinadas fechas previas a entregas de trabajos y demás pero yo estoy convencida de que es una inversión en tiempo, rendiremos mucho más después.

Así pues, en diciembre del año pasado, decidí poner rumbo a Granada, junto a unas amigas, para respirar aire del sur, saborear su ambiente (además de sus frituras de pescado) y, sobre todo, no tocar los libros durante tres días. Reservamos unos billetes de autobús para desplazarnos desde Madrid hasta allí; a pesar de que algunas de nosotras contamos con coche, nos pareció mejor esta opción, puesto que en Granada la mayoría de estacionamientos son zona azul, tampoco íbamos muy sobradas de dinero e íbamos a estar más despreocupadas. En cuanto a los desplazamientos por la ciudad, nosotras optamos por movernos en taxi, al ir en grupo y a sitios que no estaban muy alejados entre sí, salían muy bien de precio.

En realidad fue un viaje exprés, pero suficiente para estar todas juntas, reírnos de todo y conocer una ciudad encantadora. Nos alojamos en un piso ideal que, además, estaba muy cerca de la calle principal. Después de instalarnos fuimos a hacer la compra y cogimos tanta comida como para celebrar una gran boda; solo cuando ya habíamos pagado nos dimos cuenta de que no seríamos capaces de cargar con tantas bolsas hasta la casa. En casos como este, uno debe ser resolutivo. ¿Qué hicimos? Cargamos todas las bolsas en un carrito de la compra y fuimos con él por las calles de Granada hasta llegar al piso. Que no cunda el pánico, que quede claro que, después de colocar toda la compra, volvimos al supermercado para devolver el carro.

Monumentos y visitas

El primer día visitamos el centro histórico de Granada y, tras recorrer algunas de sus calles, llegamos a la asombrosa Catedral de Granada; la entrada, para estudiantes, cuesta 3. 50 €. Por cierto, una señora muy simpática nos contó que en la torre había vivido, hace años, el señor encargado de que sonaran las campanas y que incluso tenía gallinas, nos pareció muy curioso.

Muy cerca de la Catedral, como a unos cinco minutos a pie, se llega al Zoco Nazarí: allí nos esperan un conjunto de mercados y puestecitos con objetos típicos de Granada, bolsos, riñoneras, colgantes, etc. Había gran cantidad de cosas y muchísima variedad. El único consejo es que no os cortéis a la hora de regatear, pues siempre es posible ahorrar unos eurillos. Yo suelo ser bastante vergonzosa para este tipo de cosas, pero, afortunadamente, había quedado allí con Cristina, una prima mía de la ciudad granadina de Baza que, sirviéndose de todo su arte, me consiguió unas rebajas mejores que las de los meses de enero y julio juntos. Así que ya sabéis, ¡a sacar vuestro lado más “salao” y rascar lo que se pueda!

A pesar del encanto de las calles de Granada, absolutamente nada puede equipararse con la Alhambra. ¿Sabías que la Alhambra de Granada es el edificio más visitado de España? Aparte de las prodigiosas vistas que ofrece desde sus terrazas, los jardines y la arquitectura de sus edificios se conjugan de una forma espectacular, logrando un conjunto verdaderamente fascinante.

La Alhambra está conformada por un conjunto de palacios y estructuras, todas ellas decoradas con amplios jardines y rodeadas por una muralla. Allí se puede visitar la Alcazaba, el Palacio de Carlos V, el Generalife y los asombrosos Palacios Nazaríes. También se puede ver el célebre Patio de los Leones, aunque este se encuentra actualmente en período de restauración y parece que habrá que esperar dos años aproximadamente para contemplarlo en todo su esplendor. A pesar de ello y, aunque de lejos, los visitantes pueden disfrutar de este espacio y su característica fuente.

El precio de la visita varía según si lo que quiere verse es todo el conjunto de la Alhambra (14 euros), solo los jardines (7 euros) o incorporar al paquete otras visitas, además de la propia Alhambra, como Bañuelo, la Casa Morisca, el Palacio de Dar al-Horra, la Casa del Chapíz, la Casa de Zafra y el Corral del Carbón. Asimismo, hay entradas nocturas (8 euros) y otras combinaciones posibles. Por supuesto, existen descuentos para grupos y estudiantes. Aunque aconsejan comprar las entradas con bastante antelación, nosotras encontramos una interesante oferta en internet a última hora y nos salió muy bien de precio con el Carnet Joven.

Vistas desde la Alcazaba

Interior del Palacio de Carlos V

El Generalife

Cúpula interior de una de las salas de los Palacios Nazaríes

Vista desde los Palacios Nazaríes

Patio de los Leones Fuente

Vida nocturna

En cuanto a la fiesta, Granada es una ciudad que tiene mucho ambiente, la atmósfera estudiantil inunda cada rincón. De hecho, si no me equivoco, Granada parece ser la ciudad de Europa que más estudiantes Erasmus recibe.

Además de las calles del centro, que están plagadas de pubs y garitos en los que a veces incluso regalan chupitos; hay diversas discotecas por las que merece la pena pasarse (el precio medio suele ser de 12 euros incluyendo una o dos consumiciones, según la hora). Yo os recomendaría que, si alguna vez pisáis suelo granadino y tenéis ganas de marcha, vayáis a la discoteca Mae West. Allí es muy conocida y prácticamente todos los estudiantes han disfrutado alguna vez de sus fiestas. Se trata de un espacio muy amplio, donde hay una terraza y diversas salas con distintos tipos de música. Lo más curioso es que la discoteca se encuentra en un centro comercial (Centro Comercial Neptuno) y todas sus salas están muy bien ambientadas (una sala inspirada en la época dorada de Mae West, una bodega de La Habana, una taberna irlandesa y una terraza). Sin duda, es una gran experiencia, pues la decoración e iluminación son también impresionantes.

Espero que este breve post os anime a visitar esta maravillosa ciudad, no solo por todo lo que ofrece sino por lo acogedora y amable que es su gente.

Citando a Antonio Machado:

“Todas las ciudades tienen su encanto, Granada el suyo y el de todas las demás”.

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