Experiencia en Granada - Continuación
Como os decía en el artículo anteriormente hecho de hace algún que otro día (que aquí mismo os enlazo), comenté la introducción sobre mi experiencia en la ciudad andaluza de Granada, hablando de las mejores maneras que tenemos para llegar hasta la misma y también de cómo es su gente, y su diseño y arquitectura de algunos de sus edificios. No podía faltar describir algunos de sus mejores lugares para degustar sus maravillosos paisajes y aún me mantenía en el aspecto de cultura.
Porque si hay algo también que llevan los granadinos muy adentro es el tapeo. Ya hablaré de los principales bares y restaurantes que he podido disfrutar más adelante en el siguiente apartado, pero de lo que no cabe duda es que Granada está dentro del top de Andalucía y en general de España en este apartado de tapeo.
En primer lugar, porque no hay bar o restaurante que no tenga ese formato tapa. Hablo de formato tapa el que te pongan una pequeña muestra en un plato más bien reducido (genéricamente), que sirve sobre todo para permitirte probar distintos productos que te ofrezca el sitio pertinente, y que normalmente no te hará estar llena a menos que te tomes unas cuantas con ellas. Si le añadimos a esta predominancia del tapeo por parte de los vecinos de la ciudad, el hecho de que al pedirte una bebida te la añaden sin más, hace que el precio, cosa que también veremos más adelante sea excepcional y es por ello que se tome el tapeo con tanta frecuencia.
Por otro lado, sin duda la semana más grande en cuanto a las visitas a Granada y en general su ambiente, no cabe duda de que es durante la feria. Suele ser a comienzos de junio, yendo este justo año desde el día 10 hasta el 17 de junio, cogiendo por supuesto todo el fin de semana completo inicial como preparativos que también cuentan para poder disfrutar de ella. Aquí os dejo una imagen (que dice que vale más que mil palabras), de una de las casetas que solían estar más animadas con diferencia.
Lo primero que debo decir en cuanto a la feria, es que deja mucho que desear. Tristemente, una ciudad grande, importante, con muchos visitantes que vienen cada año (también por supuesto para estar en la feria), y con un toque Erasmus imposible de superar; tiene sinceramente una feria que no solo no está a la altura de lo que debería, sino también muy superada por decenas de municipios de otras tantas ciudades andaluzas. Las razones son las siguientes:
- Es muy pequeña: porque si hablamos de uno de los municipios de toda la comunidad autónoma que más personas tiene ya de por sí, pero, además, que más visitantes tiene cada año; lo que no tiene sentido es que por ejemplo la feria de Écija sea incluso más grande en cuanto a superficie y por tanto número de casetas que la misma de Granada. Se queda corta, te llevas unos minutos andando y pronto ya te conoces todas las calles y lo que te ofrece y eso jamás podría ser bueno. Por ejemplo, Jerez de la Frontera que tiene 40.000 habitantes menos, tiene más del triple de casetas, y claro, por mucho que vayas siempre te quedas con la sensación de que todo fue corto y que era imposible de visitarlo todo. En Granada no y es un gran hándicap en contra.
- Poco ambiente: porque encima, las veces que he estado no he tenido casi ni que esperar colas para entrar en las supuestamente casetas más visitadas de toda la feria, cosa que hace de nuevo que la de Granada esté muy por debajo de otras muchas. No solo es pequeña, sino que mucha gente ni siquiera va, cuando debería ser un evento anual en el que no solo toda la población posible de la ciudad se vuelque con ella, sino también que viniera gente de municipios cercanos y no muy cercanos a la misma que lo potencien todo aún más. Parece que incluso la gente se va y no acabo de entender muy bien por qué.
- Música poco variada: si a todo lo anterior le sumas que en las casetas lo normal será poner reggeaton pero ese típico antiguo del malo (porque sí, obvio hay reggeaton del bueno y a mí por ejemplo me encanta), pues no hay duda de que todo se va volviendo en un círculo vicioso del que va a ser muy difícil salir. Porque la excepción a este tipo de música lo forman en otras ferias en primer lugar las casetas más discoteca en las que te ponen algo más actual, pero que en Granada cuesta incluso entrar como si de una discoteca más se tratara (cosa antes que jamás había visto en alguna otra visitada y son decenas las que vi a lo largo de mi vida) y por otro lado, las casetas de partidos políticos, que siempre las animan con otros tipos de música para atraer a la gente. Y sí, te vas por ejemplo a la de Izquierda Unida y es cierto que la música cambia, es distinta y tiene otro aire y color, pero cuando te llevan poniendo cuatrocientos temas seguidos de rock del duro, ni la persona más fanática será capaz de aguantar por mucho salto de borrachuzo que haya por allí cerca para animar la contienda. Me decepcionó muchísimo la feria en este sentido y es algo que hace agravar el problema de los dos puntos anteriores y del porqué no funciona en Granada su feria.
- No tiene botellódromo: porque si en otras ciudades como Jerez de la Frontera o Jaén, se tiene su espacio adecuado para que todo aquel que quiera pueda beber sin ningún tipo de problema y siempre muy cerca de lo que es la feria en sí; en Granada este espacio no existe y la gente que en las puertas de la misma se ponen a beber, se la terminan jugando por una posible multa que tiene demasiadas papeletas para ser puesta. Al final la solución de la gente es obvia, y es que sale por las discotecas y pubs convencionales y manda demasiado lejos a la Feria de Granada debido a su malísima organización y todos los puntos anteriores. Otra opción será hacer botellón en tu propia casa y llevarte las típicas botellas de plástico en las que metes la mezcla adecuada y te la vas bebiendo en el autobús correspondiente.
- Trayecto desastroso: por si fuera todo lo anterior ya nombrado poco para ir pensando en irte a otro sitio durante la Feria de Granada; hay que sumarle que el recinto ferial se encuentra totalmente en las afueras de la ciudad, cosa que hace tardar a cualquiera en el autobús una media hora, pareciendo incluso que te vas a ir de la provincia pero no, se encuentra justo en la misma ciudad y el problema es la frecuencia con la que pasan los autobuses (sobre todo nocturnos) y también el número de paradas que parece infinito, incluyendo cada vez a más y más personas que no caben pero que igual lo siguen intentando con la esperanza de no tener que esperar otros minutos eternos con la lentitud del transporte granadino. Por supuesto habrá falta de autobuses a ciertas horas de la madrugada que nos hará empeorar todo el problema y nos obligará a terminar escogiendo el taxi como única opción (porque el que se vaya a pensar llevar el coche, mejor que lo olvide porque se la estaría jugando de manera que se me ponen los vellitos de punta como escarpias).
- Zona de cacharritos muy pequeña: porque lo que no tendría sentido es que en un recinto ferial pequeño, pusieran una zona de atracciones muy grande con respecto a lo que sería toda la zona de casetas; terminando por ver una zona de cacharritos minúscula centrada especialmente en los más pequeños, y olvidando alguna que otra atracción que siempre hace que se suban muchas personas como puede ser las cataratas (supongo que principalmente por el problema mencionado del espacio), haciendo que los mayores solo la visiten por pura risa o paseo, y que no termine de dejar todos los beneficios que debería.
- Falta de otras actividades: no veremos carros de caballos y no veremos a mucha gente comiendo allí, porque en el fondo tiene muchísima lógica, ya que si encontramos en Granada la ciudad perfecta para irse a comer fuera de manera completa y por supuesto siempre muy barata; ¿qué sentido tendrá irse a la feria para probar otras comidas con menor calidad, más caras y para que luego tampoco nos resulte atractiva con respecto trayecto, precios, diversión y, al fin y al cabo, experiencia? Pues ninguna, y es por ello que, pese a que irá alguna que otra familia, veremos muy vacía de ellas la feria cosa que siempre le quita un color especial que hace falta.
No hace falta seguir diciendo más cosas malas (que las hay por supuesto y me ocuparía demasiadas líneas con respecto a lo que sería bien la realidad), porque creo que cualquiera puede captar bien la idea de la Feria de Granada nos dejará un sabor de boca que nunca será tan bueno como otras como la de mi querida Jaén, la de Córdoba, la de Málaga, la de Jerez de la frontera e incluso hasta la de Sevilla nos hará estar mucho mejor que ésta.
Porque los precios siempre serán más altos para beber y comer que a lo largo de la ciudad, y Granada, con tantos Erasmus viniéndose de los países del este, no es que se haya escogido por el hecho de ser cara y tener un poder adquisitivo bastante alto, si no justo lo contrario; por lo que este tipo de eventos en los que se nos va a ir el bolsillo más de la cuenta, siempre será mejor evitarlo. En cuanto a los días, si hubiera que ir a alguno en concreto lo mejor es sin duda escoger o un viernes o un sábado, ya que posiblemente venga alguna que otra persona de los municipios más cercanos y haga animarse todo un poco más; si bien a costa de que los mismos granadinos no salgan porque andarán ya cansados de tanta feria y otros tantos sobre todo Erasmus que preferirán centrarse en fiestas más conocidas en cualquier discoteca media tras haber ido ya algún que otro día más por curiosidad que otro asunto como podemos imaginar.
3º- Gastronomía:
Sin duda punto fundamental para hablar de Granada, ya que en mi opinión tiene grandísimos restaurantes y bares que harán de la cocina un arte espléndido en la ciudad, y que por supuesto nos hará salir a la calle a probar algo nuevo o repetir en lo mejor que conocemos, con una frecuencia mucho más alta que en otra ciudad media de la comunidad.
Porque, al haber esa tradición parecida a la de Córdoba con respecto al tapeo, al final los bares compiten con unos precios que son absolutamente ridículos y que te llevan rápidamente a replantearte si incluso le ganan dinero y cuánto tendrían que vender para sacar beneficios a lo largo del mes. Porque no será raro encontrar muchos bares sobre todo en partes más estudiantiles cercanas a las distintas facultades (sobre todo por la de Fuente Nueva, que es la parte más grande de las mismas y por ello aprovechan los bares para hacer una competencia feroz de este gran porcentaje de estudiantes de la misma y todo aquel que quisiera acercarse), que te pongan cualquier bebida media entre las que por supuesto aparte de los refrescos típicos se incluyan bebidas alcohólicas como la cerveza o el tinto de verano, a un solo euro de precio con la tapa correspondiente que además tampoco suele ser muy pequeña que digamos.
Con esta competencia feroz, encontraremos dos tipos de bares y restaurantes distintos, unos los que luchan solo por precio poniendo el refresco más grande posible con una tapa que suele ser más bien minúscula, pero que tienden a cobrarte por todo ello menos de dos euros (o el mismo euro que comenté más arriba); y, por otro lado, el que compite con un precio algo superior (que podría ser el caso por ejemplo de una cerveza por valor 2,50 euros o parecidos con su tapa correspondiente), pero que le meterá un toque de calidad que no disponen los de la enumeración anterior y que atraerá a un público distinto. Por ello, más que deciros bares o restaurantes en concreto en este apartado, os diré zonas por las que vamos a encontrar más o menos lo mismo entremos en el que entremos por eso de la competencia (de si mi vecino la pone así de grande, a mí no me quedará otra que ponerla igual o casi de grande para poder llegar a vender lo que me gustaría).
En primer lugar, la zona del Realejo es muy conocida por tener un barrio judío, pero, además, por tener numerosos bares con encantos, lejos de todo ese embrollo que transmite el centro histórico de la ciudad y con una relajación superior en muchos conceptos a la misma. Así, si nuestra idea es por ejemplo tomar un vinito y charlar durante horas sin que nadie nos diga ni la más mínima palabra para hacernos levantar, ni ver malas caras y demás; sin duda el Realejo será lo mejor. Sin duda, son más del segundo tipo de bares que os comentaba, cuidando más la calidad que el precio y la cantidad, si bien la cantidad no suele ser mala aunque suele haber una relación directa entre mejores vinos que te ponen y el menor tamaño de la tapa correspondiente, por lo que tan solo habrá que ver el truco infalible para saber dónde entrar.
¿Cuál es el truco infalible?
Observar no solo número de personas del sitio al que queremos entrar, sino también el rango de edad. Porque si vemos que está muy lleno y con un número de jóvenes espectacular sin duda es porque precio y tamaño son muy buenos, si bien la calidad quedará en un segundo plano.
En cambio, si lo que vemos es menos gente pero con una media de edad muy superior a la del ejemplo anterior, será un indicador inequívoco de que la calidad aumenta y la cantidad de la tapa disminuye, dejando un equilibrio que dependerá bien del comensal en cuestión, de su hambre y al fin y al cabo, de lo que quiera preponderar al tomar la decisión.
En segundo lugar, otra de las zonas con mayor reconocimiento es la zona de Fuente Nueva. Allí, veremos un porcentaje de gente estudiante, joven y Erasmus que es muy superior a cualquier otra a lo largo de la ciudad, y es sin duda la que te pondrá mayor cantidad de plato y tapa al menor precio posible. Eso sí, que nadie espere tapas muy elaboradas, por el contrario, será típico que te pongan cosas pequeñitas, que se realicen a gran escala y que en muchos casos ni siquiera podemos elegir (estilo algunos tipos de bocadillos, patatas, berenjenas fritas, o cosas por el estilo). Eso sí, en la mayoría de estos sitios sí que podremos tomar nuestras propias decisiones con respecto la tapa a pedir y ello compensará debido a que hay una gran diferencia entre determinados platos que harán que se nos llene de manera que incluso asusta porque casi que nos veremos incapaces de poder acabarlo; y otras que vas a pensar que te la están colando porque la persona con la que vas tiene un plato enorme y a ti te han dado uno que casi que te cuesta incluso verlo.
En tercer lugar, lo que sería más la zona más céntrica, lo que sería por alrededores de la Catedral, por calles de tiendas, por plazas emblemáticas, etcétera; tiende a tener un precio más alto con una calidad aunque más alta, sin la suficiente como para compararlo con muchos sitios del Realejo, y con una cantidad que si bien varía de unos sitios a otros; normalmente es intermedia entre la zona de Fuente Nueva (que es muy exagerado todo), y la zona del Realejo (que con tanto buen vino al final casi que se les olvida incluso ponerte algo más consistente para que no se te suba demasiado). También, hay que alejarse de todas aquellas plazas abiertas en las que veremos a muchas familias y gente extranjera y que reúnen decenas de bares en un rectángulo “maléfico” por el que al final veremos que no solo las tapas son más bien malas por no decir penosas, las bebidas lo más pequeñas posibles y además la tardanza de los camareros y su mal humor de tanta gente que hay, se acabará notando para que no nos llevemos una buena sensación y más bien la peor de las posibles. Importante pasar de estas zonas e importante cerca de las mismas recorrer las calles estrechas que siempre acaban dando a bares espléndido puestos en una zona mucho menos vistosa pero que igualmente están en pleno centro de la ciudad y acabarán conociéndolos de igual manera ya sea por dar cualquier pase en cualquier día o por recomendaciones web o de otras personas que los han visitado antes.
En cuarto lugar, cuidado con los restaurantes italianos, que todos te cobrarán un precio muy alto por experiencias que no llegan a la altura. Quizás sea porque yo misma he estado en muchas ciudades italianas y sé de lo que me hablo, pero sin duda no merece la pena pagar más de diez euros en la mayoría de los casos por cualquier pizza media o plato italiano que dista muchísimo de ser lo bueno que es justo en su país de origen. También los japoneses dejarán mucho que desear, y en general cualquier variedad de otros países, porque encontraremos chinos, vietnamitas, indios y de casi todo, pero normalmente lo mejor será el bar español que se lo curra debido a la competencia feroz y no esas súper ofertas de come todo lo que quieras por menos de cinco euros (que a saber cómo se llega a hacer todo para que salga rentable).
En quinto lugar, la zona de la Calle Elvira, cerca del Albayzín es muy conocida en este aspecto, y no es para menos pues tiene decenas de bares distintos de muy distintos estilos que reúnen un poco el resumen de lo que es la ciudad completa de Granada. Porque allí encontraremos sitios en los que la calidad es lo primero y el precio sube; otros en los que la cantidad manda y el precio es medio (nunca del todo bajo por estar en uno de las calles más transitadas diariamente por todo tipo de personas autóctonas y también del extranjero); y otros en los que el precio es alto, pero porque el restaurante sí que lo merece. Además, habrá alguno que otro especializado en veganos y vegetarianos, también algún que otro kebab que nunca puede faltar y por supuesto todo tipo de distintos puestos de dulces, cachimbas y tés que hará que sí que merezca la pena irse por allí debido a la gran variedad que hay. Eso sí, que nadie espere meterse en el mejor de todos a una hora cualquiera porque la afluencia de personas será muy alta, lo que nos hará que tengamos que llegar a una hora algo temprana o jugárnosla a algo más tardío para coger justo cuando la gente va saliendo (con la dificultad de que muchos de los platos pueden haberse acabado y que te pongan algo que en fin…. No será lo mismo).
En sexto lugar, la zona del Albayzín tiene por norma general grandes precios y buenas cantidades, mezclados con un maravilloso recibimiento y algún que otro sitio con calidad. La verdad es que es un buen barrio para optar comer que siempre te ofrecerá alguna sorpresa ya que con tantas calles estrechas, cuestas y demás lugares, nunca sabes a dónde vas a llegar y qué te vas a encontrar, por lo que de nuevo, con el truco infalible (que yo siempre uso cuando no voy a tiro hecho con respecto a algún lugar que ya haya estado o analizado con anterioridad), sabremos dónde encajaremos de mejor manera al estudiar al público anexo a la misma.
En séptimo lugar, el que para muchos es el mejor barrio de comida en el que pocas veces se podrá fallar debido a que precio, cantidad y calidad suelen ir de la mano debido a la multitud de personas que residen justo en él, y también de la tradición y competencia que se tiene desde tiempos inmemoriales. Hablo del Barrio de la Chana, situado más allá del Hospital General, a unos quince minutos andando desde allí, alejado del centro de la ciudad y a más de media hora desde por ejemplo un punto muy conocido como sería la discoteca Mae West. Sin duda, todas las veces que comí o cené justo en este barrio quedé sorprendentemente satisfecha y por eso lo recomiendo sin dudar ni un momento.
Por otro lado, no puedo olvidarme de la zona de los Kebabs en Granada, que sobre todo en la Calle Pedro Antonio de Alarcón cogerán su máximo esplendor con decenas de ellos de muy distinta calidad y cantidad que tendremos que verificar bien para poder decantarnos. Yo no probé nada más que uno, muy al principio de la calle cerca de Fuente Nueva, y lo cierto es que no me convenció en absoluto. Sí que es cierto que luego preguntando me dijeron que los mejores estaban más en torno a la mitad de la calle, por lo que simplemente os digo que quitando a los que claramente están demasiado borrachos como para saber qué se están comiendo (porque de hecho es que les da absolutamente igual como es lógico); si estamos atentas a las personas que van entrando y la cara sobre todo que ponen cuando se comen lo que han pedido, tendremos información más que de sobra para poder elegir la mejor elección posible.
En último lugar, otra zona también que se suele recomendar bastante es la de la Plaza de Toros, si bien a mí misma me recuerda demasiado a la de Fuente Nueva pero con esa apariencia de intentar ser algo mejor que en realidad no es y con unas tapas en las que predominan sobre todo la cantidad por encima de la calidad con diferencia (con un precio más bien bajo, eso sí que es cierto).
Hablando de platos que normalmente nos pondrán en Granada, con respecto a las verduras, faltarán las ensaladas que no las veremos en muchos sitios, pero siempre será compensado con las berenjenas fritas con miel que están riquísimas y también con algún que otro picadillo que sí que estará excelente si es que nos vamos más a este sentido. Además, los sitios sobre todo árabes especializados en productos totalmente vegetarianos y veganos son abundantes en la ciudad de Granada sobre todo por la Calle Elvira y el Albayzín, por lo que no habrá problema alguno en ese sentido habiendo encontrado una solución simple con una ciudad que sí que tiene en cuenta a este tipo de personas.
En cuanto a las carnes, el cerdo es el que manda sobre todo, viendo el pollo con menos frecuencia y teniendo algún que otro restaurante especializado solo de carne de muy buen sabor y calidad. Los mesones serán recomendados y también los restaurantes argentinos especializados en carne roja a la parrilla que nunca nos defraudará.
Con respecto a la bebida, no hay duda de que la marca 100% Granada es la Cerveza Alhambra. La encontraremos en gran parte de sus bares y restaurantes, habiendo sido elegida como la mejor especial y la mejor reserva de todas las nacionales; es normal que a la gente le suela gustar y se la pida con frecuencia. Además, sabiendo que la competencia principal en la ciudad es la Cruzcampo y luego la Estrella Levante (supongo porque será con diferencia la más barata de todas las que se le ofertan a los encargados de los bares y demás); no hay duda de que todo aquel sitio que no tenga la Alhambra habrá cometido un error imperdonable que solo se compensará por el hecho de que las tapas y platos sean fantásticos y porque la gente que vaya no le guste la cerveza (aunque seguirá habiendo gente que siga pidiendo la peor de todas que es la Cruzcampo con mucha diferencia).
Por último, otro de los aspectos gastronómicos que hay que nombrar de la ciudad de Granada son sus dulces. Hay numerosas pastelerías a lo largo de la ciudad, con dulces de gran sabor, mucha calidad y siempre acompañados de las mejores bebidas posibles como son el café, algunos batidos o lo que ellos mismos ofrezcan. El más conocido de todos es el pionono, pequeñito en su origen pero con muchísimos sabores distintos que te hará seguro no dejarte indiferente, con un sabor inconfundible y que recomiendo muchísimo probar antes de que nos vayamos de la ciudad (aunque cuidado porque al final nos enganchan).
Y nada lo voy dejando aquí porque llega el límite horario para continuar en cuanto pueda con otros aspectos importantes de la ciudad no tocados aún como sería el ocio, la fiesta, los transportes, los precios en general y el tiempo. Hasta la próxima…
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