Un día y medio en Ginebra
¡Hola a todos, viajeros! En este post voy a contaros mi paso por Ginebra, una de las ciudades más conocidas de Suiza. La única razón por la que mis amigas y yo visitamos Ginebra durante casi dos días fue porque desde aquí salían nuestros vuelos de vuelta a casa. Tengo que reconocer que no me pareció una ciudad excesivamente bonita, sobre todo en comparación con otros rincones de Suiza, pero aún así me ha parecido oportuno compartir con vosotros el itinerario que seguimos en Ginebra, por si tienes la oportunidad de visitarla algún día.
- Jet d'Eau
El jet d'eau es un chorro de agua con una altura de 140 metros, lo que la convierte en una de las fuentes más grandes del mundo (si has leído alguna de mis otras entradas, habrás notado que me encanta mencionar cuando algún moumento bate un récord, y este no iba a ser menos...). Está situada en el lago Ginebra, justo en la parte en la que desemboca con el río Ródano. Como curiosidad que leí antes de visitarlo, dicen que este chorro de agua es visible desde prácticamente cualquier punto de la ciudad, incluso si estás a 10 kilómetros de éste.
Pero como a veces tengo muy mala suerte, desgraciadamente cuando fui a visitarlo lo tenían apagado debido a que ese día había mucho viento. Así que no sólo no pude verlo desde un radio de diez kilómetros, sino que tampoco pude verlo cuando lo debía tener a tan sólo unos metros... La verdad es que esto me desilusionó un poco, sobre todo porque es uno de los símbolos más representativos de la ciudad. Así que espero que tengas más suerte que yo y puedas verlo durate tu visita. Además, por la noche está iluminado con luces de colores, por lo que tiene que ser un espectáculo muy bonito de ver.
- Sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU)
Soy consciente de que la sede de la Organización de las Naciones Unidas no es un lugar que le apetezca visitar a todo el mundo, pero a mí personalmente me parecen muy interesantes este tipo de visitas, y como fue una de las cosas que hice durante mi estancia en Ginebra, no podía faltar en esta entrada.
La Oficina de las Naciones Unidas de Ginebra es la más grande de todas, después de la que se encuentra en Nueva York. Se trata del Palacio de las Naciones, y es un complejo cerrado enorme que tardó unos nueve años en terminar de construirse. Para poder visitarla, tendrás que ir hasta la sede personalmente, sin olvidar tu pasaporte, y comprar allí la entrada, que para estudiantes es de 10 CHF. Sólo se puede visitar con un guía en inglés, y en grupo, y normalmente las visitas empiezan en cada hora en punto, y dura alrededor de 40 minutos. He de confesar que la visita guiada en sí tampoco es nada del otro mundo. La verdad es que yo esperaba que nos comentasen más cosas sobre las Naciones Unidas, y no sólo de la costrucción que estábamos visitando. Obviamente es interesante saber cosas sobre el propio edificio, pero creo que la visita sería mucho más completa si también comentasen cosas sobre la historia de la ONU en Ginebra.
Aún así, la visita me pareció realmente interesante, y la verdad es que impresionaba bastante poder pasearme por los pasillos de la sede de Naciones Unidas. Si tienes tiempo de dedicar un par de horas a venir al Palacio de las Naciones, te lo recomiendo. Una de las principales ventajas, que nos hizo mucha gracia, es que como no hay impuestos, las bebidas de las máquinas eran baratísimas (algo que se agradece teniendo en cuenta lo increíblemente caro que es Suiza en comparación con el resto de países europeos).
- La Silla Rota
Decidas o no visitar el interior del Palacio de las Naciones Unidas, es muy probable que acabes acercándote no sólo para verlo desde fuera, sino también para poder ver el monumento de la silla rota, más conocido por su nombre en inglés Broken Chair. Se trata de una enorme escultura de madera que llama la atención no sólo por su gigantesco tamaño (¡tiene 12 metros de altura!), sino porque una de las patas de la silla está rota. Este monumento se construyó para denunciar las minas y bombas empleadas en encuentros bélicos.
Como curiosidad, cuando la silla rota se colocó por primera vez, en teoría debía estar sólo tres meses, pero tuvo tanto éxito y tan buena acogida, que se decidió que permaneciese en la Plaza de las Naciones de manera indefinida.
- El reloj de flores
El reloj de flores, que también recibe el nombre en francés de horloge fleurie, es, junto al jet d'eau, otro de los símbolos más importantes de la ciudad de Ginebra. Está situado en el Jardín Inglés, un enorme parque situado prácticamente al lado del lago, en la misma orilla que el enorme chorro de agua. Este reloj está hecho con un gran número de flores, y cabe destacar que el segundero del reloj es el más largo del mundo, con una longitud de 2 metros y medio. Las flores suelen cambiar a lo largo del año, pero siempre está adornado de la manera más colorida posible.
- Monumento de Brunswick
El monumento de Brunswick fue el que más me gustó de mi paso por Ginebra. Se trata de un mausoleo que conmemora a Carlos II, conocido también como el duque de Brunswick, se ahí el nombre. A pesar de que no es uno de las atracciones turísticas más conocidas de la ciudad, está bastante cerca del jet d'eau (pero al otro lado del lago), así que merece la pena que te pases a verlo porque los detalles de la costrucción son realmente bonitos.
Como has podido comprobar si has leído este post, Ginebra no es una ciudad que tenga un sinfín de cosas que ofrecer, pero aún así tiene su encanto, y aunque valga con dedicar un par de días a verla (o incluso un sólo día es suficiente), seguro que disfrutarás mucho de tu estancia aquí.
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