Irse fuera en tu año en el extranjero

La idea de irse lejos de casa, de tus amigos y familia, de tu cultura, de tu ciudad, de tus bares y restaurantes favoritos, es abrumadora. Estaba muy preocupada, la mayoría de mis amigos se habían ido a París o a Montreal y yo parecía ser la única que eligió Ginebra. No tenía ni idea de lo que esperar de la gente, si que tenía ciertas expectativas pero desde luego no sabía qué esperar de la gente. No sabía lo que la ciudad podría ofrecerme pero tomé mi decisión basándome en mis instintos de querer estar en lugar diferente y seleccioné Ginebra como mi primera opción.

A medida que se acercaba el día de mi partida, me enteré de que algunas de mis amigas de la facultad también iban a ir a Ginebra así que me calmé un poco.

Recuerdo hacer la maleta para el viaje, tener que meter en dos maletas la mitad de tu vida es imposible cuando una está llena con un edredón y la otra de pasta y salsas precocinadas de Italia. No tenía ni idea de cómo iba a ser el tiempo, sabía que iba a ser frío, pero ¿cómo de frío? ¿Frío en plan Londres? ¿Frío en plan Canadá? Metí todo lo que pude y ya está, estaba lista para irme y explorar un estilo de vida totalmente diferente.

Creo que irse a vivir a un país completamente distinto, cuando no dominas del todo el idioma puede ser una de las cosas más difíciles de hacer y que más gente subestima. Ubicarte por la ciudad, renovar los pases de autobús y estudiar mucho no es suficiente; tendrás que hacerte una tarifa de móvil, abrirte una cuenta bancaria, pagar facturas… es mucho más complicado de lo que parece. Pero debo admitir, que una vez que has quitado todas esas cosas de la lista, te sientes más integrado y que formas parte de la ciudad.

Recuerdo intentar hacerlo todo en un par de días, cosa que se puede hacer aquí en Suiza porque todos son rápidos y eficientes. Por lo que me hice una cuenta bancaria en UBS y un contrato de teléfono con Salt. Fue a comprar mi tarjeta de bus mensual cerca de la estación de Cornavin y busqué supermercados cercanos. Una vez que soluciones todas estas cosas técnicas, tienes que averiguar dónde pagar el alquiler (en mi caso, tenía que pagar en efectivo en la oficina de correos y ellos lo enviarían), dónde pagar por tu tarifa de teléfono (con Salt, puedes pagar en las tiendas) y dónde renovar la tarjeta del autobús (en la mayoría de los estancos).

En cualquier caso, después de resolver todas estas complicaciones, todo es mucho más fácil y empieza lo divertido. Por fin puedes explorar, descubrir tus cafeterías favoritas y probar restaurantes nuevos. Compartiré con vosotros algunos sitios que he encontrado aquí a los que tenéis que ir y visitar si alguna vez estáis en Ginebra.

Desde que llegué todo ha sido una montaña rusa entre querer ir a casa y no querer irme de Ginebra nunca. El único consejo que os puedo dar es que disfrutéis y aprovechéis al máximo la mayor parte de vuestro tiempo fuera. El principio siempre parecer muy lento y largo pero pronto el tiempo se acelera y te darás cuenta de lo rápido que vuela. Es una oportunidad única que no tienen todos los estudiantes, así que por supuesto, estudia, pero no te olvides de disfrutar y de hacer de esto una experiencia increíble que siempre recordarás.

Aquí os dejo a algunas de las increíbles personas a las que he conocido hasta la fecha:

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