Ciudad extraordinaria
Mi ciudad polaca favorita es Gdansk. Por eso me gustaría empezar este artículo hablando de su historia. Más tarde compartiré con todos vosotros mi experiencia en esta ciudad.
La ciudad fue fundada en el siglo X por el soberano Miecislao I de Polonia y durante un tiempo la ciudad estuvo bajo el mandato del gobierno alemán. La ciudad fue parte de Prusia, lo que corresponde al norte de Alemania en la actualidad. Por eso la ciudad tiene aires medio alemanes y medio holandeses. Y la arquitectura es, en mi opinión, el reflejo imperecedero del pasado de una ciudad en el cruce de distintas culturas. La mayoría de la gente piensa que Polonia es como el resto de países postcomunistas, pero Gdansk demuestra lo contrario.
Aquí encontraréis una arquitectura con influencias holandesas. Lo veréis a continuación. Este es el antiguo arsenal de Anthony van Obberghen, Jan Strakowski y Abraham van den Blocke". Es curioso saber que el arquitecto Anthony van Obberghen quiso exportar el renacimiento flamenco al resto de Europa y para ello diseñó edificios que hoy en día podemos observar incluso fuera del sur de los Países Bajos, de donde naciera este estilo. De hecho el edificio fue reconstruido después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día tiene el siguiente aspecto.
Gdansk es una ciudad de una belleza increíble levantada con las manos de la gente del oeste de Europa. La arquitectura enseguida te entra por los ojos y se siente de qué país viene cada edificio. Quizás por eso Gdansk sea un destino popular entre muchos turistas del oeste de Europa. Encontraréis un gran número de alemanes, noruegos, suecos y daneses. El otro edificio que me gustó todavía más que el antiguo arsenal por Anthony van Obberghen, Jan Strakowski y Abraham van den Blocke fue la corte de Artus. Lo veréis más adelante. Todo gracias al rey Arturo. El símbolo de la caballería y la galantería.
Cerca de esta corte hay una iglesia de estilo germánico.
También veréis la fuente de Neptuno a mis espaldas.
Más adelante me topé con unas vistas espectaculares de toda la calle con unos tintes germánicos muy pronunciados. La riqueza de colores era completamente embaucadora. Más adelante veréis la foto. Todos estos colores hacen de la ciudad un lugar muy diferente a la monotonía y tedio de los países postcomunistas.
El último edificio en dejarme maravillada ha sido la basílica de Santa María. La iglesia se construyó con ladrillos del príncipe Swantopolk II de Pomerania y se considera como un regalo de la antigua Polonia. Antes de la entrada veréis una pequeña inscripción de metal sobre esta enorme iglesia. Es una enorme iglesia católica así que os tomará algún tiempo verla entera. Los arquitectos decidieron hacer un grabado de la iglesia para ahorrar tiempo a los turistas. El estilo es de un gótico polaco bastante pronunciado, así que es bastante similar a la mayoría de iglesias católicas. Es genial ver iglesias y catedrales de este estilo tan magnífico. Diría que es más hermoso que el estilo de las iglesias ortodoxas. Además tuve la suerte de subir arriba de la iglesia y admirar la belleza de toda la ciudad desde aquí.
Al final se podría decir que me encanta Gdansk. La cultura del occidente europeo, en particular Alemania, ha dejado una marca imperecedera en esta ciudad. He estado en un gran número de ciudades polacas y puedo decir que Gdansk marca la diferencia. Con tanta influencia prusiana diría que es más una ciudad alemana que polaca. Obviamente la mayoría de la ciudad fue construida por alemanes y eso se ve en su estilo y cultura. Sin lugar a dudas una visita que os recomiendo. Vosotros también respiraréis este ambiente único y diferente al resto de Polonia.
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