¡Hola valientes y aventureros/as!
Continuamos con el viaje recorriendo el Wild Atlantic Way por la costa oeste de Irlanda.
En el último post os conté cómo fue nuestra visita al parque nacional de connemara.
Al volver de este maravilloso y espectacular lugar hicimos varias paradas en distintas playas, buscando alguna parecida a las que tenemos en España, con esa arena blanca maravillosa y esa agua azulada cristalina del mediterráneo, aunque sinceramente, lo que buscábamos era sol y un lugar para darnos un baño, que va a pasar el verano y aún no he estrenado el bañador.
Hicimos un poco de investigación en Google maps, que por cierto es la herramienta que más uso cuando quiero ir de viaje.
Pongo en Google maps alguna ciudad que me interese, le doy a la opcion de relieve y empiezo a buscar lagos o playas o montañas y eso me hace descubrir nuevos lugares cercanos que no sabía ni que existían, asique si un día os aburris , podeis hacer lo mismo y seguro que encontráis un sitio super chulo, cerca de donde estáis o accesible y os lanzáis a la aventura.
Nosotros encontramos por la zona de Connemara una ciudad que se llama Tullycross, en la cual paramos a comer en un restaurante típico irlandés, muy chulo.
El restaurante se llama Anglers rest Bar. En el momento que fuimos, aquello estaba lleno y es que la gente del pueblo había acudido allí a ver un partido de futbol gaélico, que es uno de los deportes mas conocidos en Irlanda.
¿Qué diferencias hay entre el futbol gaélico y el futbol tal y como se conoce mundialmente?
En primer lugar el fútbol gaélico se juega con manos y pies, y las porterias tienen forma de H, como en rugby. Podríamos decir que es una mezcla entre rugby y fútbol, pero de menor contacto fisico que el rugby. Los equipos los forman 15 jugadores y como os he dicho es el deporte más famoso en Irlanda.
En este bar el servicio fue estupendo y la calidad de la comida más de lo mismo., y además de precio tampoco estaba nada mal.
El plato de fish & chips rondaba los 11€ y la verdad que tenía un aspecto delicioso, aunque yo me decanté por una hamburguesa con queso y patatas y una ensalada de col, que también es algo muy tipico en irlanda, y este plato costó 10,50€.
Una de los aspectos que más destacaría de este bar es el “hall de la fama” que tienen en una de las esquinas, justo al lado de una ventana.
Hay fotografías, como orlas, desde el año 2004, creo recordar, de los jóvenes del pueblo, y me quedé con la duda de preguntar, por qué eso… Quizá eran los jóvenes que habian cumplido 18 años alli, o los que habían pasado por el bar como trabajadores… No lo sé , pero era un detalle precioso y me dio la sensación de que en ese pueblo eran una gran familia y de que este pub restaurante era un punto de encuentro y reunión.
Porque Tullycross, poco más tenía, dos o tres restaurantes y una iglesia en medio de una plaza, pero para el que quiera desconexión durante unas horas, es el sitio idóneo.
Saliendo de Tullycross y siguiendo la carretera de Connemara Loop nos encontramos con una playa preciosa, plana, de arena fina… pero qué paso? Que era una playa privada y pertenece al camping de Connemara, asique para aparcar y visitar la playa hay que pagar 10€ por la entrada… y nosotros que no somos muy de pagar por entrar en un espacio natural, dimos media vuelta y fuimos a indagar alrededor de la costa.
Y no salió tan mal la aventura al final, pues en dirección sur, hacia Renyvyle encontramos un espacio precioso, donde se podia aparcar y donde además hay una muralla desde la que había mucha gente con sus neoprenos saltando y zambullendose en el gélido mar atlántico de Irlanda.
Unos metros más y apareció esta preciosa playa que os enseño en las fotos.
Tuvimos la suerte de poder ver como un niño montaba a caballo y paseaban por la playa e incluso dentro del agua.
Y es que esta playa estaba muy poco concurrida, aunque el tiempo no acompañaba para darse un chapuzón, pero el paisaje llamaba para investigar un poco alrededor de aquella playa y eso fue lo que hicimos.
La playa parecia terminar en un pequeño cabo que nosotros escalamos y conseguimos pasar a la otra parte de la ensenada, donde encontramos una zona de rocas y la base secreta de unos niños que veraneaban en esa zona todos los veranos.
Los niños lo habian nombrado la isla del banjo, pues esta mini montaña, vista desde arriba tenia la forma de un banjo. Muy original la verdad. Es eso que se ve al fondo en la imagen. Esta playa de rocas completamente erosionadas y de forma ovalada se encontraba justo detrás del final de la playa donde vimos el caballo.
Alli pudimos ver pequeños peces, cangrejos de mar y conchas que vivian en pequeñas pozas que se habian formado por la erosión con el mar y cuando subía la marea se llenaban.
Y es que si no hubieramos tomado la decisión de ir a explorar y ver qué habia detrás del final de esa playa no hubieramos conocido a estos pequeños exploradores tan majos y toda la fauna que alli habita, además de lo relajante que resulta sentarte en una roca al borde del mar y observar como sube y baja la marea…
Como siempre, os animo a viajar y a conocer lo que tenéis alrededor, porque seguro que hay muchos escondites que os quedan por explorar y nunca sabéis que os encontraréis si no os lanzáis a la aventura.
Espero que os haya gustado el post y que visitéis alguno de estos lugares.
Cheers!
