Ruta por los castillos del Valle de Loira I

¡Hola a tod@s! Hoy voy a hablaros de uno de los viajes más especiales y diferentes que he hecho. Se trata de la ruta de los castillos del Valle de Loira.

Por esta ruta no solo hay preciosos castillos sino que el trayecto en sí está lleno de prados verdes, pueblos con mucho encanto… Todo es muy natural y está muy cuidado y además todos los lugares que se encuentran por la ruta siguen la misma estética.

Recomiendo sin duda alquilar un coche pues, como siempre, da mucha libertad a la hora de viajar.

He de decir que cuando realicé este viaje con mi madre fue hace tres años y de aquella los datos móviles no funcionaban gratuitamente si salías de España y no queríamos pagar un dineral por usar internet durante una semana fuera. Por lo tanto decidimos usar solo internet cuando teníamos conexión wifi en el hotel o en algún restaurante o bar.

Y diréis entonces, ¿cómo os movisteis por el Valle de Loira sin gps?

Pues utilizando un mapa de carreteras de Francia que compramos antes de empezar nuestra ruta en una tienda de souvenirs. Mi madre ha estado desde siempre acostumbrada a utilizar mapas de carretera en sus viajes  pero en mi caso era mi primera vez y pensaba que sería algo complicado, pero todo lo contrario. Francia es un país súper bien comunicado y no nos perdimos en ningún momento.

Os diré que el hecho de ir guiándonos siempre con el mapa hizo que el viaje fuese diferente y especial, incluso lo recomiendo si nunca lo habéis hecho. Eso sí, hay lugares no tan bien comunicados que puede hacerlo un poco complicado, pero en el caso del Valle de Loira, no hay pérdida.

Esta ruta nos llevó alrededor de una semana. Todo depende de según cuantos sitios se quiera visitar pues hay infinidad de Castillos y pequeños pueblos que visitar.

Nosotras seleccionamos los que más interesantes nos parecían y aún así necesitamos esos casi 7 días, por lo tanto es mejor ir bastantes días para aprovechar y tomarlo con calma. En sí los diferentes puntos en los que paramos no estaban lejos unos de otros, no pasábamos demasiadas horas conduciendo, pero la visita a los castillos lleva su tiempo.

En nuestro caso cogimos vuelo a París (os hablaré en otro post de esta ciudad), nos pasamos un par de días visitando la ciudad y luego desde allí alquilamos un coche para dirigirnos a Orléans, nuestra primera parada en la ruta.

Bueno, en cuanto al Valle de Loira, a raíz de su declaración en el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se ha incrementado su demanda turística. Aún así, al menos hace tres años cuando yo fui, no estaba demasiado masificado, solo los castillos más famosos de la ruta.

De hecho fue un viaje súper tranquilo, por las carreteras apenas circulaban coches, en los castillos se podía entrar perfectamente sin hacer colas, etc. Solamente en uno de los castillos tuvimos problemas para entrar precisamente por las colas, y fue en el castillo de Chambord pues es probablemente el más visitado de todos los de la ruta.

A continuación voy a ir contándoos mi ruta punto por punto y os explicaré qué he visto en cada una de las paradas. He decido dividir el post en dos partes ya que es bastante extenso. En este post os contaré la primera parte de mi ruta.

Orléans

Cualquier viaje por el Valle de Loira tiene como parada obligada la ciudad de Orléans. He de decir que esta fue uno de mis lugares favoritos de este viaje, y de los que mejor recuerdo. Ahora descubriréis porqué.

Orleans fue capital de Francia en el siglo X y en la actualidad es la capital de la región Centro Valle del Loira. También es conocido como la ciudad de la cosmética ya que aquí se encuentran las empresas cosméticas más importantes del país.

Orleans es de esas ciudades donde reina la tranquilidad. Siempre me acordaré de ese momento en el que nos sentamos un rato en un banco en la Place Du Martroi. Y desde allí observamos como varios niños jugaban con el agua de varias fuentes. Simplemente se escuchaban los gritos y risas de los niños con el carrusel de fondo.

Esta plaza que os he mencionado es probablemente la plaza más famosa de la ciudad y el lugar perfecto donde tomar algo. Está unida por la gran avenida Juana de Arco a la catedral de Orleans.

Esta avenida es preciosa, sobre todo si tenéis suerte como nosotras, y la visitáis a partir del 8 de mayo ya que es cuando se celebra la Fiesta de Juana de Arco y la avenida se llena de coloridas banderas entre la que se encuentra la de la ciudad de Orleans (amarilla y roja). De hecho, no solo está así decorada este día concreto sino que las banderas se mantienen hasta la entrada del otoño.

La Catedral que se ve al fondo en la fotografía es la Catedral de Sainte Croix (Santa Cruz) de estilo gótico. Su construcción llevó nada más y nada menos que 500 años. En su interior destacan sus vidrieras en donde se representa la vida de Juana de Arco.

Orleans es cruzada por el río Loira y siempre es buena idea caminar por la ribera de la ciudad donde hay varios barcos tradicionales donde se puede comer o bien tomar una copa.

Otra visita obligada es el Hotel Groslot de estilo gótico-renacentista, que hoy en día funciona como sede del Tribunal Administrativo de Orléans y se pueden visitar sus jardines gratuitamente. También, cómo no, la Mansión de Juana de Arco donde se dice que habitó en 1429. Hoy en día funciona como museo de la misma.

Pero sin duda mi parte favorita es el casco histórico lleno de casas típicas con su entramado de madera y de diferentes colores.

Si no disponéis de coche para realizar la ruta, o simplemente visitáis Paris y os apetece acercaros a Orleans, se puede ir en tren de alta velocidad (TGV) desde la estación sur de París Austerlitz y se llega en solo una hora.

Chateau D’Azay Le Rideau

El primer castillo que visitamos fue el Castillo D’Azay le Rideau. Está ubicado en un pequeño pueblo con el mismo nombre y se le considera uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista en Francia.

Fue construido en medio del río Indre y dentro cuenta con una gran cantidad de exposiciones sobre la cultura y tradiciones de la nobleza de Francia a finales de la Edad Media.

Se dice del castillo que Gilles Berthelot, antiguo tesorero, compró el terreno de la fortaleza medieval de Azay pero no tuvo tiempo de disfrutarlo porque cuando el rey Francisco I llevó a cabo una investigación general pues sospechaba de él, Berthelot acabó siendo acusado de malversación de fondos y decidió darse a la fuga abandonando al castillo y a su mujer.

El castillo se encuentra abierto al público todos los días del año y el horario del castillo es el siguiente:

- De octubre a marzo: de 10.00 a 17.15.

- De abril a junio y septiembre: de 9.30 a 18.00.

- Julio y agosto: de 9.30 a 19.00.

El precio por entrar al castillo es de 10,5€ por adulto, pero hay descuentos para estudiantes y grupos.

Al entrar al castillo, en la primera sala se pueden observar varias fotografías sobre el proceso de restauración del castillo durante el siglo XIX.

La visita no nos llevó más de una hora u hora y media aproximadamente. He de decir que aunque el castillo era bastante bonito por dentro, por lo que vale principalmente la pena es por su exterior.

En nuestro caso era el primer castillo que visitábamos por lo tanto no teníamos ninguna referencia. Pero ahora que he realizado toda la ruta, puedo decir que este castillo ha sido uno de los que me parecen menos interesantes respecto a su interior, ya que el resto conservan mucho más mobiliario de la época y representan mejor cómo estaban decorados los castillos antiguamente. Eso sí, es igualmente una parada obligada porque el castillo junto al río Indre forma una estampa preciosa.

Además, también vale la pena pasear por el pueblo en donde se encuentra el castillo. Es muy pequeño por lo que se recorre en muy poco tiempo.

Château d’Ussé

La siguiente parada fue este castillo renacentista con origen en el siglo XII pero que posteriormente fue renovado Antoine de Bueil y Juana de Valois, que habitaron en el castillo. 

Se sitúa en el pequeño pueblo de Ussé y no es nada difícil aparcar próximo a él. Muy cerca del castillo, casi en frente, hay un parking gratuito donde dejar el coche. Recomiendo cruzar un puente que está justo enfrente del castillo pues desde allí se tiene una muy buena perspectiva de todo el castillo.

Los horarios de visita son:

- De febrero a marzo: 10h-18h

- De abril a septiembre: 10h-19h

- De octubre a noviembre: 10h-18h

El precio por adulto es de 14€ y de 4€ para niños de entre 8 y 16 años.

Lo que más me llamó la atención de este castillo fueron sus enormes jardines, diseñados por el mismo creador que el Jardín de Versalles: André Le Nôtre. Con la entrada se pueden visitar también sus habitaciones interiores, las bodegas y establos.

En las bodegas se representan escenas tradicionales de la elaboración del vino a través de diferentes figuras a tamaño real. Esto es muy usual en el castillo ya que en muchas de las habitaciones hay diferentes figuras.

Los establos están llenos de coches de caballos que antiguamente se utilizaban por parte de los propietarios para desplazarse.

Este castillo es conocido también como el Castillo de la Bella Durmiente y en varias habitaciones se representan escenas de la historia a través, de nuevo, de figuras a tamaño real. Incluso en algunas se escuchaba música de fondo para introducirnos mejor en la historia.

En mi opinión, el interior de este castillo tampoco fue de los mejores que visitamos. Sin embargo la visita estuvo bien pues el recinto es enorme y puedes pasear por todos los jardines, ver la bodega y establo, etc.

Pero si la idea es visitar por dentro solo los castillos más imprescindibles para no saturarse, entonces este no es uno de los que considero imprescindibles.

Angers

A la ciudad de Angers se le conoce como la ciudad del desarrollo sostenible y está incluida en el Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco. También se le conoce como la ciudad de Arte e Historia, probablemente por su castillo de 17 torres.

Este castillo se trata de una enorme fortaleza de la Edad Media, construido a la orilla del río Maine. Fue la residencia de los duques de Anjou.

Para acceder a él hay que cruzar un puente levadizo. Nosotras decidimos no entrar pues ese día ya teníamos en mente entrar en el interior de otros castillos pero la verdad es que creo que es uno de lo que merece la pena entrar. En especial destaca por su famoso tapiz medieval del Apocalipsis de dimensiones increíbles.

Aunque no entramos en el castillo, aprovechamos para pasear un poco por la ciudad y de nuevo nos encontramos con casas medievales con fachadas entramadas de madera.

Existe también la opción de recorrer la ciudad en un tren turístico que pasa por los lugares más emblemáticos de la ciudad como la catedral de Saint Maurice o la Casa de Adán.

Para visitar Angers existe también un TGV que en una 1 hora y media conecta con París. Además la ciudad de Nantes se encuentra muy cerca y en el aeropuerto de la misma hay aerolíneas con conexiones a diferentes ciudades de España.

Esto es todo por el momento, pero pronto os contaré la segunda parte de mi ruta por esta preciosa zona de Francia. ¡Gracias como siempre por leerme!

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