Mi tour por Francia haciendo autoestop, parte 9
Viernes 19 de agosto de 2016- Día 18
¡Hoy vuelvo a hacer autoestop! Esta mañana se cortó el agua en casa de Flavia, fue una pena, me quedé sin ducha y sin poder ir al baño. Pido perdón ya por los que me recojan hoy con el coche. Me iba sobre las 13:00. Me despedí y le di las gracias a Flav, ¡que el año que viene estará haciendo el máster en Albi! Y no solo eso, además es un máster súper interesante.
Bueno, me tocaba volver al peaje norte y coger el metro y el bus que me había aconsejado Tom el día anterior ya que también está acostumbrado a hacer dedo. Estuve al final una hora y media entre la espera, el transporte y andar hasta el peaje. Llegué al final sobre las 14:30 creo recordar. Me compré un tabulé y un plátano, la cajera del Carrefour fue muy simpática. Bueno, el destino de hoy era la mundialmente conocida como la ciudad Liorac-sur-Louyre, cerca de Bergerac. La boda de tenía al día siguiente sería en Molière. En el peaje no estuve más de 5-10 minutos esperando, lo normal, cuando se paró Bruno, un jubilado que se fijó en mi pancarta que decía "Agen. " ¡Iba a ver a su novia que estaba a 20 kilómetros al oeste de Bergerac! Era perfecto, me iba a dejar a tan solo 35 kilómetros de mi destino. ¡Eureka! Además fue muy enrollado, me dejó comerme el tabulé de pollo (#Thanh) en el coche. Era el ex-director de un centro de vacaciones, pero de ahora en adelante sería un jubilado feliz. Cada uno contó su vida y pasamos un buen rato. Al salir de la autovía pasamos por unos viñedos. "¡Cómo huele a uva! ¡HE DICHO QUE CÓMO HUELE A UVA! " (#PamelaRose). Se desvió un poco para dejarme en una rotonda donde había una salida directa a Bergerac. ¡Muchas gracias Bruno, que pases un buen fin de semana con tu novia!
Me hice un cartel donde pusiera Bergerac y me coloqué en la salida de la rotonda. Un cuarto de hora más tarde Joël, el apasionado de la madera (era el doble de Bruno Carette), me recogió con su camioneta y se desvió para llevarme hasta el camino que llevaba al albergue. ¡Qué simpático! Tan solo me hicieron falta dos coches para llegar desde Toulouse hasta Liorac, ¡nunca lo habría imaginado! Joël era un tío muy guay y me contó cosas sobre su juventud, sobre el servicio militar que hizo y sobre su experiencia con el autoestop, tanto haciéndolo como recogiendo a gente. Hay una cárcel cerca de allí y pasó a recoger a un colega que salía de permiso, ¡fue un placer conocerlo! También me habló de su experiencia en París cuando tenía 16 años y de su pasión y el don que tenía para la madera. ¡Me encanta cómo habla! ¡Muchísimas gracias Joël!
Genial, fui el primero de los siete miembros de la familia en llegar al albergue cuando había sido el último en salir y había ido sin ninguna prisa. Llegué a las 17:30. He de decir que también es verdad que era el que más cerca estaba, bueno, el que menos lejos estaba. Me encontré con Muriel, la propietaria, estaba a medio camino entre ser simpática y ser irritante, además también era medio susceptible, por añadir una tercera mitad a su carácter. También me encontré (creo) con Jean y su acompañante Dolorès. "Me alegro de tener una secretaria tan... habladora". Me enteré de su vida entera en 5 minutos. Venía de Oise, donde está el museo de la Nacre dijo. ¡¿No me digas?! ¡Cuéntame más! Además me contó que su hijo de 20 años era un vago. Pero bueno, era simpática. Mientras esperaba a los demás me fui a hacer un poco de deporte y darme una ducha y después me puse a escribir en mi libreta con el ambiente tan magnífico que ofrece este albergue. Todo esto mientras escuchaba música y tenía al perro al lado, ¡qué relajación!
Sobre las 20:20 llegaron a la vez dos coches, venían mi padre, mi madre y Martín en el "daron rojo" y Théo y Aurélie en el Pixo. Qué sincronización. Julie llegó sobre las 23:30, vino en avión y en tren. Se perdió la comida perigourdinesa tan rica que nos pusieron de patatas perigourdinesas con pato, ¡qué rico! Estaba buenísimo. Además también nos pusieron ensalada de frutos rojos y merengue de postre después de comernos un buen queso. Lo degustaba todo con las papilas gustativas. Este tipo de comida cuando estás haciendo un tour por Francia acostumbrado a que lo bueno fuera breve no solo era un lujo, ¡era una maravilla! Cada vez que me preguntaban si quería más contestaba que sí. No pude beber vino porque me comprometí en ir a buscar a Julie cuando llegara ya que los demás se habían tirado todo el día conduciendo. ¡Fue genial poder comer y estar con toda la gente (casi toda) en una comida así! Eso sí, me di el gusto de tomarme "un poco de sangriAA" en la comida.
Casi todo el mundo se acostó enseguida, menos el daron y yo que nos fuimos a buscar a Julie. ¡Me alegré mucho de volver a verla! Estábamos muy cansados y todo el mundo estaba durmiendo ya cuando llegamos de esa ida y vuelta por las carreteras perigourdinesas. Al llegar fuimos directos a dormir, pero cada vez que me movía el el ruido que hacía el colchón inflable se escuchaba en toda la habitación y le hacía mucha gracia a Julie. ¡Buenas noches y hasta mañana, nos vamos de boda!
Domingo 20 de agosto de 2016- Día 19
Hoy era el día de la boda, ¡la misa era a las 11:00! Me levanté a las 9:00-9:30 como de costumbre y desayuné, me duché y salí tarde. Pero al final solo llegué cinco minutos tarde a la misa y cogí unos sitios que no estaban tan mal, detrás de una columna. No se veía un carajo como dirían algunos. Entre los hermanos y hermanas nos aguantamos la risa como pudimos al escuchar que el cura tenía una pura voz... de cura, sobre todo cuando mi madre se giró y nos miró con una gran sonrisa maliciosa dibujada en la cara. Sentía como le temblaban los hombros de la risa a Aurélie, que estaba a mi lado. Fue gracioso. Fue muy gracioso. Demasiado gracioso. Busqué con la mirada también a Heloïse y a Juliette porque dos días antes nos habíamos reído también de eso.
Después del sacramento del matrimonio, la comunión y después de que terminara la misa nos quedamos esperando a los recién casados en la escalinata de la iglesia. ¡Viva los novios! ¡Isaure tenía una sonrisa de oreja a oreja! Fue el momento de saludar a todos justo antes de irnos a la Molière para la recepción (comida hasta las 17:00, después bufé por la noche y luego fiesta). Los aperitivos estaban deliciosos. En la organización de las mesas me habían puesto en la mesa que ponía "Barcelona". En efecto, no era casualidad, ¡es el destino! Estaba con Martin, Géraldine y otros jóvenes muy simpáticos. Me llevé muy bien con Louis, un chico de mi edad y que está estudiando comercio en Nantes con Anthony Gony, un compañero del instituto. Qué coincidencia. ¿Qué llevaba el menú? Ensalada y froie-gras de entrante, pato y patatas perigourdinesas de plato fuerte (#Rebelotte), un plato de queso y bufé libre de postres. Fui con Théo a cogernos dos cada uno: "¿Hay helado de vainilla? ¿Y de chocolate? ", "Sí". Por la tarde seguimos hablando con todo el mundo y después llegó el momento del discurso. Jean-François no se cortó ni un pelo y se durmió directamente. ¡Típico de Jean-François! Más tarde vino a verme mientras estaba en la cola del bufé y me preguntó con ese acento biarnés: "¿Qué discurso más pesado a que sí? " Maravilloso. Esa frase fue la mejor. ¡Cuando siguiera con el viaje sería la nueva frase de culto con Théo y Martín! Qué cagada.
Después de comer bailé un poco, aunque los zapatos me destrozaron los pies. Como me lleva pasando todo el verano, me cansé enseguida y a la 1:30 de la madrugada ya estaba muerto. Ya no me salían ni las palabras, ni siquiera con Alexie, mi prima lejana que hacía años que no veía y que era súper guay. Me eché un rato en el coche mientras esperaba a que volviésemos con todos los hermanos y hermanas (¡es genial estar todos juntos! ). Gros T vino conmigo un rato para hablar de cosas personales. Al final de la noche acabó llevándonos Aurélie en coche de vuelta hasta el albergue. Buenas noches y dulces sueños.
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- Français: Mon tour d'France en stop, partie 9
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