La primera semana de clase en Le Mans

Después de un mes de papeleo, de idas y venidas de un país a otro, ya estoy asentada totalmente en Le Mans. Esta semana he empezado las clases de la Licenciatura de Historia. A continuación, os contaré como han ido.

El lunes conocí a mi coordinador (el cual yo siempre había pensado que era mujer, por su nombre) y era una persona maja que me ha dicho que vaya de vez en cuando a verle para ver como voy en mi estancia aquí. Me ha ofrecido también su ayuda para cualquier problema que tenga. Todo esto después de tener una conversación bastante complicada en francés, tanto que al final se decantó por hablarme en inglés. He de decir que por unas horas tuve unas ganas tremendas de volver a España, cosa que no hice sobre todo gracias a los ánimos que me dieron mis amigos mediante las redes sociales.

Como dice una canción de los Héroes del Silencio, todo se olvida al despertar. Al día siguiente me levanté con energía para empezar mi primera clase. El aula estaba marcada en el horario como S08, yo llegué a la facultad de letras y di una vuelta por la planta baja. Las puertas de las clases estaban marcadas como "E+el número" por lo que pensé que no sería allí. Así, me decido a preguntar en la administración, donde me dicen que "S" significa "sala". Después de esta confusión llego a clase y me siento en las últimas filas al lado de un@s chic@s. Comienza la clase. La profesora es una señora de avanzada edad que tiene un acento un tanto complicado, hasta para los franceses, pues con el transcurso de la clase pude comprobar que me había sentado al lado de los graciosos de la clase, los cuales se dedicaban a repetir los sonidos que la profesora emitía. Por lo tanto, me pasé dos horas mirando los papeles que nos habían repartido al comienzo, pues no tenía ni idea de lo que estaba diciendo la señora.

A la segunda clase iba preparada para lo mismo. La sorpresa llegó cuando entré en el aula y encontré en la primera fila a los erasmus con los que me relaciono aqui. Pero eso no fue todo, el profesor habla tan claro y tan pacífico que salí de clase como si hubiera sido una clase española.

Pero todo cambió en las dos últimas, pues tampoco pude entender mucho. Menos mal que en la última me decidí a hablar  con la profesora y explicarle mi situación. Ella, muy amable y simpática, me ha ofrecido pasarme los apuntes escritos por mail para así seguir las clases mejor.

También nos hemos apuntado a volleyball, pues a parte de hacer ejercicio, fomenta el aprendizaje del idioma y las relaciones con otros compañeros de diferentes países.

Pero si algo he podido deducir en esta semana, es que en España estamos más avanzados en algunos aspectos, como el temario en las clases y la práctica de deportes. También he podido comprobar que los franceses son muy cercanos, tanto que están siempre dando besos para todo.