Puerto del Rosario, capital de Fuerteventura
Puerto del Rosario es una pequeña ciudad que está situada casi en el centro de la isla de Fuerteventura. Esta capital tiene lugares de interés cultural y te puedes encontrar en muchos lugares muchas esculturas dedicadas la gente que antiguamente habitaba en la ciudad.
No encontrarás en la ciudad un edificio de más de 6 plantas de altura, ya que la mayoría de ellos son edificios bajos, por eso esta ciudad es característica y bonita.
Tiene una costa con una avenida que une varias playas de diferente tipo, ya que en los alrededores del muelle puedes encontrar playas de callaos, de roca y de arena. En este muelle del Puerto del Rosario, es donde atraca el barco que va desde Gran Canaria hasta Fuerteventura. Yo para venir directo hacia aquí, he tenido que pegarme desde las 23:30 horas de la noche hasta las 7:15 de la mañana del día siguiente. Nunca había visitado Puerto del Rosario en profundidad en mis aventuras por Fuerteventura, ya que lo que sólo había visitado era el centro comercial Las Rotondas, el cual tiene prácticamente todas las tiendas que te pueden gustar, prácticamente todas, además tiene un gran supermercado. El centro comercial consta de cuatro plantas sin contar los aparcamientos del garaje de los coches. No tiene nada que envidiarle a los centros comerciales de otras islas como por ejemplo a la isla de Gran Canaria, que tiene un centro comercial en cada esquina, porque este centro comercial es acogedor y siempre tiene gente dentro.
Respecto a los edificios que rodean Puerto del Rosario, nos podemos encontrar con esta construcción, es el Palacio de Formación y Congresos que se encuentra justo en la misma avenida del muelle. Es un gran edificio de color gris oscuro que destaca ante el paisaje de la ciudad. En este palacio, también hay un auditorio donde se hacen muchas actuaciones de artistas y monologuistas, además de otras actuaciones. La ciudad tiene restaurante y zonas de ocio en los que me sorprendió que casi todos los lugares para comer, siempre había alguien comiendo, ningún lugar estaba vacío, y es que en Fuerteventura se come bien, si comes comida de la tierra.
También en Puerto del Rosario, te podrás encontrar en torno a la avenida que va por la costa, varios hornos de cal que se usaron en aquellos tiempos, en los que leí una pequeña historia sobre su construcción y uso. Resulta que las piedras de cal se obtenían de las formaciones de carbonato cálcico muy abundante en Fuerteventura, el origen mineral era utilizado para la cal de cuchara o enfoscada, mientras que el proveniente de los caparazones de animales marinos de utilizaba para producir más el color blanco.
Tras elegir una cantera, se procedía al desprendimiento de los trozos de piedra mediante la utilización de picos, cuñas, martillo y otras herramientas. Los bloques de este material se reducían con las grandes martillos en lascas de unos 15 cm de grosor. Ya con todo este material preparado, el material se cargaba en los hombres y animales de transporte de la época para transportar hasta los hornos. Para llenar los hornos, se insertaba por un hueco por la parte superior del horno, mezclada con combustible como carbón. Luego para obtener lo que es la cal, le dan a la piedra una temperatura entre 800 grados centígrados y 1000 grados centígrados.
El proceso duraba durante varios días e incluso durante más de una semana y para saber cuando el proceso estaba terminado, es cuando el humo que sale del horno empieza a ser de color blanco. Para recolectar ese material, el horno se vaciaba por la zona inferior del horno. En Fuerteventura es donde más he visto estos tipos de hornos que en otras islas.
También al lado del muelle, hay una bonita y pequeña playa muy familiar que está justo en frente de un horno de cal. Esta playa se llama la playa de Los Pozos. La playa se nota que está recientemente restaurada por que tiene unos alrededores muy cuidados. El oleaje es prácticamente nulo y la verdad que el suelo es algo duro. Se encuentra muy cerca de todo el centro de la ciudad, a unos pocos metros del centro comercial Las Rotondas.
La arena de esta playa está llena de pequeñas conchas, muchas, no te puedes imaginar cuanto. Justo en su avenida sale un dique hacia el mar abierto en el que han puesto un esqueleto de una ballena que fue encontrado por la zona, ya que las Islas Canarias son un área de alimentación para este tipo de animales y en Fuerteventura se pueden ver habitualmente, saliendo en barco de excursión unos kilómetros de la costa.
Como he comentado antes, Puerto del Rosario está lleno de esculturas que hacen referencia a los antiguos habitantes de la ciudad, en este caso te muestro la escultura de “El Aguador”, que hace referencia a un personaje que distribuía agua a domicilio desde un depósito común con la ayuda de dos latas y un palo para poder transportarla.
También cerca de la playa de Los Pozos, nos podemos encontrar con la escultura del “Pescador de viejas”, que hace referencia a los hombres que se dedicaban a pescar viejas para su comercialización. La figura lleva una mochila en las espaldas con los pescados recién cogidos tanto como para la venta como para el consumo familiar.
Caminando por el pueblo nos podemos encontrar con una gran calle comercial que tiene música ambiente. La verdad algo vacía en la hora en la que he pasado, pero la zona debe de ser muy transitada por la cantidad de tiendas y restaurante que hay a lo largo. Esta calle se encuentra a unos 100 metros del centro comercial. Siguiendo paseando por las calles, nos encontramos con la iglesia que hace honor a la virgen de la Peña y nos encontramos al ayuntamiento de Puerto del Rosario. Es curioso que con lo plana que es la isla de Fuerteventura, la ciudad esté construida justo donde hay una pequeña montaña que le da algo de pendiente, pero no es nada de otro mundo, se puede aguantar.
Siguiendo por la avenida de la costa, nos encontramos al pasar todos los hornos una playa a mar abierto donde el mar es algo más revuelto que la playa de Los Pozos.
Esta playa en mi opinión, me gusta mucho más que la otra playa que te he enseñado antes, porque el agua entra más libre y está más alejada del puerto. Tiene puestos de socorristas y el oleaje es continuo pero tranquilo, al menos cuando yo he ido me he podido bañar bien dentro del agua, hasta sumergirme hasta los hombros.
Es una playa muy plana, es tan plana que cuando sube la marea, llega hasta las rocas que limitan la playa. Esas rocas son verdaderamente un lujo porque te resguardan del viento o la pequeña brisa que pueda haber en la playa. Alrededor de la playa, hay unos grandes aparcamientos donde se aparcan autocaravanas y furgones, ya que es ideal para pasar la noche en la zona.
Caminando desde el centro de la ciudad, tardé en ir caminando una media hora, por lo que tienes que caminar un poquito, pero agradable si vas por lo costa. Además si vas caminando por la orilla, te puedes encontrar con bonitas ardillas en la costa, agrupadas en los muros de piedra.
Regresando de la playa y yendo hacia la parte trasera del muelle, nos encontramos con más hornos de cal repartidos por toda la costa, y como no, a más esculturas repartidas, en este caso, nos encontramos con la escultura en la rotonda en la salida del muelle, al que le llaman “El Vigía”, que representa a un marinero mirando al horizonte en busca de alguna embarcación que traiga comida para la ciudad, representa a los antiguos marineros que se dedicaban a este trabajo, según los carteles que tienen expuestos allí.
Justo después de la rotonda de salida del muelle, te encontrarás con esta escultura que no se exactamente a qué tiene hace símbolo, pero por lo que es, supongo que será un homenaje al hombre/mujer trabajador/a y a las mujeres que se dedicaban a educar a los niños.