Pintar como Botticelli

Mi aventura de un día

Aventura de un día - porque no fui capaz de asistir a más que una de las clases de pintura.

No, no es así en realidad... Todo pasó unos días antes de un examen, you diría que casi dos semanas antes de mi último examen (el cual yo pensaba que era el más difícil de todos) pero me dije a mí misma que no podía perder la oportunidad de participar en un curso de pintura: ¡el arte tiene prioridad! Un poco "asustada", le escribí al profesor que "quisiera asistir, me encantaría participar en el curso, pero solo puedo quedarme un día... ".

Lo que os aconsejo "no hacer" es tener miedo de las cosas, como me pasó a mí, ¡es mejor simplemente probarlas tal y como son! Ahora puedo decir que dos días podrían haber sido perfectos para continuar el retrato, y, entre nosotros, es la única excepción que he hecho en retratos.

¡Así que me apunté!

Sí, me apunte el día que vi el anuncio. Debo admitir que desde que estoy aquí, solo encuentro anuncios interesantes sobre arte - concursos, cursos, exposiciones, etc. Y todos ellos vienen desde este virtual y multinacional Facebook.

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Me gustó y me pareció una gran idea y un bonito gesto por parte del profesor el darnos grandes lienzos, pinturas al óleo, pinceles y todos los utensilios que necesitamos; de hecho, yo no había traído nada conmigo, simplemente algunos lápices y papel para bocetos, ilustraciones o lo que sea que mi mente quiera garabatear en papel. Pude llevarme mi "obra de arte" conmigo a pesar de ni siquiera estar terminada: no quería que nadie más la continuara, ni que acabara perdida para siempre en ese estudio en Florencia.

Desde entonces recuerdo Florencia, el curso que tuvo lugar allí, en el palacio Bruciato, al lado del cual había pasado dos, tres veces sin darme cuenta de su existencia; mi excusa es que llegaba tarde, ¡muy muy tarde!

Sin conexión a internet (mi móvil era un poco inútil en aquella época; era solo para fotos y música) no podía comprobar dónde estaba en Google Maps, así que preparé la ruta de una forma más "casera": compré los billetes de tren la noche de antes e intenté calcular aproximadamente a qué hora debía coger el autobús esa mañana (lo que nunca pasó porque no hay milagros a las 7 de la mañana, solo a las 8). También intenté calcular el tiempo desde el palacio a la estación Santa María Novella. Intenté ser valiente comprando los billetes a las 7.39 de la mañana, una hora totalmente irrazonable para un estudiante durante el verano pero, bueno, en todo caso, llegar tarde no fue mi culpa, ¡fue el autobús! Finalmente, después de una hora y... un rato, llegué a la estación de trenes y conseguí tomar mi tren. ¿Debería mencionar que en todo ese tiempo había perdido unos tres trenes?

Vale, el curso empezaba a las 9 en punto y durante todo ese tiempo yo estaba en algún lugar de camino pero... mientras estaba en el tren me dije a mí misma que era una señal para volver al día siguiente y recuperar las horas perdidas.

Finalmente, llegué allí - la estación de S. M. Novella. "Teoréticamente" debería haber tomado un autobús que me llevaría a una parada cerca de la calle del palacio, pero tuve tanta suerte que encontré las calles de Florencia en construcción, calles cortadas, tráfico desviado y ¡todo lo que querrías encontrarte cuando llegas tarde a algún sitio.

He dicho muchas veces que iba guiada por una brújula del siglo XIII, pero esta vez me salvó. Rápidamente encontré la estación, compré dos billetes y fui a la parada escrita en mi agenda. Desde allí, todo recto hasta la calle de mi destino donde pasé, como ya he dicho, dos, tres veces justo al lado sin darme cuenta - y una vez mas perdí tiempo... pero lo conseguí, así que todo bien.

¡La sorpresa fue que en ese enorme espacio éramos solo tres personas! Y yo era la tercera, llegando con muchísimo retraso. Me disculpé por llegar tarde y me senté en una mesa, dibujando el cuadro que quería pintar. Podía elegir cualquier cuadro del Renacimiento que quisiera reproducir, pero elegí un retrato, y no uno cualquiera sino el retrato de Cecilia Gallerani realizado por Da Vinci. Vale, lo traduzco para ti... "La Dama del armiño".

  • Ella era la favorita y más celebrada de las muchas amantes de Ludovico Sforza, Duque de Milán. Esto ocurrió alrededor del siglo XV
  • Consejo: lee sobre la familia Borgia y toda su época.

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Puesto que el curso duraba hasta las 17, intenté pintar tanto como pude. Lo que aprendí es que los cuadros al óleo requieren de un largo tiempo para cubrir los contornos y combinar las capas, superponerlas y finalmente conseguir el resultado deseado. Así que estaba bastante claro que en solo un día no podía conseguir un gran resultado, ni la copia del retrato de Da Vinci.

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Intenté llevarlo a casa conmigo porque sigue siendo un desafío y quiero ver mi progreso, tengo curiosidad por ver de lo que soy capaz. Y prometí al profesor que no abandonaría el proyecto. Quizás algun día llegue al nivel de Picasso, nunca se sabe, jajaja.

  • Por cierto... Una chica empezó el retrato, el mismo retrato, hace alrededor de cuatro, cinco meses y me dijo "bueno, no está terminado todavía, todavía tengo que pintar mucho y alcanzar la amabilidad que transmiten sus ojos en el cuadro original". Pero hecha un vistazo al resultado, después de solo unos meses, así es como está. Sinceramente, aprecia su trabajo y su paciencia.

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