Bokod

Cuando llegué allí, me enamoré de este lugar celestial y solitario.

Hay lugares por todo el mundo que conocemos. Excepto estos lugares que ya hemos visitado o que hemos visto en fotografías, hay otros lugares en la naturaleza que todavía no han sido descubiertos.

Bokod es un antiguo pueblo situado en un lago que visité durante mi Erasmus en Budapest, Hungría. El pueblo está a 78 km al oeste de Budapest.

Salimos del centro de Budapest. Fuimos por unas carreteras rodeadas por árboles muy frondosos. Era otoño, por lo que los árboles y las hojas caídas tenían unos colores preciosos. La carretera parecía representar todas las estaciones.

Fue difícil encontrar Bokod, y eso que íbamos con dos amigos húngaros. Ellos tampoco conocían el lugar hasta ese momento. Finalmente llegamos y nos encontramos con un gran bosque. Estaba lleno de pinos.

Fuimos paso a paso, pisando las hojas caídas y respirando aire fresco. No había nadie alrededor. Escuchábamos el sonido de los pájaros y del viento sobre los árboles. Mientras caminábamos, algunas hojas de sauce habían ido cayendo en mis hombros. Exploramos el río tras los árboles. Estaba rodeado de juncos. El sol se filtraba entre la niebla en el horizonte.

Bokod es conocido también como el pueblo fantasma. Había pequeñas casas de madera junto al río que daban incluso un poco de miedo. Unos puentes de madera que conectan las casas parecen un poco peligrosos, ya que son muy viejos. La mayoría de las casas de madera parecían abandonadas. Por esta razón al lugar se le conoce también como pueblo fantasma. Creo que el lago y las casas esconden historias muy antiguas. Un gato tomando el sol delante de una casa en el puente.

También hay una fábrica de tabaco en la orilla que hace que las vistas sean más atractivas y misteriosas. Es un sueño completamente distinto estar aquí. Puse un pie en el puente y empezó a crujir, parecía que andaba sobre un espejo en el cielo.

Después de pasar un par de horas y echar varias fotos, andamos para irnos del lago. Mientras salíamos de Bokod, nos envolvió el silencio. El sol empezaba a ponerse y salía humo de las chimeneas. Los pájaros volaban por el cielo buscando un lugar cómodo y calentito.

Fue difícil encontrar el camino de vuelta, ya que allí todos los caminos se parecían, como si estuvieran reflejados en un espejo. Quiero visitar Bokod en el futuro, y espero que os haya animado a visitar este lugar tan inspirador también a vosotros. Hungría esconde lagos y casas misteriosas.