Estrasblog, parte dieciséis

Salut! ¿Cómo vamos?

¡Cuánto tiempo! Creo que incluso desde antes de Navidad, desde la última vez que estuve de nuevo en Estrasburgo. Ahora puedo decir que la semana pasada volví a la normalidad. Ya no tengo más viajes por Europa, ni vacaciones en Reino Unido. Ya estoy de vuelta en Estrasburgo para quedarme unas cuatro o cinco semanas.

Debo admitir que no ha sido la semana más ajetreada. Tras diez días de agotamiento, me tomé el lujo de quedarme durmiendo el martes y el miércoles. Solo salí de la cama para hacer tareas molestas, como solucionar un tema de un trabajo del curso en la universidad y seguir con el procedimiento de solicitud que parece interminable del CAF (sus siglas en francés) o ayuda económica para el pago de la vivienda. Ahora parece un buen momento para ello, así que te explicaré lo que es el CAF desde mi perspectiva.

Básicamente, el CAF es un sistema de ayuda para el alojamiento para cualquier persona que esté en Francia, literalmente se aplica a todo el mundo. Soy un estudiante inglés sin familia en Francia, mi cuenta bancaria es europea y solo voy a vivir unos diez meses en Estrasburgo y aún así, puedo recibir la ayuda completa para el alojamiento, que corresponda para una persona de mi edad. ¡Es una locura! No tengo ninguna queja, ya que Amitel es bastante cara para lo que ofrece y se agradece poder disponer de 200 euros para ayudarme con el alquiler, especialmente cuando llega el pago de tres meses a la vez y me deja el alquiler de enero con menos de cinco euros. Lo que más me irrita del CAF, en cambio, es el papeleo interminable. Llevo con la solicitud desde mediados de septiembre de 2012 y todavía no he conseguido llegar al final de toda la lista de requisitos que me piden. La última de esta larga lista de requisitos sin sentido, en mi opinión, es mi certificado de nacimiento. De nuevo. Sí, ya había aportado una copia, pero parece que ahora necesitan una con los nombres de mis padres. Llegados a este punto, contestarles con una postal anticuada preguntando: ¿por qué necesitáis todo esto? Sería lo mejor.

Después del descanso a mitad de la semana, el jueves era el día que retomaría las clases en la universidad. Ya estaba preparado con todo lo necesario y listo para la clase de Geografía a la que iba a asistir. Llegué cinco minutos antes, me senté a esperar a que viniese el profesor. Pasaron quince minutos y allí no vino ni un alma. No lo entendía. Pasaron otros cinco minutos y vino alguien a explicarme brevemente que la clase se había cancelado. ¿Por qué era el único de toda la clase que no se había enterado? ¡Era todo un misterio! Más extraño aún era que me sentía decepcionado. Sí, es extraño, pero no importa.

Esta pasada semana ha sido interesante por dos motivos: el primero, porque tuve mi primera reunión de tándem. Es un proceso configurado por la universidad, ofreciendo hablantes nativos de cualquier idioma para juntarse y enseñarse unos a otros sus idiomas. En mi caso, era un nativo inglés buscando franceses que me ayudasen (y viceversa). Ambas reuniones fueron muy amenas y fue muy agradable estar hablando francés por placer. Ya he quedado para hacer más reuniones de tándem de nuevo. ¡Ya te contaré cómo resulta!

En segundo lugar, esta última semana fue interesante porque era la primera vez desde que llegué a Estrasburgo que no me encontraba bien. Era solo un resfriado, pero eso significaba que debía ir a la farmacia a por algún medicamento. Practiqué el vocabulario, me sentía preparado para contarle al farmacéutico lo que me sucedía, de pronto comencé a toser tan alto y fuerte como nunca habrías escuchado. No tuve que decir nada más. Me dio unos caramelos para la tos y eso fue todo. ¡Así de fácil! Con mi medicina pasé el fin de semana en la cama recuperándome y ahora me encuentro mucho mejor.

¡Hasta la próxima semana! À plus tard!

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