Rompiendo mitos

Piensa en 15 segundos qué se te viene a la cabeza cuando escuchas la palabra “erasmus”. Para de leer. No hagas trampa, ¿ya? ¿y bien? ¿es alguna de estas? Alcohol, fiesta, despendole, facilidad para aprobar las asignaturas… Seguramente que si eres erasmus no te habrán venido las mismas que al resto. Y es que es cierto que las fiestas erasmus son muy populares y existen en todos los destinos. Pero también es cierto que un erasmus tiene que trabajar mucho para aprobar sus asignaturas, nadie te regala nada.

En primer lugar, las asignaturas a las que asiste un erasmus suelen ser con gente del país, con universitarios de destino, por lo tanto el nivel de exigencia será similar al suyo. En segundo lugar, las asignaturas hay que aprobarlas en la lengua que hayas escogido, una dificultad añadida bastante complicada. Y en tercer lugar, debes presentarte al mismo tipo de exámenes que la gente nativa. Por lo tanto, hay que romper el mito de que los erasmus estamos todo el día de fiesta y de que nos aprueban las asignaturas sin ir apenas a clase. Seguramente todos conocemos a algún erasmus, primo del sobrino de la tía de una amiga de tus padres que se fue a Italia y aprobó todo saliendo de fiesta diariamente. Pues bien, quien haya sido erasmus, que lo cuente y diga lo que le parezca, al menos, en Suecia y en mi caso, las asignaturas las he tenido que trabajar, nadie me ha regalado nada.