El fin de una etapa ¿el comienzo de otra?

Tristemente es así. Quería compartir mis impresiones con vosotros para haceros recordar vuestro primer día de clase. Estoy hablando de que hoy ha sido el primer día de mi última asignatura. Sí, es mi último curso en el erasmus pero también en mi carrera. Ya han pasado cinco años desde que empecé y la verdad es que todo ha sido muy rápido. Quedan mil momentos que recordar y puede que hasta me decida por seguir con alguna otra carrera o estudio superior, pero esta, lamentablemente llega a su fin. Supongo que después de la universidad te conviertes en una persona totalmente distinta. Allí has vivido, has sentido y has aprendido. No sólo acerca de tu rama de estudios, sino acerca de la vida. Sabes lo que es estar fuera de casa, sabes lo que es compartir piso, conoces mejor cómo relacionarte con la gente y sobre todo, haces amigos que permanecerán a tu lado toda la vida (estoy seguro de ello) y eso no te forma sólo como estudiante, te hace madurar y te convierte en una persona libre, capaz de opinar, de pensar por sí misma y de desarrollarse en un mundo tan complejo como este… Y es que yo he seguido firmemente el consejo que alguien cercano me dio hace ya cinco años: “No pases por la universidad, haz que la universidad pase por ti”.

Estas palabras encierran mucho significado. Y es que no sólo consiste en aprobar las asignaturas que te proponen, consiste en hacer, en vivir y en sentir todo lo que está a tu alrededor: las fiestas, las prácticas, las charlas y conferencias, los agotadores exámenes… y también seguramente, en aprovechar una de las mejores etapas de tu vida, tu erasmus.

Me gustaría terminar este post dando las gracias a todos aquellos que me han acompañado durante este viaje. No es, por supuesto un adiós, es tan sólo un agradecimiento, un hasta luego. Y es que “lo que la naturaleza no da, Salamanca, tampoco”. Simplemente, gracias.