Rodrigo Díaz de Vivar: El Cid, a cargo de Alfonso VI

Una vez asesinado su anterior mandatario, Sancho II de Castilla; Alfonso VI se alzaba con sus territorios y pasaba a tener a Rodrigo Díaz de Vivar en su bando. Alfonso VI anexionaría también el territorio gallego de su hermano mediante la paz, lo cual haría a todo el reino mucho más fuerte y potente y le valdría para pensar en aumentar sus tierras mediante la guerra.

¿Cómo se llevaba el Cid con su nuevo jefe?

Lo cierto es que el Cid era una persona muy inteligente, y como tal sabía con quién se podía enfrentar y con quién no; y estaba claro que si a pesar de haber perdido la guerra de León contra su antiguo mandamás, Sancho II; Alfonso VI pudo asesinarlo; no tendría el Cid en adorarlo como adoraba a su antiguo "amo" y con ello, mejorar su estado.

Cierto es que con Alfonso VI nunca tendría cargos de relevancia, si bien cada día confiara más en todo lo que demostraba el Cid campeador. Pero lo cierto es que se demuestra la buena sintonía entre ambos debido a  haber sido no solo conde, sino también juez e incluso procurador en determinados pleitos importantes; que le iban haciendo escalar económica y socialmente sin duda alguna. Además, el rey le proporcionó un matrimonio de altura con la bisnieta de Alfonso V de León, por lo que era un enlace directo con la alta nobleza castellana y leonesa.

Fue entonces cuando cambiaría el transcurso de esa buena relación; pues en una misión por parte de Alfonso hacia el Cid para que yendo a Sevilla cobrara una serie de impuestos a los reinos de taifas de la zona; el Rey de Sevilla fue sorprendido por otras taifas cercanas que apoyados por García Ordóñez (otro de los empleados de Alfonso VI, que queriendo arrebatar el poder creciente del Cid, le tendería una emboscada), atacaron el reino de Sevilla sin piedad. Aquí demostraría una vez más el Cid que estaba hecho de hierro del duro, pues ganó la guerra, hizo prisionero a García Ordóñez y salvóa la vida al rey de Sevilla; ciudad que por cierto era de las que más altos impuestos pagaba al reino asturleonés.

Pero el hecho de que Ordóñez tuviera tantos contactos con la realeza del reino de Alfonso VI, hizo que éste tuviera recelos con el Cid, que había salvado el mejor filón del sur con respecto a tributos cobrados. Todo se torció de manera definitiva cuando tras una cruzada en la que tuvo que repeler el Cid una incursión de los andalusíes por la parte de Soria en torno al 1080; se metería en su persecución en el reino de taifa toledano, saqueando toda su zona oriental; la cual estaba defendida bajo el amparo del mismo rey Alfonso VI. Fue el colofón para Alfonso VI, que no dudó en desterrarlo de su territorio mandándolo al sur y el Cid tuviendo ahora que buscarse la vida.

¿Qué haría ahora Rodrigo Díaz de Vivar?

Pues no le quedaba otra que buscarse el pan por sí mismo; sin amo aparente pero con la necesidad imperiosa de tenerlo; pues estaba acostumbrado a tratar de armas a los contrarios en defensa de un rey o de un amo. Fue primero a por los condes de Barcelona, que negaron su oferta y sus posibles beneficios por todo el dinero que les pedía a cambio el Cid, que confiando plenamente en su poder; quería que se le pagara como él creía que se merecía su habilidad.

¿Cuál sería la primera batalla en defensa del reino de taifa de Zaragoza?

Pues sería en ese mismo año, en el 1081, cuando su jefe le mandó que mandara sobre el ejército que mandaría hacia los reinos de su hermano en Lérida; el cual inteligentemente se aliaría con los condes de Barcelona, Berenguer y el rey de Aragón, Sancho Ramírez. Comenzaría una guerra con todas sus letras entre ambos reyes, que acabaría con la victoria del Cid en la batalla de Almenar, gracias por supuesto no solo a su gran habilidad y estrategia, sino al potencial del ejército de los taifas de Zaragoza.

De nuevo la historia daría un vuelco en los próximos meses; pues tras esta victoria del de Zaragoza, el antiguo rey del reino de Mérida, Yusuuf, un almorávide con ganas de venganza por su exilio en tierras africanas; cogió a unos cuantos de sus hombres fuertes y fueron hacia allá para atacar Zaragoza.

¿Qué ocurriría entonces?

Lo veremos en el siguiente artículo.....

Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamoooss, vamooooooossssssssssssss gente seguimos aprendiendo, seguimos mejorando.

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