La Constitucion de 1978: Introducción

Publicado por flag-es Anthony Power — hace 10 años

Blog: Todo sobre España
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Como no podía ser de otra manera, mi primer artículo sobre España debe partir de la Constitución vigente, la de 1978. Creo que es premisa fundamental que siendo español, no solo hable de mi experiencia Erasmus en Polonia; sino que además pueda enseñar a todos lo que se pueden llegar a encontrar en este país del mediterráneo que si bien puede parecer que es fácil de descubrir; sinceramente no lo es.

¿Por dónde empezar?

Para hacer una pequeña introducción como la que estoy realizando en estos momentos y más aún hablando de la Constitución; no puedo irme más que al preámbulo en primer término, que dejará claro cuáles son los objetivos y premisas fundamentales de la norma más importante de España.

En él encontramos lo siguiente (puesto que no es demasiado largo, lo pondré porque me parece el mejor resumen posible a lo que luego iré contando):

"La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:

Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.

Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.

Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.

Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.

Establecer una sociedad democrática avanzada, y

Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra".

¿Qué nos quiere dejar claro este preámbulo?

Pues básicamente la premisa de que todos, absolutamente todos los que vamos a vivir en el país, España, vamos a tener una base normativa idéntica para que con ello se respeten por igual los derechos de todos y por supuesto las consiguientes obligaciones.

Se recalcan palabras como democracia, progreso, imperio de la ley, voluntad popular y orden económico y social justo; lo cual veo imprescindible desentrañar un poco antes de ir avanzando a otras cotas más profundas.

1º- Democracia: muchas veces repetida esta palabra en la Constitución y en el mismo preámbulo que acabo de mencionar; yéndonos a su origen griego nos da como resultado la unión de "Demos", pueblo y "Kratos", poder; que junto sería el poder del pueblo.

La democracia tiene que asegurar que el poder resida del pueblo, si bien no tiene por qué ser de una manera directa y que los que ostenten el poder sean simplemente títeres de éste. Muchos autores dejan claro que para que una democracia sea eficaz, deben hacer caso al pueblo en la mayoría de sus decisiones pero también, por el hecho de que sus capacidades son muy superiores a las que el pueblo tiene por norma general sobre diversos temas; deben estar preparados para decidir en contra de la soberanía cuando sea conveniente y sea una ayuda para la ciudadanía.

En definitiva, una democracia debe asegurar una serie de derechos fundamentales que asegure en último término que el poder reside en pueblo. Con este concepto más ampliamente, me iré desarrollando en artículos posteriores.

2º- Voluntad popular: relacionado con el anterior concepto de democracia y por ello puesto en segundo lugar; hay que dejar claro que los representantes deben asegurarla para tener un poder legítimo en cuanto a derecho y más concretamente sobre la Constitución que estoy comentando, la española de 1978.

En sí es difícil definirla, pues no todos somos iguales ni todos tenemos los mismos principios, objetivos y objeciones ante un problema concreto; por lo que la variante de la voluntad popular se traduce hoy en día en lo que la mayoría quiere. Por ello, no se puede olvidar en un sistema como el nuestro, que el referéndum consultivo sea algo que debe ser usado con frecuencia; aunque sin llegar hasta el punto en el que todos los días hay uno, pues se perdería el dinamismo que debe caracterizar a la administración pública en pos del bien general.

Como siempre, muchas confrontaciones y una sola idea común: debe hacerse lo que la mayor parte de la población quiera.

Se va haciendo largo esto, y los últimos puntos se irán a otro artículo para facilitar al lector la comprensión de lo que voy contando y que quede claro el preámbulo en concreto.

Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamoooss, vamooooooossssssssssssss gente seguimos aprendiendo, seguimos mejorando.

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