22 lugares de Galicia que no te puedes perder
¡hola a todos un día más! En la entrada de hoy os hablaré de 22 lugares de galicia, donde vivo, que no os podéis perder. ¿Cuántos conociáis?
- La plaza del Obradoiro, en Santiago de Compostela. Es destino final del peregrino que ha recorrido una de las rutas jacobeas o un tramo. Hombres y mujeres de todas partes del mundo llegan con la mochila a la espalda, tanto en invierno como en verano, haga frío o calor. Después de semejante esfuerzo, (¡Sobrehumano! ) y con ampollas en los pies, hay que admirar el conjunto monumental, tomar aire y seguir el rito. Consiste en abrazar al apóstol santiago, (apóstolo en gallego), que está en la parte posterior del altar mayor de la basílica. El ambiente suele ser impresionante, se respira misticismo y espiritualidad. Las caras son de incredulidad y alivio, por haber alcanzado la meta. Una anécdota que mi profesor de historia del arte me contó es que mucha gente cuando abraza al apóstol, decide morderlo para llevarse un par de piedras preciosas. Increíble, ya. Bueno, en conclusión, si parís bien vale una misa, santiago también.
- Cabo Finisterre. Como ya sabéis, este topónimo significa “el fin de la tierra”. Antes de que los conquistadores se lanzaran a descubrir nuevas tierras, los pueblos antiguos creían que más allá no había nada. Es también lugar de peregrinación, con una vista del océano inabarcable. El antiguo faro es un hotelito con muy pocas habitaciones y suele ser difícil conseguir estancia. Cuando hay temporal, mejor llevar piedras en los bolsillos. Muchos barcos naufragaron en esa zona, sacudida por el viento. Os diré como curiosidad que los peregrinos se descalzan al llegar y dejan su calzado abandonado en las piedras del acantilado. Es frecuente ver a la gente fascinada, en actitud de rezo o de reflexión.
- Cabo Ortegal. Pertenece a un pueblo llamado cariño, aunque hay que conducir un poco, (la carretera es muy estrecha), para llegar a las zonas acantiladas y salientes. Marca el punto exacto del encuentro entre el océano atlántico y el mar cantábrico. La zona está señalizada como “kilómetro cero”, aunque yo lo llamaría “milla cero” jaja. El paisaje es impresionante, con estaca de bares a lo lejos. Mejor que vayáis en temporada baja y con mucha memoria en los móviles para inflaros a sacar fotos.
- San Andrés de Teixido. De toda galicia, es quizás el lugar más indescriptible. En invierno hace un frío que pela, ¡tened cuidado con las vacas y los caballos! En la zona alta hay un parque eólico al que podéis acercaros mucho. Los molinos impresionan, por su altura y por la envergadura de las aspas. Para llegar al núcleo de población, hay que bajar una cuesta empinadísima. Allí encontraréis el santuario, muy muy humilde. De san andrés de teixido se dice que, si no vas de vivo, vas de muerto. Los acantilados son, lo creáis o no, de los más altos de europa.
- Murallas de Lugo. Aunque solo vayas una vez, merece la pena visitar lugo. La muralla, que es romana, rodea el casco antiguo. Tiene tramos en mejor o peor estado, pero se conserva entera. Prepárate si quieres recorrerla paseando, porque mide más de dos kilómetros. Te haces una idea bastante clara de cómo eran las ciudades fortificadas. Puedes pararte en cualquiera de sus torres y contar las puertas de entrada. Al terminar, repón fuerzas por la “rúa dos viños”, que en castellano quiere decir ¡Calle de los vinos!
- Ribadavia. Está en la provincia de Orense, que es la galicia interior. Caminar por su barrio judío es toda una experiencia. Si te apetece un viaje al pasado, te recomiendo la fiesta medieval que se celebra en agosto. Se reconstruye el ambiente de la judería con todo lujo de detalles. Encontrarás gremios y productos. Se paga en maravedís. Suele hacer mucho calor, así que elige bien el traje.
- Tui. Es frontera natural, entre España y Portugal. Hubo puesto de aduana, a la entrada del puente antiguo. Tiene un conjunto monumental más que notable y un parador, por si queréis daros el lujo de una noche. El paisaje, con el río Miño, es precioso. No te puedes perder la catedral de Santa María.
- Torre de Hércules. Para ver este antiguo faro romano, tienes que visitar la ciudad de Coruña. Es patrimonio de la humanidad y su altura más que considerable. Un buen plan es aprovechar la visita. Te recomiendo ver el planetario de “la casa de las ciencias”, itinerario habitual para los estudiantes gallegos. También es zona de running. Siempre se ve a gente, espero probar algún día.
- Combarro. Si buscas un pueblo pintoresco, baja hasta Combarro. Tienes que salir de la ciudad de Pontevedra, dirección Sanxenxo. Está poblado de casitas de pescadores, entre callejuelas muy estrechas. Puedes comer en sus terrazas a pie de ría, y admirar hórreos y cruceiros. En verano es muy visitado, por una carretera colapsada. Recomiendo organizar la excursión estudiando bien las horas de ida y vuelta.
- Pontevedra Ciudad. Toda ella merece una parada, después de su gran transformación de los últimos años. La labor de humanización y rehabilitación de su casco histórico, la ha hecho merecedora de un premio internacional. Tiene un inconveniente, que divide a la opinión pública: la cercanía de la fábrica de celulosa, muy discutida. Aun así, ¡es la ciudad con menos contaminación de España!
- La isla de la Toja. Para los más nostálgicos y los amantes del termalismo, la isla de la toja ofrece balneario, casino, campo de golf, osea, “ambiente luxury”. Tengo algún collar que me compraron allí. Las mujeres que los vendían se llamaban “collareiras”.
- Cambados. este es un municipio para contemplar en su conjunto. Es zona de viñedos, así que os lo podéis imaginar.
- Dunas de Corrubedo. Como dice el epígrafe, se trata de dunas de arena. La antigua tradición exigía del visitante el esfuerzo de subirlas. Ahora hay un parque natural protegido, reglamentado y organizado. La playa es preciosa. ¡Visita obligada!
- Illas Atlánticas. Cuatro islas conforman una de las maravillas más conocidas de Galicia. Son parque nacional las islas cíes, ons, sálvora y cortegada. Las visitas son limitadas. La navegación requiere permisos. Sus aguas son de las más transparentes que hayas visto en tu vida.
- Castro de Baroña. Aunque hay varios castros, yo recomiendo este en concreto. Está situado al borde del mar, en porto do son. Hay que bajar un caminito por el monte, hasta desembocar en el promontorio. En este castro podréis moveros con total libertad entre los restos arqueológicos.
- Sierra del Caurel. Está en la provincia de Lugo, en una situación de gran aislamiento. Recomendado para los amantes de la naturaleza y para biólogos y paisajistas. Hay rutas de senderismo, aunque los inviernos son duros. La nieve, con mucha frecuencia, hace difícil la estancia y los accesos. Se alquilan casas particulares y se come “enxebre”. El gallego que se habla allí no se parece a ningún otro. En una excursión con el colegio hice espeleología.
- Cañones del Sil. Están organizados para el turista, con navegación en catamaranes con visibilidad. Son gargantas impresionantes por las que discurre el mayor afluente del río Miño.
- Isla de San Simón. Su interés es puramente histórico. Está situada en la Ría de Vigo. Fue cárcel, lazareto y monasterio. Hay visitas organizadas.
- Fragas do Eume. si te gusta el paisaje de las zonas de río, este es un bosque de caminata obligada. Te llevará, disfrutando de una gran variedad de especies, hasta el monasterio de Caaveiro.
- Padrón. Para el turista literario, no puedo dejar de mencionar Padrón, cuna de Rosalía de Castro, en cuyo honor se mantiene abierta al público su casa-museo. Aprovechad bien el día y acercaos a Iria Flavia, a visitar la fundación del nobel Camilo José Cela.
- Playa de las Catedrales. Ya en el mar cantábrico, encontraréis las esculturas naturales de Ribadeo. La erosión ha trabajado en la roca, formando curiosas formas que se cubren o descubren con las mareas. Despiertan mucha admiración, por lo que ahora las visitas son limitadas. Si vais en temporada baja, mejor que mejor.
- Monte Pindo. ejemplo del mismo fenómeno, tenemos el Monte Pindo. Forma un conjunto de granito en lo alto de Carnota, tan trabajado que jurarías que son esculturas hechas por la mano del hombre.
¡Y hasta aquí la entrada de hoy! Espero que os haya gustado... Cada vez que escribo un post como este me doy cuenta de lo afortunada que soy de vivir donde vivo. Me encanta. Mañana nos vemos, que os escribo desde Oporto. Ya os imagináis...
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