Día 2 (mañana). Cueva de Postojna

¡Buenos días a todos! Siento mucho no haber podido escribir antes pero con todo el turismo que estamos haciendo no he tenido ni un momento. Hoy os voy a contar lo que vimos el día dos del viaje y un poco de las curiosidades que he podido aprender, ya que al ir en un viaje organizado con una guía te enteras de muchísimas cosas.

En primer lugar, las dos primeras noches nos hemos alojado en el MHotel. El hotel en sí estaba bastante bien, la comida era buffet y muy variada, y las habitaciones amplias. Yo duermo con otras dos personas y teníamos espacio de sobra para dejar las cosas y estar tranquilos sin necesidad de agobios, cosa que me ha pasado en otros hoteles porque yo soy un poco maniatica con el espacio. 

Tras acabar el primer día yo estaba muy cansada y decidí quedarme en el hotel viendo Netflix. Es verdad que aproveché para escribir un post en el blog de Niza, que si no lo conocéis os recomiendo que vayáis  verlo porque me está quedando bastante interesante (modestia a parte). De todas formas, no me fui a dormir muy tarde porque al día siguiente teníamos que madrugar un montón, para variar.

Pues bien, después de ponernos un poco las botas en el desayuno, cogimos el autobús y nos fuimos a Eslovenia. Para pasar la frontera, al ir en autobús no se tarda tanto ya que hay una fila creada específicamente para buses, sin embargo si vas en coche te recomiendo que vayas con tiempo porque se forman colas de bastante longitud.

La primera parada fue la cueva de Postojna (leído “Postoina”). Antes de decir nada más, os cuento que es espectacular.

Nosotros contratamos las audio-guías, cosa que recomiendo bastante ya que te van explicando un poco la historia del lugar y los significados de las cosas.

La visita dura aproximadamente una hora y media. Nada más entrar en las cuevas, coges un trenecito con el que recorres unos diez kilome  aproximadamente hasta llegar a una zona de las cuevas que son las realmente interesantes y en las que se centra la visita. Las cuevas son enormes, las más grandes que he visto nunca para ser sincera, y puedes encontrar rocas de todos los tipos y colores.

La cueva de Postojna se caracteriza por estar repleta de estalactitas. En concreto la guía nos dijo que hay más de veinte kilómetros repletos de las mismas. Gracias a la audio-guía que os comentaba previamente pudimos conocer bien toda la historia, cómo se forman y la gran variedad de elementos y sistemas que permiten que se forme la cueva.

Esta cueva es el lugar más visitado de Eslovenia, de hecho, una de las cosas que menos me gustaron es que había demasiada gente. Aún así, recomiendo que si tenéis tiempo la visitéis y podáis admirar la naturaleza de dicho lugar. 

En cuanto a la historia de la cueva, hace aproximadamente dos siglos solo se podían recorren unos trescientos metros de cueva y actualmente esto se ha ampliado a cinco kilómetros con las obras que hicieron hace unos años. Es cierto que hay una parte artificial, pero igualmente esto ha permitido que se sigan formando millones de impresionantes estalactitas. 

Aunque la cueva se conoce desde hace muchísimo tiempo, las primeras visitas se hicieron a principios del siglo XIX y desde entonces es un atractivo turístico muy valorado en Eslovenia. Es interesante saber que se han instaurado libros de visita donde la gente que va firma y explica sus impresiones sobre la cueva. Yo hice la mía, como no podía ser de otra manera.

Al principio la cueva solo se podía visita andando por lo que la visita duraba muchísimo más tiempo y por eso decidieron hacer algunas reformas e innovaciones que permitiesen que las cuevas fueran accesibles a un público mucho más extenso. Además, incluyeron alguna que otra iluminación lo que hace la visita mucho más llevadera. Aún así, hay momentos concretos en los que apagan las luces y no se ve absolutamente nada, un poco claustrofóbico.

Construyeron también un puente que lleva a una de las zonas, a mi modo de ver, más bonitas de la cueva: el Gran Salón.

En cuanto a la visita, no tiene mucho sentido que  os cuente con todo detalle las distintas salas que hay porque lo que realmente merece la pena es verlas. Sin embargo, a modo de curiosidad os digo que la ruta empieza debajo de lo que llaman La Gran Montaña o Calvario y que se pasa por una zona llamada el salón de los espaguetis que está formado por  ginos enormes de roca que se parecen un montón a la pasta, de ahí el nombre. 

Otras salas interesantes son la denominada Sala Roja por los tonos rojizos de las paredes o la sala de conciertos donde realmente de vez en cuando se organizan conciertos.

Lo más importante de la cueva, ya que es el símbolo de la misma, son dos columnas de gran altura que están una pegada a la otra, pero tienen aspectos totalmente diferentes. Una es blanca, conocida como la Brillante, y otra roja.

En cuanto a la cueva no hay mucho más que añadir ya que lo que realmente merece la pena es ir y disfrutarlo con tus propios ojos. Sin embargo, cabe destacar que además de la cueva, en la misma zona hay un museo con una gran colección de mariposas que muestran especies de distintos colores y tamaños y el conocido VivariumProteus que ha recreado la vida y la fauna de la cueva donde se puede ver el pez humano, que lo tienen metido en una acuario en medio medio la cueva. La verdad que si aspecto no es muy agradable, no os voy a mentir. Os enseñaría por aquí una foto pero está terminantemente prohibido fotografiarlo debido a su gran importancia. Es curioso destacar que no hay muchos en el mundo y por eso está declarado en peligro de extinción.

Además, ya en el exterior de la cueva hay algunos restaurantes y tiendas de souvenirs como suele pasar en los sitios turísticos.

Finalmente, y a modo de curiosidad, os recomiendo que entréis en la cueva sonriéndo, ya que hay una mujer que se encarga de hacer fotos a las caras de todos los visitantes. Luego estás fotos de exponen al final de la visita por si alguien la quiere comprar, y la verdad que es sorprendente la cantidad de turistas que las compran...

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