Mi Erasmus en fotos: Noviembre
En esta serie de entradas llamadas Mi Erasmus en fotos os quiero compartir algunas fotos de mi Erasmus con una pequeña descripción de los recuerdos que me traen para poder contaros así mi experiencia de una forma diferente.
En esta entrada os traigo algunas fotos y recuerdos del mes de noviembre, en el que pude hacer mis primeros viajes tanto en Francia como fuera del país.
Noviembre, mis primeros viajes
Durante el mes de noviembre llovió bastante, por lo que no se podía salir mucho de casa. Aun así, los días en los que hacía mejor tiempo los aprovechaba para hacer planes con mi amiga o con las chicas Erasmus.
La mayoría del tiempo lo pasaba en el centro, por la place Jean Bart, que seguía en obras pero que en la que avanzaban más rápido que el resto. El centro comercial Centre Marine, al lado de esta plaza, era un sitio que solía frecuentar para comprar comida y ropa, y a veces me quedaba en el parque contiguo, el Parc de la Marine.
A pesar de que la playa principal de la ciudad, la Plage de Malo-les-Bains, no está muy lejos del centro, este mes pude visitarla por primera vez desde que había llegado a Dunkerque. Si bien ya había estado en algunos bares, nunca había podido pasear por ella. He de decir que el viento durante estos meses era insoportable, pero merecía la pena.
Por otro lado, la rutina de la universidad se hizo bastante monótona. Los profesores me trataban como una alumna más y si tenía alguna dificultad la tenía que resolver yo sola.
Durante este mes pasé bastante tiempo en la biblioteca (la Bibliothèque de l'Université du Littoral Côte d'Opale estaba entre los dos edificios donde tenía clase), ya que a medida que avanzaba el curso, las clases se iban complicando más y necesitaba ponerme las pilas para alcanzar el nivel del resto de mis compañeros franceses. La mayoría de las veces estaba sola, pero otras iba con algún amigo o algún compañero de clase para hacer trabajos. Allí pude leer por primera vez Le Petit Prince en francés.
Este mes también fue en el que empecé a viajar más allá de las excursiones que hacía con mi amiga a Bélgica. Los últimos tres fines de semana del mes los pasé fuera de casa, ya que, aunque dos de los viajes solo fueron de un día, tuve que dormir en casa de mis amigas que vivían más cerca de los sitios de partida.
El sitio que me hacía más ilusión sin duda era Londres, ya que nunca había estado en la ciudad. Este viaje lo hice gracias a mi amiga, ya que era un viaje en grupo de compañeros de trabajo. Para ir hasta allí fuimos en autobús, haciendo el trayecto de Calais hasta Dover en ferry.
Lo poco que pude ver de la ciudad lo vi en el trayecto en bus, ya que pasamos casi todo el día de compras. Sin embargo, en ese momento el Big Ben ya estaba en obras, por lo que tampoco pudimos ver mucho
Sí nos paramos más tiempo, por ejemplo, en Piccadilly Circus, donde pudimos ver la gran pantalla de publicidad y la estatua de Eros, que estaba llena de gente.
Admito que fue uno de los peores viajes que hice durante mi Erasmus, a pesar de que tenía tantas ganas, ya que lo pasé bastante mal por no haber visto nada y por la gran cantidad de gente que había.
El viaje donde mejor lo pasé sin duda fue en París. Este viaje fue gratuito para los Erasmus, ya que formaba parte de la semana de integración de los Erasmus (aunque ya había sido hace meses). En este viaje supe por primera vez que había otros dos Erasmus españoles en Dunkerque, los cuales estaban estudiando en otra facultad.
Para ir tuvimos que madrugar mucho para coger en la universidad el bus privado, que cogió después a los otros Erasmus de los otros campus (esta vez vinieron los de Boulogne-sur-mer) para llevarnos a París.
En París la universidad nos pagó también el paseo en barco comentado por el río Sena, en el que pudimos ver los monumentos más famosos de la ciudad, como la Torre Eiffel o la catedral de Notre Dame.
Tanto antes como después de este paseo en barco tuvimos tiempo libre, el cual pasé con una de las Erasmus y con la estudiante francesa encargada de acompañar a los Erasmus.
Además de ver el Museo del Louvre y los famosos candados de amor (situados en el puente que había encima de la entrada a las taquillas de los barcos), después del paseo fuimos a comer al primer restaurante que encontramos.
Después, cogimos el metro para ir a Montmartre donde visitamos la basílica del Sagrado Corazón.
El resto de la tarde la pasamos en el jardín de las Tullerías y en la plaza de la Concordia. Ya de noche, y antes de coger el bus pudimos ver la Torre Eiffel iluminada, que empezó a brillar cuando nos íbamos.
- [En esta entrada tenéis una guía para visitar Lille durante un día]
Por último, el primer viaje en el que dormí fuera de casa y que hice por mi cuenta durante el Erasmus fue el viaje a Lille, la capital de la región. Si bien ya la había visitado con la universidad durante la semana de integración, quería volver para verla con más calma y para visitar a un amigo que vivía allí.
Como era finales de mes, la ciudad ya empezaba a tener decoración de Navidad, por lo que pudimos ver el gran árbol y la noria que se instalan en el centro durante las fechas navideñas.
- [En esta entrada os hablo más sobre el café Au Chat Voir Vivre]
Además, pudimos visitar el Au Chat Voir Vivre, un café de gatos del que me había hablado mi amigo y que tenía muchas ganas de visitar. Para mí fue lo mejor del viaje.
Y de vuelta a Dunkerque pude probar al fin los gauffres de la estación de Lille, de los que me habían dicho que estaban buenísimos.
Estos son algunos de mis recuerdos de noviembre, mes en el que tuve ponerme las pilas para seguir el ritmo del curso y poder hacer mis primeros viajes importantes.
¡Hasta la próxima!
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