SEGUNDA PARTE DUB-BRU

  Martes, y continuamos con todas las historias del fin de semana en BRUSELAS y LUXEMBURGO.

  Creo que en la entrada anterior me quedé en la parte de dormir el viernes. La verdad es que fue una noche horrible, solo veía las horas pasar y como la gente se desesperaba de no dormir seguido por el ruido que venía de la calle.

   La gente es un poco escandalosa por las noches, más bien los coches., incluso sonaron las alarmas de la policia sobre las cuatro de la mañana...

   Después de más de cinco horas acordándome de la familia de las uñas, de los tenis de baloncesto que me provocaron ese dolor y de no haber llevado ibuprofeno... tuve la suerte de que mi super linterna despertó a mi querido acompañante (Lechu), que aunque no tenía ibuprofeno, tenía paracetamol. Me tomé uno y conseguí dormir una horita.

  Si te pasa esto mismo con alguna uña del pie, te doy tres consejos:

• Toma ibuprofeno o paracetamol (preferiblemente ibuprofeno)
• Ponle frío o busca algo que tenga baja temperatura
• Intenta que el calzado con el que vas a andar sea holgado

   El sábado de mañana tocaba madrugar. Habíamos quedado con el chico de Blablacar a las ocho de la mañana y todavía faltaban veinte minutos de caminata desde el hostel. Nos despertamos y nos pusimos a caminar (yo bajo los efectos de un paracetamol).

.....CAMINO A LUXEMBURGO....

• BLABLACAR (compartir coche por Europa)

  Nos subimos en el Blablacar (supongo que muchos conoceréis la página, pero os dejo el enlace por si acaso).

https://www.blablacar.es/

  Esto es una página para compartir coche. Para que os hagáis una idea, el tren a luxemburgo nos costaba sobre 42€ y el blablacar tan solo 12€. Supongo que siempre hay el miedo de con quien te puede tocar, pero ya os digo que he hecho más de cincuenta blablacars en mi vida, y NUNCA he tenido problema con nadie.

  Yo siempre recomiendo esta opción porque tengo muy buena experiencia, es barato y además conoces muchísima gente. Quizá en viajes de cinco o seis horas si que sea un poco arriesgado, pero en viajes cortos de una o dos horas, si la otra persona es muy insoportable, tan solo tienes que "sufrir" ese tiempo.

• LUXEMBURGO Y MI PIE
  

   Todo esto habría sido perfecto si a la vuelta también tuvieramos blablacar, pero no había para las horas que queríamos volver. Así que al final pagamos la ida y la vuelta de Luxemburgo-Bruselas, más que nada porque era más barato que solamente la ida (vamos que nos podíamos haber ahorrado el blablacar jajajja)

   Llegamos a la estación de Luxemburgo y dejamos las maletas en las consignas (5euros por maleta todo el día). Nos pusimos a buscar algún punto de información pero para ello había que ir al centro.

  Por desgracia, en ese camino, el paracetamol dejo de hacer su efecto y mi dedo comenzaba a ser una pequeña pelota de tenis. Parada en la farmacia para pedir algo que me curara, incluso me arriesgué a comprar unas tijeras para cortar con el problema (mi humor deja mucho que desear, lo sé de sobra). La sorpresa fue cuando descubrí que las tijeras eran de oro, como mínimo, ya que su coste no fue... BARATO! Todo me daba igual con ese dolor así que a pagar y no dejar que nada estropeara el viaje.

  ¡¡NO FUNCIONÓ!! Andar unos metros y ya no podía casi apoyar el pie. No quedó más remedio que usar un bastón humano hasta encontrar una solución, descalzarse en medio de la calle y poner las manos congeladas en el dedo.

  Si el paracetamol había funcionado, quizá debía parar a comprar ibuprofeno. Así lo hice. Como dato curioso, en la farmacia el máximo de ibuprofeno que nos vendían era de 400mg, cuando en España lo puedes conseguir hasta de 1g. Quizá allí eso solo lo puedas adquirir con receta médica o... algo pasa con los sistemas inmunológicos de la gente luxemburguesa.

  Chocolate calentito y capuchino para esperar que el ibuprofeno hiciera su efecto. Una vez dopada, todo podía continuar.

• LA CIUDAD DE LUXEMBUGO

  Luxemburgo es una ciudad que una vez visitada no sé muy bien que contar sobre ella. La verdad es que es super bonita, por lo menos a mi me gustó aunque hay opiniones...

   Todo muy cuidado, limpio y muy bien conservado. La zona vieja se encuentra en el alto, desde el cual se puede ver muy bien todos los puentes y la muralla que rodea la ciudad.

  Es una ciudad muy tranquila, con muchísimos rincones super bonitos. Me parecería un poco aburrido vivir en Luxemburgo, pero para una visitilla ha estado bien.

  Nos pasó algo curiosísimo. Estábamos andando por la zona alta y empezamos a escuchar unas trompetas, pero en plan "crónica de una muerte anunciada" no en plan salseo. Miramos hacia abajo (justo la foto) y otros trompetistas abajo... nadie sabía que estaba pasando, trompetistas por la ciudad perfectamente coordinados.

  Aparecieron unos tambores y unos saxos en otras partes que se veían desde allí. Cada cierto tiempo tocaban, otras veces descansaban, otras veces hablaba alguien por unos altavoces... Todo muy raro, nosotros solo esperábamos para ver que iba a pasar, porque me estaban creando mucha espectación. Por momentos pensaba que era la muerte que venía a por todos.

  Mi puntuación para esta ciudad es de un 6,5. Tiene su encanto: tiendas de discos que nunca acaban aunque no tienen los que yo busco, niños y niñas que imitan a la guardia en su paso, mercados navideños, paisajes tradicionales espectaculares, pistas de skate molonas...

• REGRESO A BRUSELAS

  Tocaba regresar a Bruselas, donde volvíamos a dormir (más anécdotas en este apartado). Recogimos las maletas, bocadillo y tren de dos horas hasta la estación de Bruselas. Dormí muy a gusto en el tren, tanto que le enseñé por segunda vez, y un poco alterada, mi ticket al revisor en un estado sonámbulo.

  Paseito nocturno por Bruselas, con una cena rica rica rica en la zona griega. Gofre en el último momento, segundos antes de que cerrara la única gofrería abierta a altas horas y para cama

 ....CONTINUARÁ....

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