Día 1: Visitando lo mejor de lo mejor, Guinness Storehouse
Mala experiencia al transportarnos al aeropuerto de París Beauvais
Una de las cosas buenas de comprar por Ryanair da por seguro que, si planeas bien tu viaje, el vuelo te puede llegar a salir hasta en 15 euros. Sin embargo, una de las malas es que en algunas ciudades sus aeropuertos pueden quedar a más de 45 minutos de la ciudad. El aeropuerto de París Beauvais queda en la ciudad de Beauvais, en una comunidad francesa llamada Tillé. Honestamente no sé por qué se llama “París Beavais” si está a una hora y media de París en una comunidad que ya no pertenece a la ciudad. A veces me pongo a pensar que es para engañar a la gente ahora de comprar sus boletos de Ryanair, por eso en lo personal cada vez que compro un boleto de avión primero me fijo que tan cerca está de la ciudad y qué tan fácil es transportarse allá.
Una de las opciones más factibles, pero más complicadas era transportarnos al aeropuerto en un camión que salía casi en 17 euros por persona, no era mi opción favorita el pensar que el transporte salió más caro que el mismo vuelo, así que recurrí a bla bla car. Es una aplicación o página de internet en la que las personas que viajan hacía un lugar comparten su origen y destino, así como cuántos asientos tienen disponibles en su coche y cuánto cobran por persona. Esto suele ser más conveniente cuando se checa con tiempo, ya que al aeropuerto había boletos desde 6 euros, que resulta ser mucho más económico. Al ser cuatro personas, no había lugares disponibles para todas y sólo nos quedaba una opción con una persona que se ofrecía a ir por nosotros hasta el apartamento, pero nos cobraría 15 euros.
(Después de una mala experiencia en el trayecto, cualquiera se pone así de feliz de haber llegado al aeropuerto, sobre todo después de creer que perderíamos el vuelo. En el aeropuerto no hay tantas opciones de comida, porque es muy pequeño. Tuvimos que comprar algunos snacks.)
Esa experiencia fue mala, ya que llegó veinte minutos tarde y yo estaba espantada de perder el vuelo. Finalmente llegó y me di cuenta que nos mandaron a una persona diferente a la del perfil con la que nos estábamos mensajeando. No manejaba bien y el carro tenía un olor desagradable, al punto de que mi prima casi vomita al terminar el viaje. Estaba de muy mal humor, pero finalmente decidí tranquilizarme y mentalizarme de que estaba a punto de conocer mi país favorito, el cual soñaba con conocer desde hace mucho.
¿Por qué me encanta Irlanda?
Yo empecé a amar Irlanda por muchas cosas. Una de las primeras cosas que hizo que creciera mi interés por este país es porque desde los 13 años más o menos comencé a tomar clases de danza irlandesa. Cada vez que había una festividad, como San Patricioo el Día de los enamorados, nuestra maestra nos hacía festejarlo en clase y nos compartía un poco de las tradiciones irlandesas y sin duda alguna me encantaron.
(Esta foto me gusta muchísimo, me la tomó mi mama justo antes de subir a nuestro avión, que se observa detrás de mí. Esta foto no refleja nada más que una cara de felicidad honesta que cualquiera pone antes de conocer el país de sus sueños.)
La música, los duendes, la historia, lo verde y tranquilo de la isla son cosas que enamoran e intrigan a cualquier persona. En teoría mi mamá me llevaría a conocer Irlanda desde que tengo 15 años, pero por alguna razón u otra el viaje nunca se completaba, pero hoy era mi día, era mi momento y tenía que vivirlo. Tantos años de espera habían valido la pena y la aventura comenzaba hoy.
Llegando al aeropuerto: un respiro con el Dublin Pass
Estoy de acuerdo de que para viajar muchas personas quieren ahorrarse dinero evitándose gastos que consideran innecesarios. Todos tenemos una ciudad para la que tenía mucho tiempo que soñábamos ir y como ésta era la mía quería disfrutarla al máximo, así que compré el Dublin Pass.
(La aventura comienza. ¡Bienvenidos al aeropuerto de Dublín!)
Explicaré brevemente, el Dublin Pass es un pase que se puede comprar por 1, 2, 3 o hasta 5 días, dependiendo de qué lugares vayas a visitar y de tu tiempo de estancia en Dublín. Entre las cosas que incluye es entrada gratuita a más de las 25 atracciones turísticas más importantes de la ciudad, así como un camión gratuito de Hop On y Hop Off (éste lo acaban de agregar, cuando yo fui no estaba incluido), descuentos y ofertas en restaurantes, tiendas y tours, una guía gratuita sobre la ciudad y lo mejor de todo, transporte desde el aeropuerto hacia donde te estés hospedando y viceversa.
Los tickets los puedes comprar en el aeropuerto o puedes comprarlos por internet y recogerlos en el aeropuerto cuando llegues. ¿Cuál recomiendo? A mí me gusta más comprar las cosas por internet, ya que en ocasiones te encuentras descuentos que están por tiempo limitado en línea y no te los aplicarían si los compraras directo en el aeropuerto. Por ejemplo, justo ahora hay un descuento de hasta 15 euros comprando un Dublin Pass de adulto por cinco días y ahorrarse 15 euros es bastante.
En fin, llegamos a recoger nuestros Dublin Pass y llevamos nuestra tarjeta de crédito con la que los compramos, ya que es requisito. Como siempre, fueron muy amables con nosotros y nos lo dieron. A continuación, decidimos tomar el Aircoach(el autobús que va desde el aeropuerto hasta la ciudad), que es el camión con aire acondicionado, calefacción y WiFi que te lleva hasta la ciudad, que no está tan lejos. Debes de tomar en cuenta que desde el momento en el que tomas el Aircoach se activa tu Dublin Pass, así que si llegas en la noche a Dublin te sugiero que compres un boleto a parte, porque si tu Dublin Pass es por sólo un día más no por 24 horas, se activará a la hora de que tomes el autobús en la noche y al otro día ya no te servirá.
(Una de las cosas buenas de ir en estos autobuses es que te permiten tener una linda vista de la ciudad sin la preocupación de cuánto te va a cobrar el taxi o de tener miedo de perderte, etcétera. Puedes mandarle mensajes a tu familia y amigos para avisar que estás bien mientras les compartes una foto de tu lindo panorama.)
Conociendo por accidente el St. Stephen’s Green
Dublín es una ciudad en la que se puede caminar muy fácilmente a pie, realmente no es tan grande y monstruosa como muchas otras capitales europeas, sin embargo nosotras nos quedamos muy cerca de la fábrica de Guinness, que es una zona de la ciudad a la que el Aircoach no llega. Lo más lógico era bajarnos en la zona más cercana y caminar un poco, así que nos bajamos en St. Stephen’s Green y tuvimos que atravesarlo. Pero fue una experiencia hermosa y relajante, aunque el parque no es de los más grandes que he visto, sí es de los más bonitos.
(Múltiples árboles que rodean el relajante lago. Dan ganas de botar las mochilas y tirarse a descansar un momento, cerrar los ojos y escuchar el ruido de la naturaleza.)
Este parque se encuentra bastante bien cuidado por el gobierno y es un área pública importante ya que llena de calma a los dublineses al adentrarse en sus verdes campos. El parque tiene esculturas y monumentos pertenecientes a la historia irlandesa, así que se puede aprender mucho también.
(Este parque le hace honor a su nombre y a Irlanda, "green, green, green" a cualquier lado que voltees.)
Encontrarás muchas especies de plantas y aves que se encontrarán en el lago esperando un poco de comida y de pan. Te digo, puede ser un parque pequeño pero es muy importante, ya que el año pasado ganó el Green Flag award, que es un premio internacional que promueve los estándares altos de calidad en parques y espacios verdes.
Apréndete el nombre del hombre más querido de Irlanda: Arthur Guinness
Vas a ver su nombre en muchos lados, estando en Irlanda te darás cuenta de lo querido que fue este señor por todas las cosas buenas que hizo para su país. Una de ellas, y de las menos conocidas, es el parque St. Stephen’s Green. Los Guinness llegaron a ser una familia muy adinerada en Irlanda debido a su próspera compañía de Cerveza Guinness, sin embargo, Arthur Guinness creció en Iveagh, ubicada en el parque. En 1877, Arthur compró el parque a la comisión para regresárselo al público absueltos de deudas. También se encargó de rediseñar el parque poniéndole múltiples acres, fuentes, arreglos con piedras, puentes, flores y demás.
Nuestro hogar temporal (¡y otro Guinness más!)
Después de aproximadamente 25 minutos caminando con la ayuda de Google Maps, llegamos a la calle de Pilmico, donde nos esperaría Eddie Guinness. A Eddie lo conocí vía Airbnb, ya que él tenía una linda casa en la que nos podía rentar una linda habitación para las cuatro a un precio bastante competitivo.
(Estamos de acuerdo de que no es la zona más lujosa de Irlanda, ni tampoco la más céntrica, pero en cuestión de hospedaje no es tan fácil encontrar una buena opción para cuatro a un precio justo. Quedarse con Eddie es lo mejor cuando son 3 o 4 personas las que viajan juntas.)
Aunque Eddie fue muy amable y atento con nosotros, creo que a la próxima preferiríamos hospedarnos siempre en apartamentos ya que no se siente la misma confianza de estar por la casa en pijama o ver la tele sabiendo que siempre habrá una persona que no conozcas. En el costo de la renta del cuarto, Eddie incluye cenas todas las noches y desayunos, puedes agarrar pan, cereal, fruta y te da a probar el famoso té inglés, que es té con leche. No me encantó, pero Eddie se encargó de que nos lleváramos mucho a nuestro próximo destino. Hacía un poco de frío en Irlanda y el agua no salía siempre caliente, así que esas fueron algunas de las cosas que no nos gustaron. La calefacción no calentaba tanto como hubiéramos querido, pero en fin, hubo algunas otras cosas que sí nos gustaron como la comodidad de las camas, las atenciones de Eddie, sus consejos y tips, pero sobre todo la cercanía con Guinness Storehouse.
(Una limpia y agradable sala en la que puedes disfrutar un té inglés, el desayuno que viene incluído, la cena que Eddie te trae todas las noches, compartir opiniones, historias, cultura y recordar uno de los varios tips que Eddie te da, los que nos dio nos sirvieron bastante. Gracias a él pudimos entrar a la iglesia de San Patricio cuando la entrada estaba en 6 euros. ¡Escuchen a Eddie!)
Lo que no puede faltar: Guinness Storehouse
Una de las atracciones más visitadas de todo Irlanda (y ya nos dimos cuenta de por qué) es Guinness Storehouse. ¿Alguna vez han probado la cerveza Guinness? Bueno, hay muchas opiniones variadas sobre su sabor, muchos la aman y otros la odian, pero lo que nadie puede negarle es que es muy original, ya que es una cerveza sin burbujas debido al nitrógeno que se forma.
(Las mejores fotos las reservé para ustedes en mi artículo dedicado a la cervecería Guinness Storehouse, ¡no duden en checarlas!)
Definitivamente, éste ha sido mi museo favorito en todo el mundo (hasta ahora), es imposible que puedas aburrirte. Ellos han cambiado el concepto de un tour de cerveza y se ha vuelto algo completamente diferente a lo que muchos estamos acostumbrados, ya que usualmente esperamos que una chica se pare frente a todo el grupo y nos cuente el proceso de elaboración de la cerveza mientras tú la sigues junto con todo el grupo. Pero aquí es diferente, tienes tu guía en el idioma de tu preferencia, así que puedes seguir el tour al ritmo que tú quieras y repetir las salas cuantas veces te apetezca. Otra de las mejores cosas es que es sumamente visual e interactivo, juega con todos tus sentidos y te pone en alerta.
Hay muchos restaurantes y bares dentro de la fábrica de cinco pisos a los que te puedes parar para tomarte una bebida gratuita, que viene incluida con la entrada que compraste. Aproximadamente cuesta 20 euros, que son como 22.12 dólares. Nos divertimos muchísimo y todas concordamos que fue el mejor museo de todo el viaje. Si compras los boletos por internet podrás encontrar muy buenas ofertas, así que yo te recomiendo que los compres por anticipado.
Creo que lo mejor de todo es tomarte tu pinta de Guinness en el Gravity Bar, un bar ubicado hasta arriba de la fábrica, en el séptimo piso. Se llama Gravity Bar porque tiene una vista de 360° grados a la ciudad, sus paredes están hechas de vidrio y te sientes suspendido desde que llegas. Puedes disfrutar tu pinta de Guinness junto con una maravillosa vista a la ciudad, en la ventana podrás ver explicaciones de qué monumento o iglesia es lo que ves a lo lejos.
(Disfrutando nuestra pinta gratuita de Guinness en mi lugar favorito en la fábrica: ¡Gravity Bar!)
Intento no escribir tanto de Guinness Storehouse aquí porque ya he hecho una reseña de eso en la sección de “lugares”. Mi reseña está muy completa, agregué muchísimas fotos que pueden servirte de guía o de ayuda para tu próxima visita. Así que si tienes ganas de conocer más sobre la fábrica no dudes en leerlo o en mandarme un mensaje personal y con gusto te puedo ayudar.
Museo de Cera de Dublín
En Dublín como en Londres anochece bastante temprano, por lo que sentirás que los días no te duran casi nada. Casi todos los museos están cerrando más o menos entre 6:00pm (casi la mayoría) y 7:00 pm (son los que “cierran tarde). Pero es importante que consideres que muchos de ellos no te dejan entrar menos de una hora antes de cerrar, así que en Dublín hay que ser muy madrugadores y aprovechar bien el día.
(Fachada del museo de cera de Dublín, si no mal recuerdo anteriormente era un banco. Claramente se puede observar ese estilo en la fachada.)
Estuvimos como tres horas y media en Guinness Storehouse, de ahí caminamos media hora por Thomas St, siguiendo por High St. Hasta llegar al museo de cera de Dublín, que venía como una atracción turística incluida en nuestro Dublin Pass.
El museo de cera está muy padre (o muy “guay”) , pero no considero que sea una atracción que todo turista deba de visitar (muy diferente a Guinness Storehouse). Lo que sí es que el caminar por la zona donde está el Museo de Cera es muy reconfortante, ya que encontrarás el Dublinia (otro museo muy importante), La Catedral de Christ Church, El Castillo de Dublín, el Ayuntamiento y El Trinity College. Todo eso ubicado en una misma cuadra, ¡qué bien! ¿no?
(Algo que se debe de valorar en esta foto es el detalle del vestido, la calidad de la vestimenta y los detalles que tenía era algo digno de valorar.)
El museo de cera es bastante divertido, ya que tiene distintos cuartos representando a filósofos muy importantes en la historia, sobre todo la irlandesa. También, podrás encontrar parte de la cultura e historia de Irlanda, sobre todo un poco de política. Si eres valiente, podrías animarte a meterte a la sala de “espantos” o de miedo, donde verás figuras de cera animadas que a veces se levantan sin que te lo esperes para darte un buen susto. En esta área puedes interactuar y ser parte de la escenografía, ya sea pretendiendo que eres atacada por Freddie Krueger y demás.
(Esta foto fue tomada en la sección de terror del museo, detrás del espejo había un pequeño banco donde subías y eras ahoracada por este famoso personaje.)
Todo el museo tiene diseños donde se ve la calidad invertida en las figuras, el vestuario y la escenografía. No sólo están las figuras puestas ahí, sino que también están repartidas por las escaleras y hay múltiples escenarios de los que puedes ser partícipe sin problema alguno.
(Fingiendo ser parte de la historia política de Irlanda, aquí no dudes en hacer las caras divertidas que se te ocurran y en parte regresar a ser el niño que llevas dentro.)
El área que más me gustó fue la de niños, porque había figuras que pertenecían a películas famosas de cuando era pequeña, fue una sorpresa muy agradable el haberlas encontrado.
(Diganme si no se ve padrísimo la toma de esta foto debajo de las escaleras. El de arriba es el gigante y el de abajo es Jack escapando con los frijoles mágicos.)
(Dentro de la tienda puedes encontrar múltiples recuerdos, dentro de los más originales y uno de los que hubiera comprado si no estuvieran a punto de cerrar, sería mi mano hecha en cera.)
Considera que si no compras el Dublin Pass, la entrada al museo te costará 14 euros, que serían aproximadamente 15.48 dólares americanos y el costo del ticket de niño es de 9 euros, aproximadamente 9.95 dólares americanos al tipo de cambio de hoy.)
Regreso a casa
Después del museo estábamos bastante exhaustas de haber caminado casi todo el día, así que decidimos regresar caminando para disfrutar un poco más de la zona medieval de Dublín. De noche la alumbran bastante, y se puede apreciar de una manera diferente que durante el día.
(Antes había una muralla alrededor de Dublín, acutalmente ya no queda casi nada de ella. Lo que puedes ver en la foto es una antigua puerta por la que la gente debía de entrar para poder entrar a la ciudad que se encontraba dentro de la fortaleza.)
En la ciudad hay distintos letreros que explican un poco detrás de la historia del monumento que observas, eso es bueno para los turistas que no contratan guías, como nosotras.
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