Erasmus en Dinamarca: Odense.

De nuevo, nos encontramos con un día libre a mitad de semana y queríamos aprovecharlo para hacer un poco de turismo. Y de nuevo también, como no, la lluvia nos amenazaba con encharcarnos los pies, no dejarnos sacar las cámaras y dejar las calles del lugar donde fuésemos casi desiertas. Por eso, esta vez decidimos elegir ir a uno de los lugares más reconocidos de Dinamarca: Odense.

Odense es una de las ciudades más grandes de toda Dinamarca, y se encuentra en la isla de Fionia. Es conocida por ser una de las ciudades más antiguas de todo el país, pero, sobre todo, por ser el lugar de nacimiento del famoso escritor de cuentos Hans Christian Andersen. La casa del escritor es ahora un museo en el que se puede conocer mejor tanto su vida personal como su vida artística.

Cogimos un autobús a las siete y media de la mañana en Aarhus para aprovechar bien el resto del día y no volver demasiado tarde, ya que fuimos en Noviembre, cuando empezaba a anochecer pronto, y como no conocíamos bien las zonas donde teníamos que coger y dejar el autobús, preferíamos no arriesgarnos demasiado. Y  menos mal, porque decidimos coger el autobús más barato de los dos que ofrecían, y resulta que ese bus nos dejaba a las afueras de la ciudad, por lo que teníamos que coger otro autobús que nos dejase en el centro tanto para ir como para volver. Así que mirad muy bien lo que os interesa antes de comprar los billetesde autobús (todo depende del tiempo que tengáis).

Una de las principales curiosidades de esta ciudad es que, en conmemoración a este escritor se pueden encontrar numerosas esculturas de sus personajes de cuento más conocidos, como la estatua de El soldadito de plomo, el barco de papel, el traje del emperador o la escultura del propio escritor. Además, al lado del museo del escritor se puede encontrar una maravillosa pintura del escritor en un edificio.

Además, si vais a ver la casa de Andersen aunque sea por fuera (a mí ya me habían comentado que el  museo por dentro no merecía nada la pena, es más, me habían dicho "ni se te ocurra pagarlo"  así que nos conformamos con pasear por el lugar donde está su casa y otras casitas similares que parecen de cuento) podéis recorreros el barrio entero caminando para ver las casas de los alrededores.

También podéis pasearos por la ciudad hasta llegar a los puntos principales, como la Catedral de Odense, que se puede visitar por dentro y es bastante bonita, el Ayuntamiento, que está en una plaza grande con una estatua de un hombre tumbado en medio (y cuando fui yo también un enorme árbol de navidad) y sobre todo caminar por el casco histórico, que en la época en la que yo fui estaba lleno de puestos y adornos navideños. Los edificios antiguos mezclados con luces navideñas transforman la ciudad de uno de los cuentos de Andersen.

Tuvimos suerte durante casi todo el día porque al final parecía que las lluvias no iban a llegar, pero a media tarde todo eso cambió, apareció el diluvio universal y tuvimos que entrar corriendo en un burger king. Por todo lo demás, pudimos disfrutar del día, con un frío enorme, por supuesto, pero eso tampoco podíamos evitarlo.

Sinceramente, os recomiendo que visitéis Odense, sí, pero intentad hacerlo cuando hay buen tiempo y calor, en verano, porque en invierno el frío y las lluvias hacen un poco más insoportables los viajes y las escapadas. Pero este lugar merece mucho la pena, tiene mucho encanto, así que si podéis, visitadlo.

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