Celebrar Halloween en Estados Unidos

En Estados Unidos, celebrar Halloween es casi tan importante como celebrar la Navidad. Es más, algunos de mis vecinos, se vuelcan más en Halloween que en Navidad o que en otras fiestas. Cuando era pequeña, soñaba con ir por mi barrio, llamar a las casas de la gente y decir "¿Truco o trato? ". Pero nunca lo hice porque en mi país no se celebra Halloween. ¿Por qué no? Yo me hago la misma pregunta. La respuesta es que la gente de mi país es muy religiosa y creen que celebrar Halloween va en contra de Dios o Jesús. Triste pero cierto.

Así que, el año pasado, cuando me mudé a Estados Unidos, pude celebrar Halloween por primera vez. Y tengo que decir que después de haberlo celebrado por primera vez, creo que me estuve perdiendo algo alucinante durante mi infancia. Lo más guay es que en Estados Unidos, todos los adultos disfrutan de Halloween al igual que los niños y también se disfrazan.

¿Cómo se prepara Halloween?

Por muy gracioso o raro que parezca, si váis a cualquier gran supermercado de Estados Unidos a partir de agosto, veréis que ya se vende decoración de Halloween. Lo digo en serio. Incluso hay tiendas dedicadas exclusivamente a Halloween que solo abren en otoño. La mayoría de cosas que puedes comprar en esas tiendas son muy guays y dan bastante miedo, parecen que forman parte del set de una película de terror.

Casi todas las familias de la zona donde vivo empiezan a poner la decoración de Halloween a principios de septiembre, lo cual, en mi opinión, es adelantarse demasiado. Y a partir de ahí, se convierte en una auténtica competición. Al principio, una familia empieza a decorar la casa, después la otra familia también la empieza a decorar y, de repente, todas las casas de la ciudad brillan con luces naranjas por las noches. Mis jefes disponen de un presupuesto anual para Halloween de quinientos dólares, lo que significa que todos los años gastan ese dinero en decorar la casa. Todos los años.

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Es increíble la cantidad de decoración que tienen algunas casas.

Primero, la gente suele decorar el exterior de las casas como si fueran cementerios con esqueletos y telarañas (¡puaj! )

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Parece súper real.

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Un cementerio en el jardín.

Después, un mes antes de Halloween, empiezan a decorar el interior de sus casas. Os estaréis preguntando que para qué decoran el interior si nadie lo ve desde fuera, pero, o bien lo hacen porque les gusta a ellos o porque van a dar una fiesta de Halloween.

Y uno o dos días antes de Halloween, empiezan a tallar las calabazas (ellos las llaman jack-o'-lanterns) y las ponen como exhibición. Rara vez veréis simples calabazas, algunas de ellas son auténticas obras de arte y la gente pasa mucho tiempo tallándolas.

Ya sea porque das una fiesta en casa o porque estás invitado a una, tienes que preparar comida de Halloween. Lo que realmente me gusta de esas fiestas no es la fiesta en sí sino la gente que va a ella, ya que siempre llevan algo para compartir. De esta manera, la gente que da la fiesta no tiene que comprar toneladas de comida, ya que cada uno lleva lo que más le gusta y siempre hay diferentes tipos de comida para probar.

Preparar comida para la fiesta es una experiencia total y la parte más difícil no es el hecho de prepararla, sino el proceso de elegir qué vas a llevar. Con lo que siempre aciertas es con galletas y cupcakes de Halloween, ya que a todo el mundo le gustan esas cosas.

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Huevos y olivas con forma de araña. Dan ganas de comérselo ¿verdad?

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Estos cupcakes estaban espeluznantemente deliciosos. Nótese el doble sentido.

Elegir comida para llevar a la fiesta puede ser una decisión bastante difícil, pero no es la más difícil. Es aún más complicado elegir el disfraz. Muchas familias deciden disfrazarse del mismo tema y así es mucho más fácil elegirlo, ya que formas parte de un grupo. Este año, mis amigos y yo decidimos disfrazarnos de los personajes de Juego de Tronos, porque a todo el mundo (menos a mí) le encanta esa serie.

¿Y cómo son las fiestas de Halloween en Estados Unidos? Pues no se suelen hacer en la noche de Halloween, ya que esa noche es para salir a pedir caramelos. Se suelen hacer el fin de semana antes de Halloween y normalmente consisten en una gran reunión de gente (disfrazados, evidentemente) con mucha comida y alcohol, mientras que los niños juegan en el jardín.

La experiencia de truco o trato es algo indispensable que hay que hacer la noche de Halloween. Sin salir a pedir caramelos, no puedes decir que hayas celebrado Halloween. Consiste en que un grupo de niños, acompañados de adultos, van por todo el vecindario y llaman a las casas al grito de "¿truco o trato? " y a cambio les dan caramelos. Esto suele durar una hora o dos, dependiendo de cada vecindario.

Mi experiencia este año fue muy divertida, pero también me dio un poco de miedo. Hay una casa (más bien una mansión) en mi vecindario que está situada bastante lejos de las otras casas, así que los niños y yo dudamos de ir allí o no. Cuando nos acercamos, vimos siete máquinas echando humo y no se podía ver nada por toda la niebla que había.

Como no se veía bien, decidimos ir al porche y llamar a la puerta. Ahí fue cuando vi una mecedora y a un chico con túnica negra y con la máscara de la película Scream. Menos mal que no grité porque habría asustado a todo el mundo, pero fue el disfraz más real que vi en toda la noche. Y lo más espeluznante es que el chico de la máscara no dijo ni una sola palabra.

Si no queréis dar caramelos, apagad las luces de vuestra casa y ya nadie llamará a la puerta, pero si lo hacéis, lo más seguro es que piensen que sois unos ancianos cascarrabias. ¿Sabéis lo que gasta una familia en caramelos para dárselos a los niños cuando vayan pidiendo? ¡Cien dólares! Eso son muchos caramelos. Los niños a los que cuido han conseguido cuatro kilos de caramelos este año.

Una de las cosas que no me gustan es que hay niños que no piden caramelos (solo) en su vecindario, deciden ir a los barrios más ricos, donde saben que les darán más caramelos. Y los padres tienen que llevarlos tan lejos de casa en casa solo para que sus hijos consigan más caramelos. Pienso que ese no es el espíritu de Halloween.

Cuando ya los niños empiezan el instituto, son demasiado mayores para salir a pedir caramelos. Aun así, este año vi a algunos "niños" que bien podían estar ya en la universidad. Supongo que nadie se puede resistir a conseguir caramelos gratis. También hay una especie de truco o trato para los adultos, ya que si eres el afortunado que acompaña a los niños a pedir caramelos, la gente de las casas a las que váis, os ofrecerán alcohol. No suena nada mal ¿a que no?

Una pequeña conclusión

Estoy muy agradecida de que mi trabajo en Estados Unidos me permita disfrutar de esta tradición tan conocida. Creo que aunque viviera aquí y celebrara Halloween todos los años, nunca me cansaría.


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