La Habana Vieja

Publicado por flag- Juanjo de Gea — hace 5 años

Blog: Cuba: hasta la victoria siempre
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En Cuba hay dos monedas, el peso convertible o CUC, que es el que usan los turistas, y el peso cubano/ moneda nacional o CUP (1 CUC son 25 CUP y el CUC está casi a la par que el €: 1€=1,12CUC). En éste último, los billetes llevan la cara de héroes nacionales en el anverso (la del Che Guevara el de 3 pesos, Antonio Maceo el de 5 pesos, Camilo Cienfuegos el de 20 pesos...). Lo mismo pasa con las monedas (la cara del Che Guevara aparece en la de 3 pesos) junto con la leyenda “Patria o Muerte” o “Patria y Libertad”, con la excepción de la moneda de 1 peso en la que aparece la estrella de cinco puntas (la estrella solitaria de cinco puntas representa la república libre, independiente y soberana que debía ser Cuba y a la unidad de los cubanos). Ni que decir tiene que conseguir el billete o la moneda del Che se ha convertido en uno de los objetivos de todo viajero que visita Cuba (aunque técnicamente no está permitido sacar monedas o billetes del país).

Por otro lado, en el anverso de los pesos convertibles, que el gobierno introdujo en 1994, aparecen imágenes de los monumentos a esos héroes cubanos, y que el gobierno denomina “Historia y Logros Socialistas”. Al parecer, si eres turista y por casualidad pagas con CUP te tienen que devolver en CUC (salvo que no se quieran calentar la cabeza con el cambio al devolverte y lo hacen en CUP- ya me pasó a mí en la excursión de Viñales cuando paramos a tomarnos un café en medio de la nada) por lo que conseguir monedas CUP es toda una odisea salvo que compres a particulares o en los “peso food shops” (tiendas donde venden comida increíblemente barata y donde por menos de 1€ al día podrías comer) y entonces es más factible que te den alguna. Por cierto, no se puede cambiar/ comprar dinero cubano fuera de Cuba, ni en bancos, ni en casas de cambio, ni en aeropuertos, ni por Internet; hay que esperar a llegar a Cuba y buscar un banco o una Cadeca (casa de cambio) que son, por este orden, los que mejor cambio ofrecen. No recomiendan cambiar en la calle pues dan peor cambio e incluso te pueden timar.

Después de desayunar en la casa cogemos el bus (¡1 peso cubano los dos!) y llegamos al Capitolio en pleno centro de La Habana. El Capitolio, al igual que la Puerta del Sol de Madrid, es el origen kilométrico de la red de carreteras cubanas. Fue construido en 1929 inspirado en el Panteón de París, San Pedro de Roma y en el Capitolio de los Estados Unidos. Abierto al público, es uno de los centros turísticos más visitados de la ciudad e icono arquitectónico de La Habana. La idea es aprovechar al máximo nuestro último día completo en la capital cubana. Antes de nada, tenemos que confirmar algunas excursiones que hemos contratado para los próximos días y debemos hacerlo en la agencia por lo que nos ponemos manos a la obra en su búsqueda. Bajamos por la calle Obispo hasta Mercaderes buscando dicha agencia hasta que por fin damos con ella en la Plaza Vieja. En sus orígenes, la Plaza Vieja solía ser el lugar escogido para las ejecuciones públicas, procesiones, corridas de toros y otras fiestas, normalmente presenciadas por la gente más pudiente de La Habana desde los balcones de los edificios de alrededor. En los soportales de dichos edificios se encuentran numerosos restaurantes, museos y otras tiendas. La plaza también es un rincón por donde pasean mujeres ataviadas con el tradicional traje cubano, orgullosamente vestido por Celia Cruz en todas sus actuaciones, y las cuales gustosamente se ofrecen a que te hagas una foto con ellas, eso sí, si les regalas algún peso.

Una vez confirmadas nuestras excursiones toca degustar un plato típico cubano, la langosta. Vamos callejeando cerca de la catedral cuando un señor muy amable nos dice que, en su restaurante, que lo regenta su familia, podemos degustar la mejor langosta de toda La Habana. Suena muy convincente y, entre el hambre que llevamos y el precio que nos dice que cuesta, decidimos hacerle caso: langosta fresca, acompañada de ensalada y arroz con frijoles por 15 CUC cada uno, mojito incluido (en Islandia nos costó más de 45€ por barba y menos cantidad).

Otro de los lugares que no te puedes perder en La Habana es su famoso Malecón. Extendiéndose sobre toda la costa norte de la capital cubana, en sus 8 kilómetros se alzan monumentos importantes como el del Generalísimo Máximo Gómez, el del General Antonio Maceo o el del General Calixto García, y edificios como la embajada estadounidense o el castillo de la Real Fuerza de La Habana. Es también donde muchas de las avenidas más importantes de la ciudad terminan desembocando. El Malecón, además de detener las olas del mar, es un centro de atención turística y signo de la isla desde donde se puede contemplar el amanecer tras una larga velada al compás de la música.

Pero no todo en La Habana es como nos muestran las fotos de las guías de viajes. Callejeando descubrimos la parte menos conocida, y auténtica, de La Habana: miseria, pobreza, edificios en muy mal estado medio cayéndose, gente rebuscando en la basura, la basura acumulada en los contenedores que llevan días- no sé cuántos - sin recoger y parecen vertederos malolientes, coches averiados en las calles y a medio reparar, calzadas muy mal conservadas y llenas de baches; en las tiendas hay escasez de casi todo con muchos estantes vacíos. Queremos comprar botellas de agua grandes, pero no les quedan; las tarjetas de Internet se les agotaron hace varias semanas y no saben cuándo van a recibir el siguiente pedido…Nos cae un diluvio universal que dura más de 45 minutos y que convierte las avenidas en verdaderos ríos, pero eso no impide que los cubanos sigan con su ritmo de vida normal. A nosotros no nos queda otra que sentarnos en el soportal de un edificio y disfrutar del espectáculo visual que nos ofrece la lluvia resaltando el contraste de los colores de los edificios y de los coches clásicos con el estado de las calles.

Cerca de nuestra “casa” se encuentra la Plaza de la Revolución. Originalmente llamada Plaza Cívica, toma fama internacional tras la Revolución cubana. En ella podemos encontrar un monumento dedicado a José Martí y justo enfrente se encuentra el Ministerio del Interior con la famosa imagen del Che Guevara en su fachada y la frase “Hasta la victoria siempre”. Además, desde 2009, en la sede del Ministerio de Comunicaciones, se halla la imagen de Camilo Cienfuegos con la frase “Vas bien, Fidel”.

Tras un largo día por fin llegamos a nuestra “casa” y nos encontramos con que hay un problema con el suministro de agua, no sabemos si por culpa de la tromba que ha caído por la tarde. Yoel, el dueño de la casa, nos dice que hay una rotura de 6 kilómetros en una tubería y muchos restaurantes han tenido que cerrar. A nuestra casa nos traen agua de extranjis para que nos podamos duchar. Luis, familiar de Yoel, nos dice que si pillan al conductor lo meten directamente en la cárcel porque esos camiones con cubas de agua, en situaciones de emergencia están destinados a los hospitales. Vemos que hay vecinos en cada esquina vigilando por si viene la policía. Por suerte, esta vez se han librado. Espero que nuestra ducha no haya afectado al funcionamiento de ningún hospital.


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