¡Empezar otra vez!

Nuevo semestre y nueva competición. En realidad, creo que esta competencia debería haber empezado en febrero, cuando todo estaba en marcha de nuevo. Pero no importa, el personal de Erasmusu tendrá sus razones. El punto es que ahora con el nuevo semestre todo ha cambiado; algunas cosas fueron a peor y otras a mejor, o tal vez es más fácil decir que simplemente las cosas han cambiado. Nuevos viajes, nuevos amigos, nuevas clases y una nueva actitud para afrontar el Erasmus, porque no es lo mismo lo maravilloso y sorprendente que distingue al grupo del primer semestre, y esa extraña sensación que llena mis días, mezcla de tristeza y ansiedad y de ganas de disfrutar al máximo, de verlo todo, de viajar a todas partes, porque sabes que esto se está acabando.

Me gustaría hablar del tema. Quiero contar mi experiencia en esta etapa.

Ya he hablado de la tristeza de ver a tus amigos irse en el primer semestre. El miedo al olvido, el sentimiento de que ellos seguirán adelante y tú te quedarás aquí, yendo a los mismos clubes, a los mismos restaurantes y que, desde luego, no va a ser lo mismo. Tienes miedo de todo esto, pero antes de que puedas recuperarte de tu resaca emocional viene gente nueva. Tengo dos nuevos compañeros de piso y la verdad es que fue difícil llenar el espacio que dejaron los anteriores. Juli y Soni eran mis compañeras de piso, mis amigas y mi familia, y la gente nueva que venía a quedarse en sus camas, usando sus armarios y sus espacios era algo difícil de asimilar. De hecho, dos semanas después de que Julia se fuera todavía podía verla en las cosas que se había olvidado y en lo que nos dejó y en la enorme caja que quería enviar a España y que aún estaba aquí, en medio de la habitación durante mucho tiempo. Éramos cuatro personas, Juli aún estaba aquí. Pero luego te acostumbras a los nuevos compañeros de piso, a sus nuevos hábitos... Empiezas a contarles cosas sobre ti y, también sobre el pasado, las cosas del primer semestre. A veces, cuando me doy cuenta de lo mucho que he hablado (y sigo haciéndolo) sobre la gente que se ha ido, y las fiestas que montábamos aquí y los viajes, creo que debe ser muy difícil para la gente nueva.

Sí, es un poco más complicado para ellos. Llegaron a un lugar que estaba lleno de gente que echaba de menos a los amigos que se habían ido, gente con poca energía. Llegaron a un lugar lleno de fantasmas. Las comparaciones estaban ahí todo el tiempo y la sensación de que no eran nuestros amigos, que no podían llenar ese lugar. Llegaron con mucha energía y expectativas y entusiasmo por las cosas nuevas, un entusiasmo que nosotros ya no teníamos. Querían viajar a lugares que ya habíamos ido y lo único que podíamos hacer era dar consejos... Consejos que probablemente no querían, porque cuando eres Erasmus quieres descubrir el mundo con tus propios ojos, cometer tus propios errores. Y creo que a lo mejor fuimos un poco molestos con la actitud de: "Eso ya lo he hecho" o "Yo sé todo lo que tienes que saber sobre Cracovia". Si estáis leyendo esto, Belén, Fran o Ouissame o cualquiera de vosotros, este es el momento de decir que lo siento. Sin embargo, de repente esta gente comenzó a meterse bajo nuestra piel. Han organizado viajes nuevos e increíbles y han descubierto nuevos lugares que no conocíamos y, cómo no, han traído muchas risas a un lugar que tenía la sensación de estar vacío. Dejó de ser "ellos" y comenzó a ser "nosotros", o tal vez dejamos de ser "gente del primer semestre" y comenzamos a ser Erasmus de nuevo.

Por supuesto, no ha sido lo mismo, es una experiencia completamente diferente. Ya no salimos tanto, queremos hacer cosas productivas de vez en cuando, queremos viajar más y divertirnos menos (sé que algunos podrían cuestionarlo) y empezamos a conocer a mucha gente nueva. Empecé a ir a tándems y hasta hablé con gente nueva, incluso organizamos un viaje con algunas chicas que conocimos allí y fue increíble. Estaba más abierta a hacer cosas diferentes. Empecé a pasar tiempo con amigos del primer semestre con los que no había estado tan cerca antes; y descubrí nuevas cosas sobre ellos y los quise más aún. También teníamos discusiones, pero intentábamos solucionarlo, porque de la misma manera que las relaciones crecen de una forma muy rápida, las discusiones también tienen un efecto diferente que cuando estás en la vida normal. El Erasmus lo saca todo de contexto, es más intenso. Descubrí que las relaciones a distancia merecen una oportunidad, incluso cuando todo el mundo apuesta en contra. Por primera vez, desde que estoy aquí, empecé a sentir cómo es tener el corazón en países en los que nunca has estado. No ha sido lo mismo, pero sí que ha sido igual de intenso.

Ha sido un Erasmus diferente con nuevos amigos, nuevos cotilleos, nuevas ciudades y el mismo remolino de emociones. Si mi entrada anterior era sobre lo triste que estaba por la gente se había ido, esta entrada es para darle las gracias a los nuevos amigos que han traído aventura de nuevo a nuestro Erasmus.

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