¡Vienen mis amigos!

Es genial cuando tus amigos vienen a visitarte en tu ciudad de Erasmus. Puedes enseñarles a tus nuevos amigos lo genial que son tus amigos de siempre y así ellos pueden ver cómo es tu vida de fiesta y luego volver a casa y decirle a todo el mundo que estás viviendo una vida loca. Sí, esto es lo que a todos nos gusta, pero todo tiene un precio: el turismo. Cuando vienen tus amigos tienes que sacarlos a pasear, tienes que ir a lugares de los que estás cansado ya y hacer turismo por una ciudad que ya conoces perfectamente. Todos sabemos cómo va. A veces viene muy bien porque en muchos casos, la gente de Erasmus no hace turismo por la ciudad. Sabemos dónde comer y dónde ir de fiesta, pero nunca hemos estado en el castillo de Wawel. Así que este es el momento perfecto para conocer esos lugares y ver la ciudad a la luz del sol. A veces, has hecho muchas cosas y solo te limitas a repetir lo mismo, pero también sabemos que hacer cosas con los amigos es completamente diferente y, por supuesto, más divertido.

Ahora quiero centrarme en Cracovia. Cracovia es una ciudad que se puede ver en dos días: el centro de la ciudad, Kazimierz, el castillo de Wawel, el gueto judío... Son las visitas que tienes que hacer sí o sí. Puedes ir a algunos museos si tienes tiempo y pasar medio día en la cama recuperándote de la fiesta de anoche. En algunos casos no sabemos qué hacer cuando viene gente a visitarnos. Y la visita que debe ser un feliz reencuentro puede convertirse en un momento incómodo y aburrido (por suerte, esto es muy raro). Lo bueno de Cracovia (o quizás lo malo, depende de ti) es que tiene muchas cosas que hacer fuera de la ciudad y que requiere al menos uno o dos días para disfrutar. Aquí es cuando se te acaba el tiempo. Tienes Auschwitz con toda su historia, Zakopane y sus preciosos paisajes. Y además, es tan fácil ir a otras ciudades que incluso puedes ir un día a Breslavia y pasar dos días en Varsovia. Cracovia ofrece muchas posibilidades y puede ser un poco agotador.

Hay una cosa que creo que es importante recordar. Sí, nuestros amigos vienen a ver una nueva ciudad, a divertirse, a vivir aventuras, pero sobre todo vienen a visitarnos. Por lo tanto, es una buena idea salir y enseñarles un montón de cosas, pero es aún mejor disfrutar de nuestro tiempo juntos, tener una cena genial y después hablar durante mucho tiempo, creo que esa es una excelente manera de dar la bienvenida a tu amigo. Lo mejor es cuando tienes tiempo de sobra. Cuando tus amigos pueden darse cuenta de cómo vives, saliendo a tus lugares favoritos con tu gente, levantándose tarde al día siguiente y cocinando algo rápido en la cocina de tu piso lleno de gente, conocer a tus amigos, conocerte en esta nueva vida y compartir momentos que no olvidarás. Compartir toda esta experiencia con alguien importante para ti es un regalo.

Cuando tus amigos vienen a visitarte no es solo para hacerte quedar bien. Eso no es lo que te hace sentir feliz. También es el hecho de que te sientes como en casa, tienes un pedacito de tu ciudad y de tu vida, y es incluso mejor cuando traen pequeñas cosas de tu país. Sí, nos estamos divirtiendo mucho, pero todavía hay momentos en los que echamos de menos a nuestra gente, aunque no nos demos cuenta. Amamos a nuestros nuevos amigos y son como una familia, pero es genial pasar un tiempo con tus viejos amigos.

Cuando mis amigos vinieron y los amigos que hice en Cracovia, también tenían visitas, me di cuenta de lo mucho que cambiamos en Erasmus; tal vez no de forma consciente, tal vez no queremos engañar a la gente o fingir nada, pero estás viviendo una vida completamente diferente a la que tienes en casa y eso, desde luego, te hace cambiar un poco, para adaptarte. Así que cuando recuperamos un poco de la antigua vida, podemos ser más como realmente somos y esto es reconfortante. Así que si ir a lugares que ya conocemos y ver cosas que ya hemos visto es el precio de esa felicidad y la oportunidad de ser uno mismo y divertirse, lo haré con mucho gusto.

De todas formas, esto son solo pensamientos y palabras que describen el simple hecho de que somos muy felices cuando nuestros amigos vienen a vernos. ¡Disfrutemos juntos!

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