Gastronomía cordobésa

Por la situación geográfica de la ciudad, el protagonista en su gastronomía siempre es el aceite de oliva, cuyo cultivo se extiende por toda la provincia.

A pesar de conocer la ciudad y visitarla con frecuencia casi todo lo que conozco de su gastronomía es gracias a mi padre, que es un gran amante de la comida de su tierra. Así que os contaré lo que se basándome en las comidas que él hace, vale?

Lo más famoso de Córdoba, por supuesto, es el salmorejo y yo os recomiendo que si vais o estais allí de erasmus, lo probeis en el Miguelito, es un bar que está al final de la avenida de Cádiz, es fácil de encontrar y allí todo el mundo lo conoce, así que podeis preguntar si no lo encontrais.

Si vais con coche os recomiendo que no llegueis muy tarde porque se llena siempre y es complicado aparcar.

Os cuento cómo lo hace mi padre, que le queda buenísimo.

1. Necesitamos un kilo de tomates rojos bastante maduritos, los limpiamos y los cortamos en varios pedazos y lo añadimos al vaso grande de la batidora.
2. Cogemos el pan que haya sobrado de ayer y antes de ayer, unos 200 gramos y lo añadimos también al vaso de la batidora. Si está muy duro podemos mojarlo para dejarlo más blandito y no cargarnos la batidora.
3. Pelamos un ajo, le quitamos lo del centro y lo añadimos al vaso de la batidora.
4. Echamos aceite de oliva, unos 150 ml y un puñado de sal.
5. Lo batimos todo y lo probamos por si hace falta rectificar de sal.
6. Si está muy espeso podemos añadir un poco de agua también, pero no olvideis que debe ser espesito eh, que no es gazpacho.
7. Ahora lo pasamos por un tamiz para quitar posibles restos de piel de tomate.
8. Lo metemos en el frigo y lo dejamos que se enfrie.
9. Mientras cogemos varios cuencos que vamos a llenar con diferentes cositas que añadiremos al salmorejo a la hora de comérnoslo.
10. Dependiendo de cuantos seais para comer, ponemos a hervir un huevo por persona.
11. Vamos cortando jamón serrano en pequeños cachitos y los echamos en un cuenco.
12. Pelamos un pepino y lo cortamos en pequeños taquitos y llenamos otro cuenco.
13. Pelamos una cebolla y la partimos también en cachitos muy pequeños.
14. Hacemos lo mismo con un pimeinto verde. Y por último, llenamos otro de los cuencos con un par de latas de atún, todo depende de la cantidad de personas que vayais a comer.
15. Cogemos los huevos y los apartamos también en un plato.

A la hora de comer cada uno tendrá su plato de salmorejo, al que añadiremos un poco de jamón, un poco de pepino, un poco de cebollita, un poco de pimiento, un poco de atún y un huevo picadito. Hay quien le echa sólo la yema o sólo la clara, todo depende del gusto de cada uno.

También podemos echarle unas gotitas de aceite de oliva por encima. Esto es muy típico en los restaurantes.

Ya está listo para comer, ya veréis como os gusta.

Otro plato muy típico cordobés, que mi padre también hace de maravilla claro, y además es muy fácil de hacer, son los flamenquines.

Si estais de Erasmus veréis que podéis hacerlo sin problema porque no se requiere horno ni ninguna cosa rara.

Necesitamos un filete de secreto ibérico para cada flamenquín. Se puede hacer con otro tipo de carne, claro, pero este es el típico flamenquín, ok?

También necesitamos una loncha de jamón serrano para cada uno. Cuando los compramos congelados en los supermercados el jamón siempre es de sobre, claro.

1. Primero aplastamos un poco los filetes para que se queden más grandes y finitos, le damos unos golpes con un mazo o cualquier cosa, después los salpimentamos.
2. Colocamos el filete y le ponemos encima una loncha de jamón y dos de queso.
3. Después los enrrollamos y les colocamos tres palillos de diente para que se quede hecho el rollito.
4. Los palillos de diente se quedarán hasta el final, así que hay que tener cuidado cuando lo comemos. Mi padre siempre nos dice “ Cuidado eh que son tres”, cómo si no lo supiéramos jejeje, siempre le pone tres. Lo recuerdo toda la vida diciendo siempre eso jejeje. En los restaurantes no os lo ponen con los palillos, claro.
5. Bueno, una vez que tenemos hechos los rollitos, lo pasamos por huevo batido y pan rallado. Volvemos a pasarlo por huevo y pan para que nos quede pan crujiente después por fuera. Y lo metemos en la freidora o en la sartén hasta que estén bien doraditos.

Ya están listos para comer. Normalmente se acompaña con patatas fritas, pero en los restaurantes te ponen también mayonesa para mojarlo y unas lechuguitas.

Lo ideal es comerlos calientes, pero si os sobran al día siguiente siguen estando buenos frios.

Otro plato muy típico de Córdoba es el guiso de rabo de buey, así que os contaré también como hacerlo.

1. Compramos el rabo de buey ya troceado, ya en casa lo salpimentamos, los pasamos por harina y los freimos en aceite de oliva hasta que estén bastante doraditos.
2. Echamos un poco de aceite en una olla presión, puede ser del mismo aceite donde hemos frito el rabo.
3. Cortamos dos puerros, una cebolla grande, media cabeza de ajo, dos zanahorias y lo picamos todo. Lo añadimos a la olla junto con una hoja de laurel y media guindilla y lo rehogamos todo. Cuando empiece a estar doradito añadimos dos tomates también picaditos y lo dejamos cocer todo unos 10 minutillos.
4. En otra olla mientras cocemos el rabo junto con medio vaso de vino tinto y medio vaso de vino blanco y lo dejamos que se evapore hasta la mitad.
5. Después lo añadimos a la olla presión y lo dejamos cocinar 20 minutos.
6. Posteriormente, sacamos los trozos de rabo y batimos la salsita.
7. Cuando esté batida volvemos a meter los trozos de rabo y lo dejamos un poquito más.

Ya está listo para comer. Lo normal es acompañarlo con unas patatas fritas.

Otro plato típico es el cordero en caldereta, pero en mi casa no somos muy de comer cordero y tampoco lo he pedido nunca en restaurantes cuando he ido, así que no puedo deciros mucho sobre este plato.

Por supuesto, como en el resto de Andalucía es típico el jamón ibérico, en concreto del Valle de los Pedroches. También la caña de lomo, el salchichón de Pozo Blanco y las morcillas de fuente Ovejuna e Hinojosa.

Hay muchos postres típicos, muchos de ellos tienen influencia árabe debido a la historia de Córdoba.

Uno de los más conocidos es el Pastel Cordobés. Normalmente es un pastel grande, pero si se hacen pequeños se les llama Manoletes. Está hecho a base de hojaldre y cabello de ángel, pero también hay quien le echa jamón ibérico.

También es común el Membrillo, los Roscos de Priego, los Merengues de Aguilar, y los pestiños y alfajores, al igual que en Sevilla.

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