Mi primera vez en Copenhague: parte II

¡Hola a todos de nuevo, viajeros! En esta ocasión voy a continuar hablándoos sobre mi viaje a Copenhague, y en esta segunda entrada voy a hablaros de mi segundo día en la capital danesa. Si quieres seguir el hilo de mi estancia aquí en orden, te recomiendo que te leas primero el post anterior a este, donde escribo mi recorrido turístico por los monumentos más conocidos de la ciudad. Hayas leído o no la entrada de mi primer día allí, puedes leer esta sin problema, y espero que con lo que voy a contarte te convenza, por lo menos, a visitar la impresionante biblioteca real. 

Día 2: un día tranquilo

Durante mi segundo día en Copenhague, mi amiga y yo no madrugamos excesivamente, o por lo menos no tanto como lo habíamos hecho la mañana anterior, porque ya nos habíamos "quitado de encima" el recorrido más extenso de la ciudad, y los monumentos más imprescindibles. Aún así, aún nos quedaban un par de cosas por hacer, así que decidimos ponernos a ello. 

• La Biblioteca Real de Dinamarca

Cogimos el autobús 5C (que recorre básicamente toda la ciudad), hasta llegar a una parada cercana a la Biblioteca Real de Dinamarca, pero si prefieres montarte en un autobús que te deje todavía más cerca, puedes coger el 2A, 9A o el 40. Si optas por ir en metro, bájate en la parada de Kongens Nytov.

Esta enorme biblioteca está formada por dos bloques muy diferentes entre ellos: una parte más antigua, y otra mucho más moderna (de hace unos veinte años) que es conocida como el Black Diamond, de ahí que este nombre se use también muchísimo para referirse a la biblioteca en su conjunto (aunque en danés se llama Slotsholmen). La biblioteca es una auténtica pasada, y como puedes visitarla por dentro sin problema, te recomiendo que pases a verla por dentro; eso sí, respetando el silencio, ya que encontrarás a muchos estudiantes ocupando las salas de estudio de la misma. 

El edificio que se hace llamar el Diamante Negro está construido junto al canal de Christianshavn, lo que hace que las vistas desde el interior, a través de las fachadas acristaladas, sean realmente bonitas. Por dentro la estructura es muy moderna (tiene hasta escaleras mecánicas para subir a la planta de arriba), y lo que la hace todavía más interesante es el enorme contraste que se aprecia entre esta parte más nueva de la biblioteca, y la construcción antigua de la misma. Nada más ver la biblioteca desde lejos, esto es sin duda lo que más atención te va a llamar. Cuando entras en el edificio del Black Diamond, mirarás hacia arriba casi de manera automática, porque todas las fachadas están acristaladas y eso hace que entre muchísima luz (cosa bastante poco frecuente en Copenhague, para que nos vamos a engañar..., y más aún en invierno, que es la época en la que yo la he visitado). Pero bueno, aún con estas, durante mi visita tuve relativa suerte y la verdad es que hacía mucho sol, así que pude ver la biblioteca en su máximo esplendor. Verás que hay unas escaleras mecánicas una vez pasadas la cafetería y la tienda de souvenirs, y si subes por ellas llegarás al ancho pasillo que conecta el edificio del Diamante Negro con lo que es en sí la parte antigua de la biblioteca. 

Esta parte tiene una sala preciosa que os prometo que parece de estilo Harry Potter total, pero en la que desgraciadamente estaba prohibido hacer fotos (y deduzco que visitarla), así que no puedo compartir aquí ninguna con vosotros. Aún así, las puertas tenían dos ventanas de cristal desde las que se podía ver el interior, y os aseguro que la sala era preciosa, parecida a la de la Biblioteca Nacional Española (si habéis tenido la oportunidad de ir alguna vez). También podéis asomaros a ver el archivo oficial, de nuevo a través de cristales, porque obviamente solo pueden entrar trabajadores de la biblioteca, y también ver el patio ajardinado desde arriba. Cuando termines de visitar la biblioteca por dentro, puedes bajar las escaleras que hay justo al lado de la estancia del archivo y salir por la puerta trasera, que da directamente al patio. 

Después de recorrernos bien la Biblioteca Real, estuvimos dando un paseo por la ciudad, y cuando nos entró hambre decidimos ir en busca de una pizzería por la que mi amiga pasaba todos los días para ir a clase en su universidad, y que le había parecido que tenía buena pinta. Así fue como acabé comiédome una de las mejores pizzas que he probado nunca en la Pizzería Nordic. No me voy a explayar en esta entrada, porque ya hice una comentando mi experiencia en este restuarante, así que si estáis interesados en conocer mi opinión sobre ella, podéis ir a leerla. Pero en resumidas cuentas, es un sitio auténticamente italiano (hasta el dueño y cocineros lo son) que tiene una comida riquísima, y además no está nada lejos del centro (de hecho, nosotras fuimos andando, como de costumbre). Así que os animo a que la visitéis. 

• La Torre Redonda y juegos de mesa

Cuando terminamos de comer, decidimos ir a la Torre Redonda. Aunque ya habíamos estado por esa zona la tarde anterior, queríamos subir a ver las vistas. También tengo otra entrada sobre esta así que me limitaré a decir que, si queréis disfrutar de unas buenas vistas de Copenhague, este es el lugar ideal. 

Terminamos la tarde completamente embelesadas por los juegos de mesa de Bastard Café, que os recomiendo que visitéis sin niguna duda, tanto si eres o no apasionado de los juegos de mesa, porque te aseguro que te va a encantar. ¡Sobre todo por el ambiente!

Como habréis podido comprobar si os habéis leído mis dos entradas sobre mi viaje a Copenhage, este segundo día fue mucho más tranquilo que el anterior. El tercer día de mi estancia aquí no lo pasamos en la capital, si no en un pueblo cercano que se llama Dragor, y del que os voy a hablar muy pronto. Aún si no visitas este pequeño pueblo, espero que mis dos entradas sobre Copenhague te hayan aclarado las ideas sobre la ciudad, y te hayan servido mis recomendaciones y experiencias en la misma.