Descubre Castelfranco en Véneto

Invertir en viajar es invertir en vivir. Y cada vez estoy más segura de ello. Un consejo: no pensaros jamás dos veces hacer un viaje, simplemente hacedlo. Porque Erasmus solo hay uno, y éste hay que aprovecharlo al máximo. Durante el Erasmus, viajar se convierte en una prioridad y estudiar… un poquitín menos.

De nuevo, otro fin de semana de excursión para conocer los alrededores del Veneto. Tren, amigos, cámara de fotos y a la aventura… ¿Para qué más? Hoy vengo a hablaros sobre Castelfranco. Castelfranco es una ciudad que se encuentra en la provincia de Treviso, por lo cual su proximidad con Padova es notable. Para llegar hasta allí, cogimos un tren (like always) de la compañía Trenitalia que, pagando solo 4,35 euros, en media hora os lleva directamente a la ciudad amurallada con un castillo de estilo medieval. Llegar hasta el centro histórico es muy sencillo, ya que la estación de tren se encuentra a pocos kilómetros a pie. Así, podéis aprovechar para ir contemplando las particulares fachadas y ventanas de las casas italianas. O los nombres de las calles. A mí, personalmente, me fascinan.

El centro histórico no es muy extenso pero, antes de adentrarse por sus calles y rincones, el castillo fortificado, que se constituye como una muralla para proteger el interior, está en perfectas condiciones. Además, posee un pequeño lago que lo rodea y un espacio natural donde poder dar un paseo y disfrutar de las vistas del castillo.

Por otro lado, la entrada principal a la ciudad posee una torre medieval donde en su parte central se encuentra un reloj con el símbolo más famoso de la región del Veneto, el León. Este particular León constituye la representación simbólica del evangelista San Marcos. Y, por si fuera poco, ha sido, además, símbolo tanto de la República italiana como de la propia ciudad de Venecia.

Castelfranco también es una conocida por ser la ciudad natal de Giorgione, un pintor del Renacimiento altamente conocido en toda Italia. En la Iglesia más emblemática de la ciudad, San Liberal, se conservan muchas de sus obras originales. Además, cuando yo fui la ciudad, tuve la oportunidad de visitar el museo Casa Giorgione, una muestra donde se exponían numerosas obras del autor.

Ésta es su obra más conocida: La Pala de Catelfranco. Óleo sobre tabla realizado entre el 1503 y el 1504 como homenaje al hijo del condotiero (capitán de mercenarios) en el altar donde sería enterrado. 

Después de visitar el museo y la iglesia, pasamos todo el día recorriendo los rincones de esta ciudad. Me encanta cuando descubres obras de arte hasta en las calles. Y Castelfranco también es una ciudad de arte, y no solo por Giorgione.

Sin duda, y a pesar de que el invierno comenzaba a notarse, pasamos un día estupendo descubriendo de nuevo las maravillas que pueden esconder Italia. Y, además, pudimos disfrutar de la caída del sol mientras volvíamos a la estación para coger un tren de regreso a Padova. Os recomiendo visitarla si sois tan curiosos como yo.

¡Hasta la próxima aventura!

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