Cascais- Estoril- Sintra

Publicado por flag-es Elisa A.C — hace 5 años

Blog: Portugal
Etiquetas: flag-pt Blog Erasmus Cascais, Cascais, Portugal

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Fui a Cascais hace dos veranos, como viaje de primer aniversario con mi novio. Salimos desde Albufeira así que llegamos en unas tres horas con nuestro GPS, para no perdernos.

Nuestro hotel estaba justo en frente del casino de Estoril, se llamaba "Alvorada" y estaba bastante bien en relación calidad- precio. Cuando hicimos la reserva especificamos que nos pusieran cama de matrimonio y bañera, en lugar de ducha y nos dijeron que lo dejaban apuntado, lo cual no nos dio mucha confianza, pero cuando llegamos teníamos una habitación enorme con cama de 1, 50 y una bañera chulísima. Además nuestra habitación tenía terraza con vistas al casino y a la playa, al fondo, era muy chulo.

Cuando llegamos dejamos el coche aparcado, ya que el hotel nos daba una plaza de parking en la puerta, y nos fuimos a pasear.

La verdad que la ciudad en sí no tiene mucho que ver como turista, es más para un viaje cortito en pareja porque el ambiente es romántico, o también si lo que te gusta es el casino, ya que Estoril tiene el Casino más grande de Europa.

La primera mañana nosotros fuimos a pasear y buscar un sitio para comer más tarde, vimos cómo se llegaba a la playa, que estaba cerquita de nuestro hotel y paseamos por los alrededores del casino.

La playa de la zona no me gustó mucho, es demasiado urbana para mi gusto, y como no son muy grandes, están bastante abarrotadas.

Encontramos un restaurante con buena pinta que no parecía muy caro, aunque debo decir que la zona en general es bastante cara, porque es un sitio donde va gente con un alto poder adquisitivo.

Ese día comimos de maravilla, el pescado de la zona está buenísimo, y eso que yo normalmente pido carne, pero estando en un sitio de costa... Fue un poco caro, pero íbamos bien de presupuesto porque ya sabíamos que el sitio sería caro.

Después de comer decidimos pasear por un paseo marítimo que comunica Estoril con Cascais, es un paseo donde la playa te acompaña a la izquiera y a la derecha vas pasando por diferentes bares y heladerías, todos con pinta de caros, sobre todo por las vistas a la playa.

Nos sentamos en una heladería y tomamos un heladito con un zumo natural muy bueno. Y seguimos andando y viendo las playas. La verdad que las playas no es lo que yo me esperaba, no es lo que llama la atención del lugar desde luego.

Yo pensaba que, al ser Cascais una bahía en medio del Océano Atlántico, como se ve en el mapa, las playas serían más bonitas, pero son todas urbanas.

Cuando llegas al final de Cascais, hay una última playa que es más original y diferente a las otras. La playa en sí es normal, pero la terminación, en lugar de ser de piedras negras como un espigón normal, la han reformado y diseñado para formar una especie de piscina. Es algo curioso y parece que llama la atención de muchos turistas porque siempre estaba llena de gente.

Más tarde volvimos al hotel para bañarnos y arreglarnos para salir de noche.

Disfrutamos de nuestra maravillosa bañera y nos pusimos guapos porque no sabíamos si había que ir muy arreglados al casino.

Primero paseamos por los alrededores en busca de un lugar para cenar y encontramos un restaurante increible cerca del hotel, con una pinta de ser carísimo, pero la comida tenía una cara irresistible.

Nos dieron una mesa para dos, pedimos un vinito de la casa, unas almejas que era el plato del día como entrante y un plato de carne diferente para cada uno. Puedo deciros que fueron las mejores almejas que he comido en toda mi vida, y me he cridado en Huelva, que estoy acostumbrada a almejas bastante buenas. (esto de estar lejos de casa, me está dando unas ganas de almejas y coquinas).

En fin, pagamos la cuenta, que fueron unos 60 euros, y nos fuimos al casino.

Mi novio ya tenía experiencia en casinos, pero yo nunca había entrado en uno, y me encantó! Sobre todo la ruleta, que acaba enganchando, pero como todo principiante, tuve suerte y ganamos justo 60 euros para cubrir lo que había costado al cena jaja, así que con eso ya estaba más que satisfecha. Jugamos durante bastante rato, y mi novio jugó después también al poker.

La verdad que la gente va vestida de cualquier manera, incluso había hombres con pantalones cortos. La idea que yo tenía de la gente con vestidos largos como en las películas no se parecía en nada. Menos mal que tampoco íbamos demasiado arreglados.

Nos tomamos una copita también, porque dentro hay una zona con bar y una pista, parecido a una discoteca. En la pista se pone un grupo a cantar y otras veces no hay nada, no se que más pondrán allí.

Volvimos al hotel reventados de tanto casino, pero la experiencia me había encantado.

Al día siguiente teníamos planeado ir a Sintra, que estaba cerquita y como en Estoril tampoco había mucho más que ver.

Cogimos el GPS y al coche. En el hotel nos explicaron que había dos caminos, uno paralelo a la costa y después por la sierra que era realmente bonito y otro por autopista corriente, pero más corto.

Decidimos coger el bonito, claro, pero madre mía que camino más largo! Si lo hubiese sabido desde el principio hubiese cogido la autopista. El camino es bonito sí, eso nadie lo cuestiona, sobre todo hasta que vas paralelo a la playa, pero cuando te metes en la sierra es una continuidad de curvas a la derecha y curvas a la izquierda, se me hizo larguísimo, aunque a mi novio le gustó mucho, que no iba conduciendo y podía verlo todo bien, claro.

La verdad que los pocos momentos en los que pude pararme, se veían playas preciosas.

De camino, en la zona todavía paralelo a la playa yo sabía que se encontraba la famosa "Boca do inferno", así que paramos para verla. Es una especie de gruta formada por la erosión del agua de lluvia en las piedras, donde podemos ver la fuerza del mar en las olas. Con los años, el mar ha ido también desgastando aun más las rocas, aumentando el tamaño del agujero y su espectáculo. Se la llama boca do inferno por el sonido que causan las olas al impactar contra las rocas. Dicen que es mucho más impresionante en días de temporal, pero yo fui en un precioso día de verano sin mucho oleaje. Aún así impresiona bastante y merecena la pena pasarse.

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Seguimos nuestro camino y por fin llegamos por fin a Sintra, que es una ciudad pequeñita pero llena de cosas bonitas para ver, y además es Patrimonio de la Humanidad desde 1995 por la Unesco.

Queríamos ver su famoso Palacio da Pena, que es ese palacio de colores que sale en todas las fotos de esta ciudad.

Para llegar había que subir una super cuesta en círculos. Empezamos a subir y vimos que a ambos lados de la carretera ya había coches aparcados, así que decidimos soltar el coche por si después más arriba no había sitio.

Seguimos el camino andando y después de subir varias vueltas ya estábamos reventados, la pendiente era enorme y cansaba muchísimo. Nos encontramos con una pareja de españoles bajando que nos dijeron que la cima todavía estaba muuucho más arriba, que nos quedaba camino para rato, así que decidimos que era mejor bajar a por el coche y subir con él, que por lo visto había aparcameintos de sobra arriba del todo. Decidimos llevar a esta pareja de españoles hasta arriba, que los pobres también estaban reventados de andar, y después de vueltas y vueltas hacia arriba, llegamos a la cima de la super montaña.

Conseguimos aparcar, aunque aparcamientos de sobra no había.

Y a partir de ahí otra vez a pie. Ya dejando el coche en esta zona, había que andar un buen rato, así que había sido una buena idea volver a por el coche y dejarlo allí.

Después de un ratito caminando todavía cuesta arriba, llegamos al Palacio, realmente precioso.

La visita es guiada y te van explicando que hay en cada habitación. La que más me gustó fue la de la reina, María II de Portugal, con las bonitas camas de la época, el biombo para vestirse, incluso había cepillos y adornos de pelo en un bonito tocador.

Lo que pasa que hay mucha gente y tienes que ir pasando más rápido de lo que me hubiese gustado, además el guía va delante y casi no te enteras de lo que va diciendo desde atrás.

Se puede visitar cada torrecita del castillo, incluyendo la gran terraza de la reina, donde se puede ver un bonito reloj de sol dorado, que todavía funciona.

Cuando acabamos nos pusimos a bajar para llegar al coche y buscar un sitio para comer, que de tanto andar ya teníamos hambre.

Tuvimos que esperar un poco sentados en el coche, porque yo estaba tan cansada de subir la cuesta que no conseguía hacer fuerza en el embrague con el pie y encima tenía que salir marcha atrás entre un montón de coches.

Después de un rato de descanso, llegamos al pueblo y nos sentamos a comer en el primer sitio que vimos, que no estábamos para andar mucho más.

Volvimos a descansar un poco al coche y otra vez a la carretera hasta el hotel. Esta vez decidimos coger por la autopista, claro, que la idea era llegar rápido.

El camino, efectivamente era mucho más corto, así que en 20 minutos o así ya estábamos en el hotel tomando un bañito, que después de todo el día fuera nos hacía mucha falta.

Esa noche cenamos en un restaurante más normalito, y volvimos al casino a ver si ganábamos algo más. Esa noche la suerte se había acabado, no ganamos nada, pero tampoco perdimos. Aunque yo me divertí igualmente.

Al día siguiente teníamos que volver, pero no había prisa, así que decidimos pasar el día en una de las playas surfistas increibles que habíamos visto el día anterior al pasar con el coche camino de Sintra.

Todas eran playas bastante grandes con arena blanca y fina y el agua muy fria. Un sitio para relajarse escuchando el mar y viendo a los amantes del surf.

A la hora de comer encontramos un restaurante chulísimo con una piscina de agua salada que daba al mar. Siempre había querido ir a una piscina con vistas al mar, era super chula. Aunque comieses en el restaurante, la piscina se pagaba aparte. Pero ya era el último día así que la pagamos también.

Disfrutamos un buen rato en la piscina y comimos allí mismo un riquísimo arroz caldoso con gambas. En general, todo lo que comimos durante el viaje estaba increiblemente bueno. Creo que es el viaje donde mejor he comido.

Nos quedamos un rato más en la piscina y volvimos a coger el camino en coche, esta vez hacia Albufeira de nuevo.


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Comentarios (1 comentarios)

  • flag-lu Paulina on the road hace 8 años

    Me encanta! Sobre todo las fotos! Le dediqué un pequeño post a Cascais con su playa y comida…espero que os guste! http://bit.ly/1KnfsAS

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