Casablanca, pero no tan blanca

Siguiendo con mis vacaciones en Marruecos, hoy nos hemos despertado temprano porque nos tocaba un largo camino por recorrer hasta nuestra próxima parada, la ciudad de Al Jadida.

Esta ciudad está al sur de Marruecos, justo debajo de Casablanca, al ladito del mar.

Es una ciudad muy conocido entre la gente del sur, sobre todos los que viven en el interior del país, como Marrakech, suelen veranear en las costas de Al Jadida.

Si os interesa saber más sobre el lugar, aquí os dejo un artículo sobre la ciudad; )

Mis abuelos son de Casablanca, pero desde antes de que yo naciera tenían una casa en Al Jadida a la que solían ir con sus hijos, o sea con mi madre y sus hermanos y hermanas, a pasar todo el verano.

Más adelante, cuando todos los hijos e hijas se casaron, vendieron la casa que tenían en Casablanca y se mudaron definitivamente a la casa de la playa.

Bueno, en realidad no vendieron la casa de Casablanca, sino que se vieron forzados a abandonarla a cambio de un precio miserable.

El gobierno marroquí decidió ampliar y renovar la ciudad y por ello demolerían todas las zonas donde hubiesen casas antiguas.

Y una de esas casas era la de mis abuelos.

Antes de continuar con la historia, debéis saber cómo son normalmente las casas típicas en la mayor parte de Marruecos.

Normalmente en una casa suele vivir toda la familia, desde los abuelos hasta incluso los bisnietos.

Y las casas son como un piso. Desde fuera parece un piso, pero luego dentro, en la primera planta normalmente está el o los salones, que suelen ser enormes y sin paredes; y la cocina también en la misma planta, y en las plantas siguientes suele haber más salones y habitaciones.

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Las habitaciones normalmente son como los salones, en las que hay sofas tipo cama individuales al lado de cada pared, como rodeando la habitación y dejando un gran espacio en el centro.

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Y luego están los baños.

Las casas de nueva construcción tienen los baños como en Europa, esos WC en los que te sientas, pero si eres una tía y vas a un servicio público no te sientas sino que haces equilibrismo para poder mear.

Pues bien, los baños en Marruecos son totalmente diferentes.

Los baños son un hueco en el suelo y para hacer vuestras necesidades os tenéis que poner de cuclillas con el trasero encima del agujero y a soltarlo todo.

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Y, agarraos bien ahora, para tirar de la cadena, no hay ninguna cadena, tendréis que rellenar un cubo de agua y luego tirarlo al hueco de una, y si aun sigue habiendo cosas, pues otra vez se llena el cubo y se echa agua, y así sucesivamente hasta que se vaya todo.

Lo sé, asqueroso, pero creo que antes todos los baños de todas partes eran así.

En fin, dejando de lado eso, volvemos a la magnífica idea que tuvo el gobierno marroquí de derrumbar medio Casablanca.

La casa de mis abuelos en ese entonces era un edificio alto de unas 6 plantas. Cada planta es como os la he explicado antes.

Y si tenían tantos pisos era porque eran 13 personas en total dentro de la casa. Eran 11 hijos y 2 los padres.

Cuando todos mis tíos se casaron, mis abuelos se mudaron a la casa de la playa en Al Jadida, pero durante el invierno volvían a la casa de Casablanca. Sin embargo, al tener que venderla ese plan se quedó en el olvido.

Hasta que hace un par de años el gobierno decidió dar un pisito diminuto a todo aquel que tenía una casa en esa zona. Osea, un piso de 4 a 6 plantas por un apartamento de dos habitaciones diminutas.

Pues el gobierno es tan simpático y generoso que les pareció correcto dar un piso de menos de 50 metros cuadrados a cambio de haberles destruido las casas donde se criaron y criaron a sus hijos. Todo muy lógico, oye.

Pero gracias ese gesto tan generoso por parte del gobierno, mis abuelos volvieron a tener un sitio al que volver durante el invierno.

Como dije antes, Jadida está al lado de Casablanca, al sur, y desde Tanger que es de donde veníamos, teníamos que pasar por Casablanca.

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A lo largo de mi vida he ido a Casablanca todos los veranos, pero me quedaba únicamente uno o dos días en casa de mis tíos antes de continuar el viaje a la casa en la playa de mis abuelos; pero nunca me he quedado lo suficiente como para hacer turismo por la ciudad hasta el año pasado que fui con una amiga a casa de mi tía y nos quedamos unos 5 días.

Para hacer así un poco de resumen, Casablanca es peor de lo que imaginaba.

Las casas son de todos los colores menos de color blanco.

Es verdad que cuando acaban de construir un edificio lo pintan entero de un blanco resplandeciente, pero en menos de un mes se vuelve gris hollín por todo el polvo y la contaminación de la ciudad.

Y es que Casablanca es una de las ciudades más sucias que he visto en todo Marruecos, y he estado en muchas ciudades.

Antes Tanger estaba bastante guarro, en general en todas las ciudades de Marruecos, la gente no siente ningún pudor al tirar su basura a la calle en vez de a los contenedores que tienen al lado.

Más de una vez he visto como la gente va con las bolsas de la basura a tirarlas y las ponen justo al lado o al rededor del contenedor, ¡y el contenedor está vacío!

¿Cómo puede ser la gente tan increíblemente desconsiderada?

Por suerte, en las ciudades del norte de Marruecos, sobre todo en Tanger, la cosa ha cambiado mucho y para bien.

De un año para otro la ciudad cambió radicalmente y ya no había basura tirada por el suelo, ni tampoco olía a basura, sobre todo en el centro de la ciudad.

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Muchas carreteras las habían arreglado y habían plantado un montón de palmeras y césped y flores, todo era precioso.

Y cada año la ciudad va mejorando más y más. Y todo se debe a que el rey de Marruecos, Mohammed VI, pasa mucho tiempo en su palacio de Tanger y muchos amigos de los Emiratos Árabes vienen a Tanger a pasar el verano, y obviamente el rey va a hacer que limpien las calles y que queden como los chorros del oro, sobre todo durante el verano.

Que oye, yo me alegro de eso porque antes odiaba Tanger y ahora se ha convertido en una de mis ciudades favoritas de Marruecos.

Pero eso a Casablanca no le ha pasado. Cada año que voy está más sucia y huele cada vez más.

Recuerdo que cuando fui con mi amiga iba siempre con un pañuelo para taparme la nariz y el pelo para que no se quedara el olor. Parecía que llevaba burka.

Pero de verdad que olía muy mal, y con el calor el ambiente se hacía cada vez más nauseabundo.

Además como Casablanca está literalmente al lado de la playa, hay muchísima humedad y se siente como una presión de agobio con esa humedad y la contaminación de la ciudad que suelta un pestazo horrible.

El día en que salimos nos pasamos todo el día fuera paseando por el centro y un poco a las afueras, y al volver a casa le dije a mi tía que me negaba a salir durante las horas de más calor porque el olor se hacía insoportable y a penas podía respirar con normalidad.

Ante todo quisiera hacer decirl a aquellos que leáis esto que no pretendo crearos ningún tipo de rechazo hacía esta ciudad, sobre todo si no lo habéis visitado, porque para gustos colores, pero esta es mi opinión y así es cómo vi la ciudad desde mi perspectiva.

Cuando se lo comenté a mi amiga, ella me dijo que tenía en parte razón (sobre todo con lo de las casas "blancas"), pero que exageraba con respecto al olor.

No sé, quizás soy demasiado tiquismiquis y muy sensible a olores, pero a mi se me hizo insoportable pasar el día fuera sin ponerme un pañuelo sobre la cara.

A pesar de haber hecho un gran tour por la ciudad, Casablanca pordía resumirse en dos cosas:

• Morocco Mall:

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Es el centro comercial más grande de Africa.

Nada más entrar hay un increíble aquarium que va desde la planta baja hasta la última planta, que son 3.

Es enorme, de verdad, con un montón de peces de diferentes especies e incluso tiburones y manta rallas. Pero pequeñitos eh, no os penséis que hay un tiburón blanco en medio de un centro comercial.

En el aquarium también podréis encontrar una pequeña atracción en el interior, y es que hay un ascensor que te lleva hasta el fondo del aquarium y desde ahí hay unas vistas impresionantes, es como si estuvierais dentro de la gigantesca pecera.

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Para llegar al ascensor hay que subir hasta la última planta arriba, la tercera, y luego hay como una especie de puente que lleva al centro del aquarium, y desde ahí os metéis en el ascensor y luego va bajando lentamente para apreciar las vistas.

El ascensor del aquarium no se sumerje dentro del tanque de agua literalmente, sino que la forma del aquarium es como un gran cilindro con un hueco en el centro, como si fuera un donut, donde dentro del agujero se encuentra el ascensor, que es de cristal.

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Está bastante chulo porque la sensación que da es como si estuvierais en el fondo del mar, y los tiburones y manta ralla pasan por delante de vuestras caras como inspeccionando si sois comida o no.

Seguramente os estaréis preguntando cómo es posible que en un aquarium con todo tipo de peces y tiburones no se acaban devorando entre ellos, y es que eso se debe a que al rellenar el aquarium primero meten a los peces más pequeños para que marquen su territorio en diferentes partes del aquarium y después meten a los peces de tamaño medio hasta meter a los tiburones.

Tambien se debe al importante papel que tienen los buceadores que alimentan a los peces, porque les dan de comer lo suficiente para que no tengan la necesidad de devorarse entre ellos.

La diferencia entre los animales en general y el ser humanos, es que ellos comen para vivir y nostros vivimos para comer; o sea que los animales si no tienen hambre, no van a comer, no sienten la necesidad de devorar a otro y prefieren dar vueltas tranquilamente.

Además de los peces también hay una variedad de corales muy bonita, que es mejor verla durante noche porque encienden unas luces dentro del aquarium que da reflejos a los corales y se ve un color bastante interesante, como un oscuro brillante metálico.

El precio para disfrutar de la bajada y subida en el ascensor es de 100 dirhams, unos 10 euros, y el recorrido dura unos 10-15 minutos.

La verdad que yo lo recomiendo bastante porque no creo que haya un aquarium con este peculiar ascensor en muchas partes del mundo, así que es una experiencia única y merece la pena el precio.

Volviendo al centro comercial, lo que más resaltaba era, sin duda alguna, el espectacular aquarium, pero también resaltaba una de las plantas del centro comercial en las que todas las tiendas eran de super marcas como Dolce Gabbana, Dior, Louis Vuitton, etc.

Me ponía a llorar cada vez que pasaba delante de un escaparate y veía los precios desorbitados de las cosas, que superaba hasta tres veces lo que yo ganaba en un mes trabajando.

Luego en la parte de arriba está la zona de restauración, y al fondo hay un gran ventanal desde donde se puede ver la playa, porque el centro comercial se ha construido casi a orillas del mar.

• Playa Casablanca.

En esta playa, toda la calle está llena de establecimientos donde sirven comida rápida, restaurantes y bares.

A pesar de ser un país musulmán, en ciudades muy turísticas siempre podréis encontrar lugares donde sirvan un buen cóctel o cervezas entre otras cosas.

Sin embargo, será casi misión imposible encontrar algún restaurante donde sirvan platos de comida con cerdo.

En esa playa en concreto, durante las noches de verano siempre hay algún festival de música con djs y mucha música techno. Pero se ve a la legua que está hecho para atraer a turistas más que de tratarse de algo típico de la ciudad.

Respecto a la playa en si, hace unos años era repugnante bañarse así, y esta vez no estoy siendo tiquismiquis.

Tanto el agua como la arena estaba sucísima y daba grima quedarse ahí (y ni que decir meterse en el agua), pero por suerte, algunas zonas de la playa, las han mejorado considerablemente y ya no da asco pasar el día ahí, aunque siempre está llenísimo de gente y es difícil encontrar un sitio donde dejar la toalla.

• Medina.

En la Medina, que es la ciudad antigua, las callejuelas no miden más de 2 metro de ancho y las ventanas de las casas dan justo en frente a las ventanas de otra casa.

Vamos que si uno se ha quedado sin azúcar y necesita un poco, basta con que llame al vecino con un grito y se lo pasa por la ventana sin problemas.

En mi opinión creo que es bastante claustrofobico y apenas hay intimidad entre las casas, además que no llegan los rayos del sol a las casas y eso para mi es impensable.

Tambien dentro de la Medina hay un zoco o souk, una especia de mercadillo donde venden todo tipo de cosas, desde zapatos y ropa para vestir hasta especias para cocinar o pescado y bollerías recién horneadas.

Pero os doy un consejito, id con un pañuelito perfurmado porque en algunas partes del mercado el olor es nauseabundo e insoportable.

Y bueno, poco más que decir, salvo que si viajáis a Casablanca os recomiendo no quedaros muchos días ahí (con 2 días es más que suficiente) y aprovechéis para ir a Marrakech y/o a Rabat, que pilla a unas 2-3 horas en bus o taxi, y cuesta entre 50 y 100 dirhams, unos 5 y 10 euros.

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