Roadtrip 1. Indian Canyons
¡Ya estoy aquí otra vez! Hoy os voy a contar la última parada del domingo, que como ya os adelantaba en el anterior post, fue sin duda mi favorita: Indian Canyons. Es un parque natural que no es demasiado famoso, de hecho, en el plan principal del viaje no lo incluimos pero el día antes de salir, el compañero de habitación de uno de mis amigos nos dijo que no dudásemos en parar, así que le hicimos caso y fue una de las mejores decisiones que podíamos haber tomado.
Tardamos poquísimo en llegar ya que está a menos de veinte minutos de Palm Springs, nuestra parada anterior. Lo único malo es que tuvimos que pagar para entrar, ya que al no ser un parque nacional no estaba incluido en el "Annual Pass" que utilizamos para Joshua Tree. En este caso, la entrada en vez de ser por coche era por persona, lo que hace que sea un poquito más caro, pero aun así es un precio asequible. La entrada normal son nueve dólares, y a los estudiantes nos hacen un descuento de dos dólares, por lo que únicamente tuvimos que pagar siete.
Llegamos sobre las dos o dos y media, y menos mal, ya que no lo sabíamos pero el parque lo cierran a las cinco de la tarde, y a las cuatro ya no dejan pasar más coches. El parque es bastante grande y por ello no pudimos verlo todo, pero aún así vimos lo suficiente como para quedarnos con un muy buen sabor de boca. La señora de la entrada en la que se pagan los tickets nos hizo una recomendación basada en el tiempo que teníamos para verlo, y la seguimos al pie de la letra.
Lo primero que supimos al llegar es que este parque natural es muy importante para los científicos, ya que han investigado en numerosas ocasiones sobre la fauna y la flora del lugar. Además, la tribu llamada "Agua Caliente" estuvo viviendo aquí durante muchísimos años, dejando distintas cabañas de paja que se pueden observar hoy en día.
Lo más característico de este parque es que tiene muchísima agua (eso que echaba de menos en el parque anterior) y quizá por eso me gustó tanto. Además, las vistas eran espectaculares y para que os hagáis una idea os dejo por aquí unas fotos:
El parque Indian Canyons tiene tres rutas principales, y nosotros solo pudimos hacer una entera y otra un trocito, ya que era muy larga y no tuvimos tiempo. La ruta que hicimos se llama Andreas Canyon y es la que está más cerca de la entrada principal.
Es un recorrido de menos de dos kilómetros y se puede hacer fácilmente en una hora mientras observas el bonito paisaje en el que predominan sobre todo las palmeras (¡de verdad que están por todo California, no es un mito!). Lo más interesante de esta ruta es el contraste del color verde casi fosforito de las palmeras con las rocas que hay a un lado del camino de un color marrón tirando a grisáceo. Para que veáis lo que os digo os dejo por aquí una fotito:
Me pareció muy bonito cómo se podían ir apreciando las distintas especies de plantas y las formaciones de rocas que me dejaron realmente impactada. De verdad que recomiendo muchísimo hacer este recorrido.
Para que se os caiga la baba casi como se me caía a mí según iba andando, os dejo por aquí una foto de cuando llegamos a la cima y las vistas que había:
Otra de las rutas que hay es la llamada Murray Canyon, que es una ruta mucho más sencilla y de la misma longitud que la que os comentaba previamente. Se sitúa concretamente al sur de la ruta Andreas Canyon, pero para poder acceder es necesario ir en coche ya que no está tan cerca como para poder acercarse andando y hacer las dos del tirón. Sobre esta no puedo dar muchos detalles ya que no pude hacerla, pero por lo que se es una zona en la que puedes reservar y hacer la ruta a caballo. Hubiese sido muy guay hacerlo pero por desgracia nos enteramos al llegar allí y ya no teníamos tiempo, así que se me queda pendiente para la próxima vez que venga (porque volveré…). Lo bueno de este camino es que es mucho más fácil ven animales salvajes como por ejemplo el “Peninsular Bighorn Sheep” (un carnero) o el “Least Bells Virreo” (un pajarito) que son especies que están en peligro de extinción y este es uno de los pocos lugares en los que se pueden ver.
Finalmente, el último sendero es el llamado Palm Canyon, que es el más largo con diferencia pues mide más de veinte kilómetros. Nosotros solo hicimos el principio, ya que se nos estaba haciendo tarde y había oscurecido, pero me quedé con muchas ganas de terminarla ya que por lo que me han comentado es una de las rutas más bonitas de toda la zona oeste de Norte América.
El principio me alucinó ya que se pueden observar palmeras súper altas y algunas de formas un poco extrañas. En concreto, le hice una foto a una que estaba tan torcida que parecía totalmente que se iba a romper.... Para que veáis que no miento os dejo por aquí la foto que lo demuestra:
La verdad que no tengo mucho más que decir sobre este parque porque hay que verlo para poder apreciar toda su belleza. Recordad este nombre, Indian Canyons, porque repito que no es un parque muy conocido y merece totalmente la pena.
Tras el día agotador, llegamos a la nueva casa que he de decir que era increíble. Era súper grande y tenía un jardín muy mono (aunque no pudimos usarlo porque hacía un frío tremendo…). Cuando llegamos lo primero que hicimos fue ducharnos y relajarnos un buen rato en el sofá mientras unos veían Harry Potter, otros jugaban a las cartas y otros simplemente revisaban todas las fotos que habían hecho durante el día. Yo no soy muy fan de esas películas así que opté por las otras opciones hasta que se hizo la hora de cenar y para variar cocinamos… ¡pasta!
Esta noche cocinaron los chicos, ya que las otras dos habíamos sido las chicas las que habíamos hecho todo, y he de confesar que me sorprendió para bien. La pasta les quedó muy rica, aunque tampoco era difícil porque era hervir la pasta y poner el tomate… pero aún así no quiero quitar mérito. Después de cenar nos fuimos a dormir porque estábamos agotados, y también un poco tristes, ya que era nuestra última noche juntos en el viaje y ya solo nos quedaba el día de vuelta… Un día que os contaré en el próximo post, que será el último de este bonito primer “roadtrip” en América.
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